
Artículo por Magdalena BesomiT.
23 Mar, 2015
El tamaño de las cosas depende con qué se comparen. La naturaleza es sublime. Simplemente nos sorprendemos de lo pequeño que somos en ella. Vía Alta propone al ser humano una nueva manera de recorrer y percibir nuestro entorno.
En un bosque de árboles nativos y en un farellón de columnas basálticas, el proyecto plantea dos recorridos de ejes perpendiculares. El primer tramo, horizontal, construido con pasarelas de madera y cables de acero, colgadas a grandes coihues a 10 metros sobre el suelo, permite recorrer la copa de los árboles. Es la Vía Arbórea, una intervención respetuosa con el sotobosque y con los árboles a los cuales se ancla, cuyo trazado se define por los árboles existentes tanto en su dirección como en su ancho, generando una geometría orgánica, que frente a las verticales del bosque aparece como una línea horizontal suspendida.
Por otro lado está la Vía Ferrata, el segundo tramo, el vertical. La percepción espacial del desplazamiento en vertical es mucho mayor que en el horizontal, como seres humanos no estamos acostumbrados a movernos verticalmente, por ende, la percepción espacial cambia radicalmente a medida que se va ascendiendo. De pronto aparece el paisaje, el valle, las montañas y los volcanes por sobre la copa de los árboles. La Vía Ferrata, construye un recorrido vertical de 120 metros de altura, a través de 4 tramos de escaleras de acero ancladas y colgadas en sus extremos al farellón, de manera de intervenir lo menos posible.
La Vía Alta es un proyecto de turismo que surge como una motivación de hacer algo distinto, abierto a quienes quieran vivir la experiencia de la montaña. Al mismo tiempo es un proyecto de paisaje, construido a pulso, que modifica la naturaleza para mostrárnosla desde un nuevo punto de vista.
Ubicación, Valle de Sahangri-la, Las Trancas, Chillán.
Construcción:
Miguel Sepúlveda, Ismael Sepúlveda, Benjamín Sepúlveda, Daniel Rojas, José Luis Acuña y Mario Gaytán.
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