Hoy se retomaron alegatos de Andes Iron por Dominga: “el activismo ha sido clave para frenar el proyecto”, señala experto
Este 20 de diciembre comenzaron los alegatos por el caso del proyecto minero portuario Dominga, ante el Primer Tribunal Ambiental, con sede en Antofagasta. Entre este miércoles y jueves se discutirá el recurso de reclamación presentado por la empresa minera Andes Iron en contra de la resolución del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), debido a la calificación ambiental desfavorable del proyecto. En este contexto, nuestro colaborador, el sociólogo Felipe Cárcamo, publicó recientemente un trabajo en el que analiza la surgencia del movimiento ecologista por la defensa del territorio del Archipiélago de Humboldt y su biodiversidad. En esta entrevista, Cárcamo aborda las amenazas de la zona —como Dominga—, el activismo y la historia de un lugar único en Chile.
El chungungo que tiene tatuado en su antebrazo derecho es señal de su fuerte conexión con el Archipiélago de Humboldt: “Mi familia materna trabajó y vivió en este territorio. Mi abuelo fue jefe del campamento minero El Tofo hasta 1974. Es un lugar con el que siento un vínculo muy especial, y adonde vuelvo cada vez que puedo”.
Felipe Cárcamo (30) es sociólogo, activista medioambiental y analista de proyectos en ONG FIMA. Hace más de 10 años, cuando aún era estudiante universitario, se unió a la Red Ambiental del Norte, y más tarde a otras organizaciones, como Defensa Ambiental Región de Coquimbo y Alianza Humboldt. Como candidato a diputado por ese distrito en 2021, la defensa medioambiental se convirtió en parte fundamental de su proyecto político.
Hace algunas semanas, Cárcamo concluyó la extensa investigación que desarrolló como tesis de su Magister en Sociología, en la Universidad Alberto Hurtado: “#ArchipiélagoDeHumboldt: La surgencia del movimiento ecologista por la defensa del territorio y su biodiversidad”. Se trata de un pormenorizado estudio sobre la manera en que el activismo verde se desplegó en contra del megaproyecto minero Dominga… y el rol clave que cumplieron las redes digitales.
“El archipiélago de Humboldt es un paraíso en la Tierra que ha estado bajo diferentes amenazas durante los últimos 20 años. Y todo ese tiempo ha habido activistas sacando la voz, denunciando las injusticias, exigiendo protección”, apunta.
-¿Cómo desarrollaste tu investigación?
-Fue un estudio inmersivo que se extendió durante 4 años, del 2018 al 2022. Mi intención fue realizar un retrato del movimiento por la defensa del Archipiélago de Humboldt a partir de las prácticas de las y los alteractivistas. Es importante recordar que ha sido la acción comunitaria y de miles de activistas lo que ha conseguido neutralizar los peligros. Por eso estudié los movimientos sociales de defensa del Archipiélago en las últimas 2 décadas, y que ha sido liderado principalmente por jóvenes.
Un paraíso amenazado.
-¿Qué relevancia tiene hoy el Archipiélago de Humboldt en el contexto mundial?
-Es literalmente un paraíso: posee una enorme biodiversidad ecosistémica y una geografía única. Las corrientes marinas y el fenómeno de la surgencia resultan clave en todo el entramado de vida, con una alta variedad de hábitats y la presencia de diferentes organismos. Se trata de un lugar que nos brinda esperanza para la recuperación del océano. Un ejemplo: es la reserva de pingüinos de Humboldt más grande del planeta. Además, al hablar del Archipiélago no podemos dejar fuera a los pueblos originarios, como los Changos, que han construido una estrecha relación con el mar.
-¿Cuáles son las amenazas de las que hablas? La más conocida es Dominga…
-Lo primero fueron proyectos inmobiliarios en las islas Dama y Gaviota, ¡querían levantar dos hoteles cinco estrellas tremendos! Luego llegaron los proyectos de generación de energía termoeléctrica en base a carbón. Y la guinda de la torta fue el plan de construir dos mega puertos y los impactos de la minera Dominga. Es un contrasentido total: instalar edificios, minas, puertos, desaladoras, relaves y nuevas rutas justo en medio de una reserva de la biodiversidad.
Cárcamo cuenta que organizar su investigación no fue tarea fácil: “La tesis tiene la virtud de haber hecho un acompañamiento inmersivo, sistemático y extendido en el tiempo. Me inspiré en la literatura sobre movimientos sociales, los estudios del Antropoceno y la teoría crítica latinoamericana. Opté por un enfoque etnográfico integral, que me otorgó flexibilidad para describir y entender el movimiento desde la perspectiva de sus protagonistas. Pude integrar técnicas emergentes, como la “etnografía de lo digital”, una herramienta que amplía el análisis hacia un ámbito más híbrido y dinámico.
“La importancia de los adversarios”.
-¿Qué descubriste trabajando para esta tesis?
-Que más allá del “No a Dominga”, fue el activismo el que hizo posible que este año se aprobara al Archipiélago de Humboldt como un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU). Es un tremendo avance, que debemos agradecerle a los movimientos ecoterritoriales y al uso intensivo de tecnologías digitales. Fueron varios ciclos de movilización, durante 20 años, los que consiguieron esta protección.
Y añade: “El activismo en redes sociales fue clave para detener el proyecto Dominga. Resulta esperanzador ver cómo los ciclos de alteractivismo se van levantando unos sobre otros, y así se van ensanchando las redes de protección, que unen puentes entre actores y organizaciones”.
Otro hallazgo interesante, apunta Cárcamo fue constatar “la importancia de los adversarios para articular a los actores”. ¿Un ejemplo? “El involucramiento directo de la familia Piñera-Morel en el proyecto Dominga impulsó a diversos actores alteractivistas a oponerse a la minera”. De la misma forma, “las disputas interpretativas permiten aglutinar actores. La idea de que el Archipiélago de Humboldt es más que un lote de islas e islotes y que es un hotspot de diversidad fue lo que facilitó la articulación del movimiento y que organizaciones internacionales se alinearan al esfuerzo de Alianza Humboldt.
-Con el archipiélago ya convertido en un “Área Marina Costera Protegida”, ¿pierde fuerza o sentido el movimiento?
-No, todo lo contrario. Lo que se nos viene es nuevo y desafiante. Ahora debemos pasar del decreto a la acción. Son más de 400 especies que quedan protegidas. Un paraíso de más de 574 mil hectáreas reconocido oficialmente como tal. Es un hito indiscutido en la historia de este territorio constantemente amenazado. Pero ahora hay que dotar de gobernanza oceánica a esta zona, y que todos los actores se sientan convocados y representados. Hablo de todas las instituciones políticas del Estado, los empresarios, la ciudadanía, la sociedad civil y las ciencias, incluso de aquellos que en un comienzo no estaban a favor, ojalá hoy también se sientan parte de su cuidado y promoción.