Para los que conocen Chiloé, saben que esta isla se caracteriza porque sorprende cada uno de sus rincones. Fue el mismísimo Charles Darwin en 1835 que visitó estas tierras y quedó enamorado de su especial geografía.

La isla tiene cerca de 90 millas de largo por casi 30 de ancho. El terreno es ondulado, pero no montañoso y está cubierto totalmente por un solo gran bosque, excepto por unos pocos espacios abiertos alrededor de pequeñas casas.” (C. Darwin, Voyage of the Beagle, 1860).

Dentro de todos los lugares que conoció Darwin destaca su paso por Cucao y es por eso que quisimos, 181 años después,  destacar esta imagen que retrata lo espectacular de este lugar, en donde se caracteriza su extensa playa, solitaria y apacible, en donde colinda con una vegetación salvaje que refleja los paisajes chilotes.

Desde Cucao se puede acceder al Parque Nacional Chiloé, en donde es posible encontrarse con más de cien especies de aves, colonias de pudúes y zorros.

Si vas para Chiloé, tienes que ir a Cucao.

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