El pasado enero me tocó la suerte de poder subir dos cerros icónicos de la cordillera de los Andes y del mundo: el Ojos del Salado, el volcán más alto del mundo, y el Aconcagua, el cerro más alto del mundo sin contar los Himalayas. Dos cerros que de solo presentarlos, sabes que exigen una preparación especial para llegar a sus cumbres. En este artículo voy a describir un poco lo que fue mi experiencia y las diferencias entre ambos cerros.

Vistas desde Nido de Cóndores, en el Aconcagua.
Vistas desde Nido de Cóndores, en el Aconcagua. ©Tomás Van Wersch

El pasado 8 de enero partimos desde Santiago rumbo al Salar de Maricunga (3700m), en un viaje de más de 800 km. Recorrimos los paisajes áridos del desierto de Atacama para llegar a la cumbre en el octavo día de expedición. El noveno día fue completamente dedicado al regreso a Santiago. Por un lado, la expedición se empezaba a disolver, pero por otro lado empezaba a preparar nuevamente el equipo para la siguiente expedición que comenzaba unos días después.

Campamento Atacama, Ojos del Salado. ©Tomás Van Wersch
Campamento Atacama, Ojos del Salado. ©Tomás Van Wersch

El 20 de enero, partí con otro grupo al Centinela de Piedra o Aconcagua. El domingo 28 hicimos cumbre, en un día que las temperaturas fueron bajas, pero el viento no tan fuerte como se pronosticaba. Y al día siguiente regresábamos sanos y a salvo nuevamente a Santiago.

Aconcagua, sector de Horcones. Aproximación día 1.  ©Tomás Van Wersch
Aconcagua, sector de Horcones. Aproximación día 1.  ©Tomás Van Wersch
Aconcagua, Plaza de Mulas. ©Tomás Van Wersch
Aconcagua, Plaza de Mulas. ©Tomás Van Wersch

Ambos cerros están en climas completamente distintos, uno ubicado en la Puna de Atacama, zona con la mayor concentración de seismiles de los Andes y otro ubicado en la zona central, lugar de decrecimiento de la cordillera. Cada uno tiene distintas complicaciones que abarcan tanto la preparación, la logística y las condiciones meteorológicas que puedan existir.

Ojos del Salado, amaneciendo a 6500 m. ©Tomás Van Wersch
Ojos del Salado, amaneciendo a 6500 m. ©Tomás Van Wersch

El acceso

En el Ojos del Salado se requiere un vehículo 4×4, con el que se puede llegar hasta casi los 6000 m. Esto es un poco más arriba que el campamento alto (Tejos – 5900 m). En cambio, en el Aconcagua solamente se llega en auto hasta Horcones (3000 m) o Punta de Vacas (2000 m), lugar de inicio del sendero.

Agua

En el norte, el agua dulce es escasa, solamente se encuentra en fuentes que tienen grandes cantidades minerales o sales, es por esto que se debe acarrear toda el agua para la expedición. En nuestro caso fueron 90 L, para 3 personas por 9 días. En cambio, en el Aconcagua, el agua se encuentra ya sea de forma sólida o líquida en cada campamento, y por lo tanto no es necesario llevarla.

Aconcagua visto desde Nido de Cóndores.  ©Tomás Van Wersch
Aconcagua visto desde Nido de Cóndores. ©Tomás Van Wersch

Permisos

Antiguamente en Chile existía una concesión que pedía pagar un permiso para ascender el Ojos del Salado, pero hace 5 años aproximadamente caducó y no se volvió a renovar. Hoy en día, lo único que se requiere es obtener el DIFROL para extranjeros. Por otro lado, en el Aconcagua se debe pagar un permiso de ascensión que tiene como valor de referencia US$400.

Seguridad

En términos de seguridad, el Ojos del Salado es aún el viejo oeste. Si hay algún accidente, el GOPE y Socorro Andino acudirán aproximadamente los primeros 5 días para hacer un rescate en el volcán. El Aconcagua es como una ciudad: es usual que a las personas se les rescate desde los 5400 m vía helicóptero. Si es más arriba siempre hay personas en Nido de Cóndores (5500 m), aclimatados y dispuestos a actuar si se requiere.

Laguna Verde, Ojos del Salado. ©Tomás Van Wersch
Laguna Verde, Ojos del Salado. ©Tomás Van Wersch

Dificultad

Ambos cerros cuentan con dificultades similares en el aspecto técnico, físico y exposición. Los dos exigen tener experiencia en uso de crampones, enfermedades de altura y en el caso del Ojos del Salado, que es levemente más expuesto y técnico al tener que subir el torreón final, se requiere conocimientos leves de escalada si no se encuentra con cuerdas fijas nuevas.

Cobertura

En el caso del Ojos del Salado, no hay cobertura de celular después de 5 km pasado la Aduana Fronteriza por el lado chileno. En el caso del Aconcagua, hay cobertura de celular Movistar en Plaza de Mulas, el que no es continuo sino intermitente en el dÍa; teniendo Wifi entre otras comodidades.

Aconcagua, Nido de Cóndores. ©Tomás Van Wersch
Aconcagua, Nido de Cóndores. ©Tomás Van Wersch

Fauna

En el norte se aprecian flamencos chileno y el tiuque cordillerano, mientras que en el Aconcagua se pueden encontrar más de 61 especies, entre las que destacan el cóndor andino, el halcón peregrino, águila mora, aguilucho, entre otros.

Día de cumbre

Ambos días de cumbre son parecidos en longitud y desnivel, teniendo aproximadamente 3,5 km y 1000 m de desnivel. En tiempos también son parecidos. El tiempo promedio de ambos cerros debe rondar las 8-9 h de subida y 4 h de bajada. En mi caso fueron 5.45 h a un buen ritmo para llegar a la cumbre del Ojos del Salado, y 6.30 h para llegar a la cumbre del Aconcagua desde Nido de Cóndores.

Ascensión final en Ojos del Salado. ©Tomás Van Wersch
Ascensión final en Ojos del Salado. ©Tomás Van Wersch

Clima

Durante el verano (época en que subí), el principal problema de ambos cerros es el viento: hay días con rachas de 100 km/h, los cuales imposibilitan el ascenso la mayor parte del tiempo. En el norte hay una mayor cantidad de días inestables debido al invierno boliviano, que produce precipitaciones las cuales hacen más duro el ascenso del volcán e impiden acceder a él algunas veces. Éstas pueden ser de unos 5 cm hasta el metro algunas veces.

Refugios

En la zona del Ojos del Salado se pueden encontrar 7 refugios ubicados en la laguna Santa Rosa, laguna Verde, Murray, Atacama (2), Tejos (2). En cambio en el Aconcagua no existen refugios públicos, y solo hay un hotel abandonado en Plaza de Mulas.

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