La introducción de especies exóticas en ecosistemas naturales ha sido una de las causas principales de la alteración de la biodiversidad en distintas partes del mundo, y Chile no ha estado exento de este fenómeno. En particular, hay especies cuyos impactos han sido muy estudiados mientras que en otras se carece casi por completo de información. Un ejemplo de este ultimo caso es la Trachemys scripta elegans, comúnmente conocida como la tortuga de orejas rojas, cuyos efectos aún se encuentran siendo investigados por las comunidades donde se encuentra.

La tortuga de orejas rojas, originaria del sureste de Estados Unidos y noreste de México, se caracteriza por sus dos distintivas manchas rojas a cada lado de su cabeza, justo detrás de los ojos, que le dan su nombre común. En su hábitat natural, esta tortuga habita en ríos, lagos y estanques cálidos, pero ha demostrado ser extremadamente adaptable, lo que le ha permitido sobrevivir en climas más fríos y, en muchos casos, prosperar en lugares donde no debería estar.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: blewulis.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: blewulis.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Alfred-gf.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Alfred-gf.

En Chile, su llegada fue impulsada por el creciente interés en los animales exóticos durante la década de 1950. La tortuga de orejas rojas se convirtió rápidamente en una mascota popular debido a su pequeño tamaño, facilidad de cuidado y bajo costo. Muchos hogares la adquirieron como parte de la moda del momento sin comprender las implicancias ecológicas de su tenencia, y mucho menos las consecuencias de liberarlas en el medio natural.

El primer reporte de tortugas de orejas rojas en ambientes silvestres en Chile fue realizado en 2002, aunque ya antes se habían observado algunos ejemplares en diferentes cuerpos de agua. Desde entonces, los avistamientos se han multiplicado, especialmente en la Región del Biobío, que incluye la ciudad de Concepción y sus alrededores. En la actualidad, estas tortugas están presentes en humedales y lagunas como Los Batros en San Pedro de la Paz, la Laguna Grande y el Río Andalién, donde su presencia podría estar alterando el equilibrio ecológico de aquellas zonas.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Mark Kostich.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Mark Kostich.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Christina Prinn.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Christina Prinn.

«Esta especie es originaria de California, lugar que tiene un clima que es bastante similar a la zona central de Chile. Entonces, esta especie, cuando ha sido liberada en estos humedales o cuerpos de agua, al parecer sobrevive bastante bien, e incluso se podría estar reproduciendo sin problemas, aunque aún no hemos podido comprobarlo del todo. Eso es lo que a nosotros nos llama bastante la atención y es lo que estamos investigando, porque eso significa que esta especie ya se está estableciendo en Chile. A lo mejor todavía no llega a expandirse, pero tampoco sabemos que daños puede estar provocando», comenta Lucila Moreno, doctora en Ciencias con mención Ecología y Biología Evolutiva, y académica de la facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción.

«Había una serie que se llamaba “Las Tortugas Ninjas”, donde tiraban justamente tortugas de esta especie en el alcantarillado y se transformaban en ninjas. Por lo mismo, estuvieron muy de moda estas tortugas y se empezaron a vender muy masivamente como mascota, porque eran pequeñitas. Además, eran fáciles de mantener, porque no necesitabas un tremendo acuario, sin embargo, son especies que son carnívoras, aunque hay pellet para alimentarlas. Crecen bastante, hasta los 40 centímetros aproximadamente. Entonces, el acuario pequeño deja de servir después de un tiempo, las deposiciones también son hediondas, por lo que hay que limpiar frecuentemente. En ese momento, esta mascota dejó de ser tan linda, y, al parecer, mucha gente empezó a abandonarlas», agrega.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Safriladi.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Safriladi.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Michel Viard.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Michel Viard.

Comportamiento y adaptabilidad

De acuerdo con algunos estudios, lo que hace más riesgosa la presencia de tortugas de orejas rojas es su capacidad para adaptarse a una amplia variedad de condiciones ambientales. A diferencia de otras especies que requieren condiciones muy específicas para sobrevivir, esta tortuga puede tolerar variaciones de temperatura extremas y una amplia gama de hábitats, lo que le permite colonizar una gran cantidad de cuerpos de agua. Su naturaleza omnívora también juega un papel fundamental en su capacidad para establecerse en nuevos ecosistemas. Estas tortugas se alimentan de una variedad de organismos, incluyendo peces, insectos, pequeños invertebrados y hasta plantas acuáticas.

Además, las tortugas de orejas rojas son excelentes nadadoras y pueden pasar largos períodos bajo el agua, lo que les permite escapar de la depredación y continuar creciendo sin muchas limitaciones. Su habilidad para moverse rápidamente y su agresividad al competir por alimentos hace que sea muy difícil para las especies nativas mantenerse a salvo.

«Es una especie que está ampliamente distribuida en el mundo. En cuanto a las características asociadas a su biología, en otros sitios donde es depredada, su caparazón la protege. También tiene hartas posturas de huevos al año, pueden ser hasta seis incluso, y ponen hasta 20 huevos en cada oportunidad. Además, se puede adecuar muy bien a distintos sistemas, sobre todo los urbanos», señala Karim Abufarhue, ingeniero en Conservación de Recursos Naturales, con diplomado en Conservación y Manejo de Fauna Silvestre, y actual alumno del Magíster en Zoología en la Universidad de Concepción.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Elena Photos.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Elena Photos.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Niel Bowman.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Niel Bowman.

«La mayor parte de los impactos de esta especie, como especie invasora, en la biota nativa, están documentados en áreas o en países donde hay presencia de otro tipo de tortugas de ambientes acuáticos, en el cual compiten por el espacio. También se produce la transmisión de parásitos a otras tortugas. En diversos países se ha documentado que depredan especies que son nativas. Han provocado en Japón casi la extinción de diversas especies de flora, porque, dependiendo del contexto, a veces se alimentan más de especies vegetales. Aquí en Chile no se han investigado en profundidad los reales impactos. Si bien tenemos toda esta literatura que nos lleva hacia un lado, aquí no hay evidencia. No tenemos presencia de tortugas en cuerpos de agua dulce, por lo que no se ha estudiado su dieta en particular para poder saber qué impacto tiene. Por el momento, nuestro foco está en eso, así como en determinar cuáles son los sitios a los que está especie podría llegar, para así poder tomar medidas de prevención, de control o de erradicación», agrega.

En este sentido, uno de los principales factores que les ha permitido proliferar en ambientes ajenos es su capacidad para reproducirse rápidamente. Las tortugas de orejas rojas alcanzan la madurez sexual entre los 3 y 5 años, y las hembras pueden poner de 10 a 30 huevos por temporada. Aunque el clima frío de algunas regiones del país podría haber sido inicialmente un obstáculo, estas tortugas han demostrado una notable resiliencia, adaptándose a las temperaturas más frías de ciudades como Valdivia y Concepción, donde se ha documentado la presencia de hembras grávidas.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.

Los impactos ecológicos potenciales

El impacto de esta especie invasora en la fauna acuática podría llegar a ser considerable. Las tortugas de orejas rojas se alimentan de peces como el puye (Galaxiidae), una especie endémica de Chile que habita en ríos y lagunas del sur del país. Los puyes, siendo peces de pequeño tamaño, son fáciles de consumir para las tortugas, que desplazan a las especies nativas que dependen de los mismos recursos. Además, al no tener predadores naturales en el ecosistema, las tortugas pueden reproducirse sin control.

«Creemos que se reproducen porque hemos visto tortugas de diversos tamaños en distintas épocas. También notamos, revisado los datos de ocurrencia de la especie en estas plataformas abiertas, que existen registros de esta tortuga desde Coquimbo hasta la Región de Los Ríos. Entonces, comprende una gran cantidad de regiones», menciona Karim.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Mike Dobrzan.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Mike Dobrzan.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Shreyaan.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Shreyaan.

«En la comuna de Gran Concepción están presentes en todos los cuerpos de agua. Contamos con siete u ocho lagunas, en las que esta especie está presente. La Laguna Redonda es la que tiene la mayor abundancia de tortugas, aproximadamente desde 25 a 30 individuos. Las Tres Pascualas también. Otras más urbanas, como parques o plazas con cuerpos de agua, igual presentan tortugas», agrega.

Otro especie potencialmente afectada por la presencia de las tortugas de orejas rojas es la carmelita, también conocida como carmelita de Concepción, una especie vulnerable que se encuentra en algunos cuerpos de agua en la región. La competencia por alimento y la depredación directa por parte de las tortugas pueden poner en peligro la supervivencia de estas especies, que dependen de un equilibrio delicado en su ecosistema.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Christina Prinn.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Christina Prinn.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Engin Akyurt.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Engin Akyurt.

El eventual daño no se limita solo a los animales. Las tortugas de orejas rojas también alteran los hábitats acuáticos en los que habitan. Al consumir grandes cantidades de algas y pequeños organismos acuáticos, modifican la composición de los ecosistemas acuáticos, afectando la calidad del agua y reduciendo la biodiversidad de especies autóctonas que dependen de estos recursos. Este cambio en la dinámica de los humedales podría llegar a tener consecuencias en cadena, afectando a las plantas acuáticas, a las aves que dependen de estos cuerpos de agua y, finalmente, al ser humano.

«En el caso de la Laguna Redonda, donde hemos visto una gran cantidad de individuos, hemos visto que su comportamiento está asociado a una plataforma flotante que instaló la municipalidad. También se suben a los árboles a tomar sol», afirma Karim.

«Estas plataformas fueron instaladas para que nidifiquen los cisnes, pero estas fueron ocupadas por las tortugas. Entonces, ahí uno podría hablar de un impacto, pero no está documentado, que es parte de lo que nosotros queremos evaluar», complementa Lucila.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Engin Akyurt.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Engin Akyurt.

Las amenazas para la salud

Además de los posibles daños ecológicos, las tortugas de orejas rojas también representan una amenaza para la salud pública. Estas tortugas son portadoras asintomáticas de salmonella, una bacteria que puede afectar tanto a los animales como a los seres humanos. La salmonella es un patógeno que causa infecciones gastrointestinales en los seres humanos, y puede transmitirse fácilmente a través del contacto directo con las tortugas o con el agua de su hábitat.

El riesgo de transmisión de salmonella es particularmente alto debido a la naturaleza de la tortuga de orejas rojas, que pasa mucho tiempo en el agua y en contacto con su entorno acuático, donde puede contaminar el medio ambiente. Además de la Salmonella, la tortuga de orejas rojas también puede ser portadora de otros patógenos, como parásitos intestinales, que pueden ser transmitidos a través del agua.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Wwyloeck.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Wwyloeck.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Peter Milota.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Peter Milota.

En este sentido, algunas de las personas que han tenido tortugas de orejas rojas como mascotas no son conscientes de los riesgos asociados con el manejo de estos reptiles. Sin la educación adecuada, los niños y adultos que juegan con las tortugas o manipulan su hábitat pueden estar expuestos sin saberlo, lo que representa una seria amenaza para la salud pública. La presencia de esta bacteria en ambientes naturales aumenta aún más la preocupación, ya que puede afectar a la fauna local y poner en peligro la salud de especies autóctonas que podrían no tener inmunidad frente a este patógeno.

«De las enfermedades, generalmente, estos animales llegan de sus lugares de origen en cautiverio, por lo que vienen sin parásitos, porque ingresaron en algún momento en Chile a través de una cuarentena. Sin embargo, los reptiles en general son portadores naturales de salmonella. La salmonella es una bacteria que causa enfermedades en el humano y también puede transmitirse a otros animales en los ecosistemas donde se encuentran. También es algo que se desconoce», explica Lucila.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Michel Viard.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Michel Viard.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Michel Viard.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Michel Viard.

Respuesta de las autoridades y medidas de control

Ante la creciente preocupación por el impacto ecológico de las tortugas de orejas rojas, las autoridades locales y organizaciones académicas han comenzado a tomar medidas para mitigar su presencia y proteger los ecosistemas.

Uno de los problemas que enfrentan las autoridades es la dificultad de rastrear a los propietarios de las tortugas, quienes las abandonan en los humedales sin asumir responsabilidad por sus actos. A pesar de las campañas de sensibilización sobre la tenencia responsable de mascotas, muchas personas siguen liberando a estos animales sin considerar las consecuencias para el medio ambiente.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Omepl1.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Omepl1.

A nivel nacional, la legislación sobre tenencia responsable de mascotas, como la Ley N° 21.020 (Ley Cholito), que regula la tenencia y el abandono de animales domésticos, es una herramienta importante para evitar que más tortugas sean liberadas, aunque aún queda mucho trabajo por hacer para garantizar que esta ley se cumpla de manera efectiva.

«En 2015 se prohibió el ingreso de esta especie a Chile como mascota y, por lo tanto, está prohibida su venta desde ese año. No se puede vender en las tiendas de mascotas, pero antes de ese año ingresaron miles de tortugas a Chile. Muchas de ellas seguramente murieron por mal tenencia de las mascotas, pero las otras no sabemos en realidad en qué estado estarán o si ya han sido liberadas a la naturaleza», comenta Lucila al respecto.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Michel Viard.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Michel Viard.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: J. Michael Jones.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: J. Michael Jones.

El proyecto de la Universidad de Concepción

En respuesta al creciente problema de las tortugas de orejas rojas en los humedales de la Región del Biobío, la Universidad de Concepción, en colaboración con diversas municipalidades, ha lanzado un proyecto para estudiar y mitigar el impacto ecológico de esta especie invasora en los ecosistemas acuáticos locales.

«El objetivo de este proyecto es hacer educación ambiental. Yo creo que eso sí se tiene que mantener en el tiempo, porque no es cosa de que se termine este proyecto y no se haga más educación. La educación ambiental da a conocer los impactos que tienen las especies invasoras y también la tenencia irresponsable, en este caso, de mascotas. Es un punto fundamental», señala Lucila.

«San Pedro de la Paz, en particular, consta de dos grandes lagunas: Laguna Grande de San Pedro y Laguna Chica de San Pedro. También hay varios humedales y, justamente, es en estas grandes lagunas donde hay otras especies invasoras. Además de las tortugas, también se encuentran las carpas, por ejemplo, que son estos peces que están muy extensamente distribuidos en Chile y que son dañinos», agrega.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Jim Brown.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Jim Brown.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.

El proyecto comenzó a fines de 2019 y tiene como objetivo realizar un levantamiento exhaustivo de las poblaciones de tortugas de orejas rojas presentes en los humedales. Los investigadores de la Universidad de Concepción, bajo la dirección del Departamento de Zoología, están llevando a cabo un seguimiento detallado para determinar la distribución de las tortugas en la zona, identificar sus sitios de anidamiento y evaluar su impacto sobre las especies nativas.

Una de las primeras fases del proyecto fue el diagnóstico de las poblaciones de tortugas en los humedales de San Pedro de la Paz, donde se encontraron ejemplares de tortugas de orejas rojas en varias lagunas y canales. Este diagnóstico fue crucial para tener una idea clara de la magnitud de la invasión y el daño potencial a la biodiversidad local. Además, se realizaron observaciones sobre las interacciones entre las tortugas y otras especies.

«Pertenezco una agrupación ambiental de Talcahuano. El año pasado, dentro de las diversas actividades que nosotros realizamos, hicimos censos de biodiversidad, en los que pudimos observar un aumento en la cantidad de individuos de tortugas. Por esto decidimos postular a un proyecto, un Fondo de Protección Ambiental, el que ejecutamos el año pasado. Contamos con la colaboración del Departamento de Zoología, representado por Lucila y Mauricio Urbina, la Municipalidad de Talcahuano, diversas juntas de vecinos, y establecimientos educacionales», menciona Karim.

Karim Abufarhue y Lucila Moreno. Créditos: Universidad de Concepción.
Karim Abufarhue y Lucila Moreno. Créditos: Universidad de Concepción.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Universidad de Concepción.

«Vimos que esto es una problemática que va más allá de un humedal en particular, sino que, a partir de distintas observaciones, nos dimos cuenta de que estaban presentes en una gran cantidad de cuerpos de agua de la provincia. Ahí postulamos a un proyecto de vinculación con el medio, el cual fue adjudicado», agrega.

El proyecto también contempla la implementación de medidas para controlar la población de tortugas, en colaboración con las autoridades locales. A partir de 2020, la Municipalidad de San Pedro de la Paz ha comenzado a retirar de forma voluntaria las tortugas de los cuerpos de agua afectados, una acción respaldada por la Universidad de Concepción. Las tortugas rescatadas se están entregando a zoológicos y centros de recuperación de fauna, donde se les proporcionan condiciones adecuadas para su cuidado y se evita su liberación nuevamente al medio natural.

«Independiente de que sepamos o no el impacto aún. No son propias de esos lugares y hay que removerlas de estas zonas donde están instaladas», afirma Lucila.

Tortuga de orejas rojas. Créditos: Choweth.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Choweth.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Len Jellicoe.
Tortuga de orejas rojas. Créditos: Len Jellicoe.

En la actualidad, tanto la Universidad como las municipalidades están trabajando en la sensibilización de la comunidad, promoviendo la tenencia responsable de mascotas y alertando sobre los daños ecológicos que pueden generar estas especies invasoras.

«Lo más difícil es convocar a las personas. Nosotros hemos tenido una muy buena recepción de las municipalidades y de las direcciones de Medio Ambiente, que se han mostrado muy dispuestos a colaborar, a entregarnos datos, pero después todo esto lo bajamos a las juntas de vecinos o queremos convocar a reuniones. La gente no participa mucho en estas instancias.  La llegada a la gente es compleja», puntualiza Lucila.

«Las personas que están interesadas en el tema, que finalmente se comunican con nosotros a través de nuestro Instagram, nos cuentan que han visto tortugas, por lo que nosotros los estamos invitando a registrar estos puntos donde ellos den con estas tortugas en esta plataforma que se llama iNaturalist. Ellos pueden ingresar ahí el registro y la fotografía para corroborar. Eso mismo nos ayuda a nosotros a tener esta distribución en Chile, los que nos interesa para ver qué tanto se ha expandido o en qué punto se ha logrado establecer», agrega.

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