El poblado de Vichuquén se encuentra en el centro de la prensa luego de que se revelara la crítica situación de su lago: el sobrecrecimiento de cianobacterias en el agua ha alcanzado niveles preocupantes, generando incluso el fallecimiento de mascotas. Frente a este escenario, la Seremi de Salud regional declaró zona de riesgo sanitario, prohibiendo cualquier actividad recreativa que implique entrar en contacto con la cuenca.

Aunque la noticia es relativamente reciente para quienes no están relacionados con la zona, locales, autoridades e incluso investigadores ya presagiaban el triste destino del lago. Pablo Sarricolea, Director del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile e investigador del centro de ciencia del clima y la resiliencia (CR2), señala que el alto nivel de nitrógeno y fósforo son claves para las floraciones actuales, advirtiendo sobre el alto riesgo futuro que esto implica: «Tarde o temprano se presentarán floraciones severas como la actual. Para ello son clave las mediciones de la Dirección General de Aguas, las cuales deberían ser más sistemáticas y recurrentes”. 

“Se ha identificado un incremento de la acumulación de nitrógeno y carbono en el lago, que es simultáneo con el aumento de la superficie forestal en la cuenca hidrográfica de Vichuquén, particularmente importante a partir de 1980”, afirma por su parte Magdalena Fuentealba, investigadora del Instituto de Geografía UC y del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).

Esto coincide con el relato de Sergio Antonio Herrera, artesano del pueblo, que recuerda cuando CONAF llegó al secano costero, zona agrícola que se caracteriza por tener un suelo especialmente seco y depender de las lluvias para sembrar, con la promesa del oro verde. Según explica, les prometieron que serían plantaciones muy exitosas económicamente, pero demoraron quince años en crecer y, antes de eso, los agricultores ya se habían dado cuenta de que cometieron un error. “Me arrepiento de, por mi ignorancia, haber plantado pino. No sabía que iba a matar mi tierra y que nunca más se iba a poder sembrar trigo o cebada de los cerros, queda ácida la tierra y todo se muere”, enfatiza con pesar.

La razón detrás del estado del lago se atribuye a múltiples causas. Las señales se detallan en un estudio publicado en Science Direct, del que tanto Magdalena como Pablo fueron parte.

Pablo profundiza: “Se está experimentando un episodio de floración masiva de cianobacterias, coherente con un estado de eutrofización avanzada. Se trata de un lago que ha recibido durante décadas un exceso de nutrientes desde la cuenca y desde el borde del lago, que se encuentra cada vez con más viviendas para vacacionar. En los veranos, cuando la temperatura del agua aumenta y la radiación solar es más intensa, el lago se estratifica, y así, esas reservas de nutrientes se expresan como blooms, es decir, proliferaciones explosivas de cianobacterias que colorean el agua, generan espumas superficiales y pueden producir toxinas peligrosas”. 

Magdalena complementa, asegurando que “este fenómeno es cada vez más común en los lagos de Chile, y así por ejemplo, esto también ocurre en el Lago Villarrica. Se han detectado altos niveles de nitratos y de coliformes fecales en algunos sectores del Lago Llanquihue y aunque no ha habido aún una situación de toxicidad, desde el punto de vista de la carga de nutrientes hay una alerta de lo que se puede esperar”.

Es por esto que disfrutar de la refrescante cuenca en un cálido verano este año se convirtió en un recuerdo lejano. Incluso, la imagen del frondoso y viscoso bosque submarino de algas, que prevalecía en la memoria de muchos visitantes, ha desaparecido. No resistieron al bloom. Pero este lugar no es solo lago. Hay un legado vivo que va más allá de su entorno natural.

La triste realidad es que los pobladores llevan enfrentando advertencias sobre el estado del agua del lago desde 2010 en adelante. Pero es la primera vez que lo cierran y más del 80% de las personas de la comuna dependen directamente de las actividades que implican el uso vacacional del lago. “La gente que trabaja aquí va a necesitar mucho apoyo. Las cabañas ya no se están arrendando, bajaron los arriendos. Seguro que las plusvalías de los terrenos también van a bajar, para el microempresario que sobrevive en esta tierra, yo creo que sería importante que el gobierno de una pequeña ayuda”, comentó Antonio.

Ismael Aguirre, administrador municipal de Vichuquén, estuvo presente en una reunión con el gobierno regional, donde se presentó un plan de descontaminación previamente expuesto a la comunidad. «Hemos tenido una importante reunión en el IBORE, donde estaban convocadas todas las instituciones para poder activar una estrategia que viene de la mano del gobierno regional. Estaban todas las instituciones convocadas para poder desarrollar una una estrategia», explica.

Por otro lado, comenta que a nivel de ayuda gubernamental están en un proceso de cambio muy incierto, porque al no ser declarado como catástrofe mediambiental, dependen de los decretos que se dicten.

Lago Vichuquén recientemente con coloración verde. Cortesía de Gabriel Moraga, encargado de comunicaciones de la municipalidad en el período anterior.
Lago Vichuquén recientemente con coloración verde. Cortesía de Gabriel Moraga, encargado de comunicaciones de la municipalidad en el período anterior.

Causas múltiples y las consecuencias de la actividad humana en Vichuquén

Como si de una especie de tazón natural se tratara, hay una barrera de arena que cerca las corrientes entre el lago y mar abierto. Sin embargo, últimamente se encuentra en un nivel muy bajo y el agua salada ha prevalecido por sobre la dulce. Debido al gran movimiento telúrico del año 2010, la barrera disminuyó significativamente. 

Las frondosas algas verdes históricamente propiciaban una extensa biodiversidad en las profundidades, pero la toxicidad del ambiente donde habitan ha puesto su situación cada vez más compleja. En este contexto, la investigadora Fuentealba recalca la vital importancia de conocer el impacto de la barra de la desembocadura del Lago Vichuquén hacia el mar en el sector de Llico: “Ello es clave para definir qué tipo de manejo debe tener esta barra, pues, su apertura por ejemplo, puede propiciar la renovación del agua, favoreciendo la mezcla pero también, puede intervenir en la disponibilidad de nutrientes o cambiar la comunidad de microorganismos. Mientras que mantenerla cerrada, favorece el estancamiento del agua, una mayor profundidad y condiciones de estratificación”.

Las decisiones en torno al muro natural han sido complejas desde hace un tiempo, y esto se remonta al 30 de abril de 2024, cuando la Corte de Apelaciones de Talca acogió el recurso de protección patrocinado por la ONG FIMA, que determinó que la municipalidad se abstenga de realizar maniobras en el lugar. En este escenario se dejó sin efecto el protocolo que regulaba la apertura y cierre de la barra en la desembocadura del estero Llico. Dicho protocolo había sido aplicado por años por la Municipalidad de Vichuquén con el objetivo de controlar el nivel del lago, prevenir inundaciones y permitir una renovación parcial de sus aguas mediante la entrada controlada de agua marina.

Lago actualmente
Lago actualmente.

Más allá de esta polémica que ha enfrentado a los pobladores, los investigadores han recalcado que son múltiples los factores humanos que se mezclan con las condiciones fisicoquímicas. Fuentealba explica que los cambios en los aportes de sedimentos y nutrientes desde la cuenca y que están asociados a los usos de suelo. En este sentido, dependiendo de las actividades que se desarrollen en la cuenca, se puede modificar la dinámica natural de aportes al lago, no solo por el incremento de los sedimentos y los nutrientes sino también por su contenido químico: «En el caso del Lago Vichuquén, las plantaciones forestales han aumentado hasta cubrir más del 60% de su cuenca en los últimos 40 años así mismo, ha habido un incremento notable de las viviendas de segunda residencia”. 

Sergio “Toño” Herrera Calquin es artesano de la zona y conoce bien su lugar natal. A sus 60 años, ha presenciado este gradual cambio y comenta que puede que al inicio haya sido poca superficie plantada, «pero el problema fue que se exageró; se cortó y explotó en exceso, y luego se volvió a plantar pino. “Hoy estamos frente a un punto de no retorno. Yo lo vengo advirtiendo desde hace más de veinte años y ahora me doy cuenta de que la situación es muy difícil”. 

Son muchos como él, que no estaban informados sobre las consecuencias cuando CONAF impulsó plantar esta especie. Toño recuerda que participó en una plantación de casi 300 hectáreas del secano costero, motivado por la promesa de que los grandes árboles los proverían de ganancias económicas: “Puro roble, hualo, boldo, colihue, maqui, peumo, corontillo, especies que recuperan humedad. Todo eso se cortó a ras de suelo y además se quemó. El daño fue enorme. Nos prometieron riqueza y lo que hicieron fue dejarnos sin agua”.

Dice que el Estado tuvo otra oportunidad, una de esas que no se repiten. Fue después de los incendios del 2017, cuando el fuego arrasó con todo y dejó la tierra negra, desnuda. Ahí —dice— se podría haber hecho algo distinto. Cortar los pinos que quedaban en pie y apostar por la restauración del bosque nativo.

Vichuquén después del incendio. Foto:RL GNZLZ
Vichuquén después del incendio. Foto:RL GNZLZ

Pablo Sarricolea, investigador de CR2, pone énfasis en uno de los pasos fundamentales para superar esta crisis: “El sector forestal debería mitigar los impactos de su actividad, por ejemplo, con medidas que minimicen el aporte de sedimentos y nutrientes. Por otro lado, tener responsabilidad sobre las cenizas de los incendios que llegan al lago, pues en muchos casos aportan nutrientes”. 

Otra razón que resuena en las ideas de los expertos y los vecinos, es el exponencial crecimiento de las viviendas alrededor del lago, y cómo estas afectan su composición. Camilo, quien ha vivido toda su vida en el lugar y a quien llamaremos así porque ha preferido resguardar su identidad, observa las viviendas en Llico y comenta que se han construido tan cerca de la orilla, que si el lago estuviera en su nivel ideal estarían inundadas. Dice que un problema con una planta de tratamientos, sumada a otros factores, ocasionó un cambio visible: “ el lago tenía tanta vida, veíamos en los muelles cómo salían las burbujitas de las algas. Ahora han ido desapareciendo”. 

Al respecto, Sarricolea dice que el municipio debería aplicar ordenanzas más severas para regular las construcciones residenciales en la comuna y cerca del lago, exigir sistemas de tratamiento de aguas residuales efectivos y que los propietarios de viviendas deberían mantener y mejorar sus sistemas de saneamiento (fosas y plantas compactas), evitar el uso de detergentes con fósforo, y apoyar iniciativas de restauración de la ribera. 

Desde la Municipalidad, comentan que en el plan de descontaminación que propusieron esta semana aborda todos los factores desde la investigación científica y que creen que con esto, pueden prosperar en la fiscalización de las casas a orillas de lago, que, explican, hasta ahora ha sido una tarea compleja por ser segundas viviendas.

También dan cuenta de que hay múltiples situaciones asociadas a los contaminantes del agua, las plantas de tratamiento que cuenta el territorio, que son de tipo rural y que todos sus nutrientes terminan en el estero que conecta con el lago. Pero afirman que tienen un proyecto aprobado para hacer un cambio de la matriz, en el cual harán un tratamiento de esas aguas grises para ser más eficientes.Por otro lado, al ser una zona agrícola los nutrientes que provienen de los animales afectan la cuenca.

Por último, recuerdan que desde los años ochenta la explosión inmobiliaria devoró todas las barreras vegetales filtrantes, que son el el oxígeno que que un cuerpo de agua como este tiene. «Entonces, hay que tratar de revertir esa situación a través de la creación de barreras vegetales filtrantes para para poder eliminar los contaminantes del agua». El plan también contempla una estrategia de recuperación ecológica, que incluye reforestación en la ribera, restauración de humedales y quebradas, y la construcción de humedales artificiales. A esto se suma una gestión territorial orientada a regularizar propiedades, congelar loteos irregulares y crear una ordenanza de protección del borde lacustre.

Como una forma de ilustrar el problema, Pablo Sarricolea y Gabriela González Vera, alumna de Magíster en Geografía de la Universidad de Chile, han realizado una evaluación rápida de dos indicadores satelitales clave usando imágenes del programa Copernicus (Sentinel-2). El NDCI (Índice Normalizado de Clorofila) permite estimar la presencia de clorofila-a, mostrando las condiciones favorables para un bloom; y el FAI (Índice de Algas Flotantes), identifica biomasa de algas en la superficie del lago. Cuando este último aumenta, significa que la floración está plenamente desarrollada y que existe riesgo ambiental y sanitario inmediato.

Ambos aseguran que desde 2016 existían condiciones hipereutróficas en el lago (máxima saturación), pero lo alarmante es lo que vemos hoy. “Esta crisis es un claro ejemplo de que el lago ha perdido su resiliencia, es decir, su capacidad natural para absorber la sobrecarga de nutrientes y recuperarse por sí mismo. Si en 5 o 10 años más no se frena la carga externa e interna de nutrientes, el Lago Vichuquén dejará de tener eventos puntuales de floraciones, sino que pasará a un lago hipereutrófico durante los 12 meses del año, haciendo más compleja la posibilidad de revertir el daño”, comenta Gabriela. 

La flora y fauna también se verán profundamente resentidas, explican los expertos. Pues, las floraciones intensas pueden generar disminución del oxígeno disuelto, especialmente en profundidad, lo que provoca mortalidad de peces y organismos bentónicos. Algunas cianobacterias producen toxinas (cianotoxinas) que afectan hígado y sistema nervioso, con riesgo para peces, anfibios, aves acuáticas, mascotas y personas. A mediano plazo hay impactos ecológicos, pues se alteran las cadenas tróficas entre especies, lo cual es muy preocupante. 

¿Cómo reinventar el turismo? La propuesta de los artesanos

Lo cierto es que esta localidad esconde una tradición oral muy poderosa en torno a su mística e historia, que encapsula su valor turístico más allá del lago que históricamente ha atraído visitantes, y que antes fue apodada «la joya del Maule«.

Camilo llegó a muy corta edad a esta localidad y, pese a vivir en la capital por razones laborales, cada vez que puede vuelve al lugar que lo vio crecer. Afirma que “el impacto es grande. De manera cultural, los artesanos probablemente no van a vender lo mismo, porque no va a haber gente (…). Están tratando de potenciar lo que ya había para que las personas pasen a visitar, que la gente vaya más al pueblo, a ver eso que siempre ha estado pero que hoy hay que potenciar más”. 

Comenta que las pymes y microempresarios ya están buscando posibles soluciones. “La principal meta es demostrar que Vichuquén no es solamente el lago. También está la caleta de Llico con sus destacados deportes náuticos, una consolidada producción de sal de Boyeruca y Lo Valdivia, los campos y los artesanos que tienen productos bonitos e interesantes para ofrecer”. 

Llico, Región Del Maule, Chile. Foto: Nelson Pérez
Llico, Región Del Maule, Chile. Foto: Nelson Pérez

Ya sabe de primera fuente que muchas de las casonas que rodean el lago estarán vacías este verano, ya que varios de sus amigos le han comentado que buscarán otra opción para vacacionar. “¿Quién va a querer arrendar una casa en el lago, que no es barata, si no te puedes bañar en el?”, enfatiza. Él, por su parte, visitará a su familia y se dedicará a plantar especies nativas en su terreno.

Toño Herrera se dedica al tallado rústico y costumbrista de madera, inspirado en la zona central de Chile. En Instagram se apoda @tallerdeltono, donde no solo muestra sus artesanías, sino que comparte de manera cercana el proceso de tradicional creación. En fotos y videos donde sostiene sus creaciones, destaca la pieza audiovisual en la que se encuentra muy concentrado tallando una figura de madera del Chenco Vilu, el último descendiente del conocido cacique, denominación que se le otorga a los jefes indígenas. 

Está constantemente rescatando, a través de su oficio, las figuras relevantes de la zona. Para él es muy importante sostener los documentos artesanales ―como los llama― y así, dejar una huella palpitante que se resiste al olvido. “La historia de un pueblo se inscribe contando a través de las artesanías y de las creaciones, con los materiales que nos ofrece la tierra. La artesanía es el sentimiento pleno de un creador”, comentó en la serie documental Materia Prima, del Consejo Nacional de Culturas y las Artes, Creando Chile, hace seis años.

Su identidad se inscribe en su origen: hijo de campesino dedicado al secano costero. Al mirarlo, salta a la vista un accesorio que ha sido utilizado desde el período colonial: el sombrero maulino. Botado por el patrón, el gañan ―un hombre que se dedica a tareas rurales― lo recoge para que el agua escurra y no le dificulte la vista, en la lluvia, a la hora de transportar a costa de sus animales, los trigos que cosechó en los cerros. 

Pero para entender la vocación hay que ir mucho más atrás en su linaje. Su abuelo era descendiente directo del Cacique Calquil, cuya descendencia habitó todo el sector de Tláhuac que ahora corresponde al pueblo de Vichuquén. “Era un caserío ― asentamiento donde vivían las familias ―  bien interesante, porque el Casique Vilú junto con Calquin, realizaban recorridos por toda la Sexta Región”, dice Toño.

A modo de explicación, comenta que sus antepasados practicaban la poligamia, por lo que hay muchos que llevan el apellido Calquin en el territorio regional. Por otro lado, agrega que cuando en la zona no había trabajo, su abuelo solía trasladarse a Iloca, a los cerros, para unirse a las cuadrillas que realizaban las tradicionales cosechas de trigo. Fue durante una de esas temporadas que conoció a su futura esposa. Con el tiempo, la familia vivió en el fundo Lora y luego regresó definitivamente a Vichuquén, donde llevan más de cuarenta años asentados.

“Nunca pensé en irme. Volvimos aquí a nuestras raíces porque sentíamos la energía del territorio, de la madre tierra y del sol. Este es nuestro lugar. Por eso tenemos una ruta mapuche donde hacemos nuestras rogativas y peticiones, y seguimos esa cosmovisión, que es distinta al cristianismo y al huinca, al chileno común. Nosotros aún mantenemos nuestras raíces indígenas”, dice. 

Son varios los mapuche de la zona, pero que en apariencia distan de lo que en el imaginario de los indígenas que posee la mayoría de los chilenos. Con ojos claros y pelo rubio, Toño comenta que cuando van a encuentros en otras localidades, les dicen “los agüita con harina”: “Es una cuestión rara, pero tiene que ver con las violaciones que sufrieron las mujeres originarias cuando llegaron los españoles a ocupar el territorio, sus rasgos fueron dominantes”.

A partir de sus orígenes, viene toda la mística que hoy podría ser la salvación de un período estival que enfrenta la crónica de una muerte anunciada: con el lago cerrado, las personas que se dedican a arrendar casas y a comerciar productos a los visitantes del lago difícilmente tendrán ganancias económicas. Hay que buscar otras opciones.

Camping Vichuquén y casas a orilla de lago 2024 perido estival. Foto cortesía de Ema y Simón Ribo, veraniantes habituales.
Camping Vichuquén y casas a orilla de lago 2024 perido estival. Foto cortesía de Ema y Simón Ribo, veraniantes habituales.

Incas y brujas: La búsqueda por retornar a la identidad local

Gabriel Moraga fue el encargado de comunicaciones municipal en periodo anterior, pero actualmente tiene una estrecha relación con el municipio y sigue colaborando de distintas maneras. Para él, Vichuquén es más que el lago homónimo, ya que la comuna tiene playas como Boyeruca, Llico y Lipimávida. Las actividades son diversas, la mayoría de ellas están relacionadas con el turismo veraniego y los servicios necesarios. «Muchas mujeres de la comuna cada temporada estival trabajaban y obtenían ingresos que les servían para el resto del año».

Aún así, comenta que es un hermoso pueblo con su arquitectura colonial. Los salineros de Yoncavén y muchos mágicos rincones como Uraco y Rarín. Los pescadores y artesanos lo hace especial donde el campo y sus tradiciones se juntan con el mar.

Sergio Antonio ha puesto una gran dedicación a la hora de comunicar a través de su artesanía. Aprendió muy joven cuando frecuentaba el secano costero y con cuchillo en mano comenzó a tallar. Dice que el camino para que su oficio llegue a ser valorado ha sido largo y complicado. “Me tocó en Santiago también hacer algunas intervenciones por ahí en la calle, tratando de ganarse la vida. Era muy difícil. Fuimos a este oficio batallando: fueron muchos años batallando hasta que empezamos a retomar la Ley de artesanías. Y hoy somos reconocidos por el Estado de Chile”.

Cuando se trata de plasmar la identidad local, los artesanos son pioneros en hacerlo. Son varias las figuras imponentes del Cacique Vilu y las famosas brujas de Vichuquén que puedes encontrar en el taller de Sergio. 

A la hora de ilustrar en la madera, Toño piensa en dar a conocer la historia del connotado Cacique. “Vilu tuvo una gran importancia aquí en Vichuquén porque fue el que envió a pelear un ejército de indígenas en el ejército libertador que buscaba expulsar a los españoles. No se acobardó jamás, pensó en todo el sufrimiento que padecieron y mandó a todos a pelear”. 

Antonio no solo se preocupa del producto que vende, si no que sabe perfectamente todos los detalles del lugar que considera su hogar, y narra cada arista de la historia: «la identidad de Vichuquén está marcada por un hecho clave, fue el último bastión del Imperio Inca hacia el sur. Durante mucho tiempo se creyó —como pensaba Pedro de Valdivia, el primer conquistador español en llegar— que los incas realizaban intercambios con los pueblos mapuche-picunche instalados en la zona del Cerro Huelén, en Santiago, cerca del río Mapocho. Los mapuche, tradicionalmente, fueron recolectores, muy vinculados al territorio y a lo que la naturaleza ofrece, aunque también se dedicaron a la agricultura, especialmente en la macrozona sur. Sin embargo, en sus inicios la lógica predominante era la recolección».

Los incas, en su expansión hacia el sur, avanzaron siguiendo la línea del Imperio hasta llegar al Maule. Allí, Vichuquén se convirtió en un punto estratégico. Lo que buscaban era oro, y detrás de ellos venían los españoles persiguiendo esa misma riqueza. Los incas eran grandes administradores, pero también expertos en extraer recursos, especialmente metales. Por eso el asentamiento inca en Vichuquén es uno de los hitos históricos relevantes del lugar.

Con el tiempo, la influencia inca se mezcló con la de los pueblos mapuche-picunche y, posteriormente, con la llegada de los españoles. El estilo arquitectónico colonial del pueblo, con corredores, muros anchos y techos de teja, proviene justamente del periodo en que el virreinato español se hizo cargo del territorio. Ese cruce cultural dejó vestigios importantes: antiguas construcciones, los primeros olivos plantados por los españoles y un trazado urbano que todavía conserva esa identidad.

Otro hito clave es el rol de Vichuquén como centro administrativo, primero para los incas y después para los pueblos que transitaban entre el norte y el sur. Esa mezcla cultural generó una fusión particular que más tarde también incorporó elementos españoles.

Además, Vichuquén tiene una historia rica no solo en términos arqueológicos, sino también en relación con el lago y las playas. El Lago Vichuquén, tal como se conoce hoy, comenzó a consolidarse hace unas cinco o seis décadas. Antes era un gran pajonal donde los animales iban a beber agua. Con el tiempo se transformó en un espacio clave para el turismo, con extensas playas: Boyeruca e Infiernillo al sur, Llico por el norte y sectores centrales donde antiguamente funcionaba el puerto desde donde se embarcaban granos, cueros, grasas y animales hacia el norte.

El entorno también incluye humedales con una biodiversidad muy particular: siete colores, taguas, cisnes de cuello negro y otras especies que forman parte de la identidad local. A eso se suman relatos tradicionales ligados a la brujería, que se remontan a prácticas ceremoniales de incas y mapuche —rituales, rogativas para pedir lluvia y ceremonias vinculadas al agua—. Cuando llegaron los españoles, muchos venían con la creencia europea en la existencia de brujos, y tras episodios de enfrentamiento y defensa local, circularon historias que reforzaron esa reputación. Así se instaló la idea de que Vichuquén era tierra de brujos y rituales antiguos.

Actividades tradicionales de Brujas en Vichuquén.
Actividades tradicionales de Brujas en Vichuquén.

En cuanto al cacicazgo, el último cacique reconocido fue Vilu, figura destacada porque envió a muchos indígenas a unirse al ejército libertador para expulsar a los españoles. Su aporte está ampliamente documentado en el museo local.

Para Gabriela Gonzalez Vera, Los cambios en torno al lago son proyectables a un problema identitario. Expresa su preocupación en torno a que el ecosistema está dejando de ser un territorio de subsistencia y tradiciones y está transformándose en una «escenografía turística». Según ella, es relevante destacar la desaparición de los bordes del lago como zona de recolección, pesca artesanal y encuentro comunitario, espacios dominados históricamente por humedales y vegetación nativa que sustentaba la economía doméstica.

Agrega, además, que la fragmentación del ecosistema contribuye a la debilitación de la memoria biocultural, dado que el bosque nativo, el hualo y roble, ha sido desplazado masivamente por plantaciones forestales. Esto cobra relevancia, ya que al homogeneizar el territorio, se borran memorias y referencias geográficas que daban sentido a los relatos, mitos y la identidad territorial de las comunidades locales. Además, esta homogeneización, según Sarricolea, lo hace menos resistente a los incendios forestales, que también depositan nutrientes al lago.

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