Las inquebrantables fronteras naturales que rodean Chile, como el desierto más árido del mundo, la cordillera de los Andes y el Océano Pacifico, hacen que nuestro país sea toda una isla biogeográfica con características únicas. Gracias a esto, nuestro territorio cuenta con condiciones óptimas que han permitido el desarrollo de especies únicas, que solo existen en este recóndito lugar del mundo. Así, se estima que entre un 22% y un 25% de la fauna chilena vive únicamente dentro de los límites del territorio nacional. 

Taruka (Hippocamelus antisensis). Créditos: ©Facundo Mercado - Cortesía de Jane Goodall Chile
Taruka (Hippocamelus antisensis). Créditos: ©Facundo Mercado – Cortesía de Jane Goodall Chile

Con el fin de concientizar a la población sobre las especies nativas de nuestro país y la importancia de cuidar nuestro patrimonio natural, el primer sábado de noviembre se celebra el Día de la Fauna Chilena, un evento creado en 2014 por voluntarias de la ONG Jane Goodall Institute en Chile, que se consolida como una de las iniciativas de educación ambiental más importantes del país en favor de la fauna nativa.

Este 2024, el evento de celebración se llevará a cabo el próximo sábado 9 y domingo 10 de noviembre, de 10:00 a 17:00 horas, en el Centro Interactivo de los Conocimientos (MIM), con diversas actividades educativas y recreativas inspiradas en la naturaleza. Uno de los momentos más esperados de este evento será la elección del nuevo embajador de la fauna, que sucederá al chucao (Scelorchilus rubecula), el actual embajador.

Rana esmeralda (Hylorina sylvatica). Créditos: ©Andy Charrier - Cortesía de Jane Goodall Chile
Rana esmeralda (Hylorina sylvatica). Créditos: ©Andy Charrier – Cortesía de Jane Goodall Chile

La elección anual del Embajador de la Fauna Chilena ha tenido durante toda una década un profundo propósito educativo, permitiendo conectar a la comunidad con la biodiversidad nacional. La comisión organizadora del Día de la Fauna Chilena de la ONG Jane Goodall Institute en Chile, a través de la selección de representantes de seis grupos diferentes —aves, reptiles, anfibios, mamíferos, marinos y artrópodos— ha querido abarcar una amplia variedad de especies, incluidas aquellas cercanas al entorno cotidiano de las personas.

Esta diversidad facilita la comprensión de su importancia en los ecosistemas y abre el espacio para desarrollar actividades educativas y campañas que exploren tanto sus características como el papel fundamental que juegan. Cada embajador, además, se convierte en una «especie bandera,» ayudando a visibilizar y concientizar sobre la conservación de otros animales y el equilibrio ecológico.  

Chungungo (Lontra felina). Créditos; ©Guido Pavez - Cortesía de Jane Goodall Chile
Chungungo (Lontra felina). Créditos; ©Guido Pavez – Cortesía de Jane Goodall Chile

Los candidatos de este año son: la taruka (Hippocamelus antisensis), la rana esmeralda (Hylorina sylvatica), la iguana chilena (Callopistes maculatus), el chungungo (Lontra felina), el pequén (Athene cunicularia) y la abeja caupolicana (Caupolicana fulvicollis).

Las votaciones están abiertas en www.diadelafauna.cl, y quienes asistan al evento gratuito este 9 y 10 de noviembre podrán votar presencialmente.

Pequén (Athene cunicularia)

Pequen (Athene cunicularia). Créditos: ©Patricia Vega - Cortesía de Jane Goodall Chile
Pequen (Athene cunicularia). Créditos: ©Patricia Vega – Cortesía de Jane Goodall Chile

Es un pequeño búho de ojos amarillos brillantes, movimientos simpáticos y patas largas, que puede encontrarse en terrenos arenosos, pastizales y en lugares libre de vegetación baja. Usualmente suele verse en pareja o con su familia.

En Chile, el pequén está representado por las subespecies Athene cunicularia cunicularia y Athene cunicularia nanodes. La primera se registra, casi en todo el país, en terrenos arenosos y dunas de la zona costera o en praderas agrícolas con bajo pasto, desde la Región de Tarapacá hasta la Región de Los Lagos. La segunda se distribuye en el litoral de la zona fronteriza con Perú y los alrededores de Iquique y Arica por el borde costero.

Pequen (Athene cunicularia). Créditos: ©Patricia Vega - Cortesía de Jane Goodall Chile
Pequen (Athene cunicularia). Créditos: ©Patricia Vega – Cortesía de Jane Goodall Chile

Es la menos nocturna de las rapaces chilenas, volando con igual facilidad tanto de día como de noche. Sobre su alimentación, se caracteriza por consumir invertebrados durante todo el año. También comen roedores, pero estacionalmente. De la misma forma, pueden en los sectores costeros consumir aves pequeñas, langostas y crustáceos.

Su nombre proviene del mapudungun “pequeñ”.

Anida en madrigueras de otros animales, como conejos o roedores, en el suelo, lo que los hace muy vulnerables a ataques de perros. Con el tiempo, su mayor peligro ha llegado a ser el uso de rodenticidas. Sin embargo, su población no está en riesgo grave por ahora.

Su principal amenaza es el uso de veneno para ratones.

Categoría de conservación: “Preocupación menor” (IUCN, RCE-Chile).

Abeja caupolicana (Caupolicana fulvicollis)

Abeja caupolicana (Caupolicana fulvicollis). Créditos: ©Cristobal Spratz - cortesía de Jane Goodall Chile
Abeja caupolicana (Caupolicana fulvicollis). Créditos: ©Cristobal Spratz – cortesía de Jane Goodall Chile

También conocida como caupolicana de collar rojo, la abeja caupolicana es toda una joya de la biodiversidad chilena.

Esta abeja gigante, que puede medir hasta 25 mm, es endémica de Chile, y es considerada una de las abejas más hermosas del mundo.

Es una especie de abeja sin aguijón, que se distribuye en el borde costero entre las regiones de Atacama y Biobío. La especie se distribuye en el borde costero, en ecosistemas dunares, entre las regiones de Atacama y Biobío. Cabe destacar que las dunas son de los ecosistemas más amenazados por la industria inmobiliaria y actividades recreativas, por lo que en la actualidad estos factores son las principales amenazas para la especie.

A diferencia de otras abejas que construyen sus nidos en árboles o troncos, las hembras de esta especie construyen sus nidos en paredones de arena compactada que suelen excavar en la época reproductiva y que luego tapan con arena.

La abeja caupolicana es un polinizador clave en los ecosistemas dunares, contribuyendo significativamente a la reproducción de numerosas plantas nativas. De hecho, se ha reportado que es un visitante floral de al menos 16 especies, en su mayoría endémicas restringidas principalmente a ambientes costeros de dunas, roqueríos y matorral esclerófilo, por lo que es un importante polinizador de la flora en estos ambientes.

Lamentablemente, la pérdida de su hábitat -especialmente en las zonas costeras-, pone en riesgo sus poblaciones.

Abeja caupolicana (Caupolicana fulvicollis). Créditos: ©Cristobal Spratz - cortesía de Jane Goodall Chile
Abeja caupolicana (Caupolicana fulvicollis). Créditos: ©Cristobal Spratz – cortesía de Jane Goodall Chile

Su principal amenaza es la pérdida de hábitat.

Su categoría de conservación corresponde a “Casi Amenazada” (RCE-Chile) y “Datos Insuficientes” (IUCN).

Rana esmeralda (Hylorina sylvatica)

Rana esmeralda (Hylorina sylvatica). Créditos: ©Andy Charrier - Cortesía de Jane Goodall Chile
Rana esmeralda (Hylorina sylvatica). Créditos: ©Andy Charrier – Cortesía de Jane Goodall Chile

De un intenso color verde esmeralda, ojos protuberantes y dorados y un cuerpo ágil, esta pequeña rana nativa de Chile destaca entre los paisajes boscosos por su increíble apariencia brillante.

Es posible verla saltando entre la hojarasca e incluso posada en árboles hasta los 6 metros de altura, en ambientes de lagunas, charcos y bordes de río. Se encuentra entre las regiones de Biobío y Magallanes, en bosques húmedos y llenos de vida, mayormente de hábitos crepusculares.

Rana esmeralda (Hylorina sylvatica). Créditos: ©Andy Charrier - Cortesía de Jane Goodall Chile
Rana esmeralda (Hylorina sylvatica). Créditos: ©Andy Charrier – Cortesía de Jane Goodall Chile

Este anfibio de entre 3 a 6 centímetros, canta todo el año, pero en primavera y verano, durante su época de reproducción, su canto se incrementa, bridando un especial concierto.

A pesar de su encanto, enfrenta problemas serios debido a la destrucción de su hogar y el cambio climático.

Rana esmeralda (Hylorina sylvatica). Créditos: ©Andy Charrier - Cortesía de Jane Goodall Chile
Rana esmeralda (Hylorina sylvatica). Créditos: ©Andy Charrier – Cortesía de Jane Goodall Chile

Sus principales amenazas son la degradación y fragmentación de su hábitat.

Categoría de conservación: “Preocupación menor” (IUCN, RCE-Chile).

Chungungo (Lontra felina)

Chungungo (Lontra felina). Créditos; ©Daniela Peña - Cortesía de Jane Goodall Chile
Chungungo (Lontra felina). Créditos; ©Daniela Peña – Cortesía de Jane Goodall Chile

También conocido como gato de mar, el chungungo es la nutria es la más pequeña del mundo, con un peso de 3 a 5 kilos y un largo no mayor a 90 centímetros, y vive a lo largo de las costas del Océano Pacifico, desde el norte de Perú hasta Cabo de Hornos, en Chile.

Habitan mayoritariamente costas rocosas, siendo grandes buceadores que logran nadar en los oleajes más tempestuosos. Si bien, son excelentes nadadores, pasan solo el 20% del día en el mar, el resto del tiempo se mantiene en tierra debido a su deficiente termorregulación, necesitando varias horas de acicalamiento y captura de calor.

Son escurridizos y habilidosos, tanto en las rocas como en el mar, y son sumamente juguetones entre ellos.

Se alimentan preferiblemente de crustáceos, peces y también moluscos. Sus patas poseen fuertes garras que les facilitan capturar e inmovilizar a sus presas y, al comer o movilizarse con su presa, la afirma sobre su barriga y nada de espaldas.  

Es el depredador tope de los ecosistemas intermareales de Chile, sin embargo, está amenazado por la fragmentación y destrucción de su hábitat, la contaminación y la tenencia irresponsable de perros y gatos.

Chungungo (Lontra felina). Créditos; ©Daniela Peña - Cortesía de Jane Goodall Chile
Chungungo (Lontra felina). Créditos; ©Daniela Peña – Cortesía de Jane Goodall Chile

Una de sus principales amenazas es la degradación y destrucción de su hábitat.

Categoría de conservación: “En peligro” (IUCN, RCE-Chile).

Taruka (Hippocamelus antisensis)

Taruka (Hippocamelus antisensis). Créditos: ©Facundo Mercado - Cortesía de Jane Goodall Chile
Taruka (Hippocamelus antisensis). Créditos: ©Facundo Mercado – Cortesía de Jane Goodall Chile

El huemul de norte, taruca o taruka –Hippocamelus antisensis– es uno de los tres ciervos que habitan en Chile. Es una de las especies más amenazadas de nuestro país y, al mismo tiempo, una de las más desconocidas y desprotegidas.

Habita en zonas muy específicas de la precordillera que tienen acceso al agua, en las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá, entre los 3.000 y 4.000 msnm. Pero de su población no hay un registro certero. Algunas estimaciones, como las registradas por el Ministerio del Medio Ambiente, especifican que habría cerca de 600 ejemplares. Mientras tanto, el último Censo de CONAF en la zona sólo divisó 61.

Con sus cuernos imponentes (solo los machos los tienen) y su elegante pelaje gris, es una maravilla de observar en sectores andinos y precordilleranos. Se trata de un animal estrictamente herbívoro y requiere de quebradas húmedas para reproducirse y sobrevivir.

Actualmente está en peligro por la actividad humana, como la minería y la agricultura, que afectan su hogar en las montañas.

Taruka (Hippocamelus antisensis). Créditos: ©Facundo Mercado - Jane Goodall Chile
Taruka (Hippocamelus antisensis). Créditos: ©Facundo Mercado – Cortesía de Jane Goodall Chile

Sus mayores amenazas son la degradación y destrucción de su hábitat.

Categoría de conservación: “Vulnerable” (IUCN) y “En peligro” (RCE-Chile).

Iguana chilena (Callopistes maculatus)

Iguana chilena (Callopistes maculatus). Créditos: ©Patricia Vega - Cortesía de Jane Goodall Chile
Iguana chilena (Callopistes maculatus). Créditos: ©Patricia Vega – Cortesía de Jane Goodall Chile

Es el reptil más grande de Chile, pudiendo llegar a medir hasta 50 centímetros desde su hocico hasta la punta de su cola.

Endémica de Chile, vive en zonas rocosas de matorral esclerófilo, con presencia de cactáceas y espinos, entre las regiones de Antofagasta y El Maule.

Tiene un aspecto único, con manchas negras y blancas, y un vientre que puede ser rojizo o salmón. Es un reptil carnívoro y también carroñero, su dieta se basa principalmente en artrópodos (insectos) también se alimenta de pequeños mamíferos, aves y otros reptiles. Es de reproducción ovípara, llegando a poner alrededor de doce huevos por ocasión.

Iguana chilena (Callopistes maculatus). Créditos: ©Patricia Vega - Cortesía de Jane Goodall Chile
Iguana chilena (Callopistes maculatus). Créditos: ©Patricia Vega – Cortesía de Jane Goodall Chile

Es un reptil terrícola y su actividad se concentra en la estación de primavera y verano debido a su ajustado rango de uso de temperatura. Se pueden observar con más frecuencia a partir del mes de octubre en la zona central, momento en el que comienzan a salir de su reposo invernal para entrar en su periodo reproductivo y buscar pareja.

Las actuales investigaciones han determinado su posición filogenética dentro de la familia Teiidae y se ha comprobado que se trata de un género vicario, de origen anterior a todos los miembros restantes de la familia Teiidae y, por tanto, un grupo relicto. Se infiere que el género se origino hace aproximadamente 60 millones de años, logrando perdurar en el territorio chileno gracias a sus condiciones geográficas.

Lamentablemente, actualmente se encuentra amenazada por el comercio ilegal para convertirla en mascota, pero también enfrenta la pérdida de su hogar debido a la expansión agrícola.

Sus principales amenazas son la destrucción de su hábitat y el comercio ilegal como mascota.

Categoría de conservación: “Casi Amenazado” (RCE-Chile).

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