Llevar perros en las playas: una problemática invisibilizada
Estamos en temporada de vacaciones y la playa es uno de los principales destinos para los chilenos. Dentro de este panorama, es muy común ver a personas acompañadas de sus mascotas, entre ellas, los queridos perros. En Chile existen lugares que según ordenanzas municipales, se prohíbe el ingreso sin supervisión y baño en el mar de animales domésticos, por diferentes razones. Mientras tanto, el debate sobre su presencia en estos lugares ha girado en torno a diferencias aristas, entre lo que se considera la convivencia, el riesgo fauna silvestre, en especial aves playeras, y las mismas mascotas. Por ello, consultamos la opinión de diversos especialistas frente al tema. ¿Qué nos dijeron? En esta nota te lo contamos.
En esta temporada estival ir a la playa es un panorama esperado por muchos. En las casas, las familias alistan sus bolsos de playas y toallas, además de sumar un visitante más en su «pack familiar» playero: los perros. Sería algo de esperarse considerando que, según un estudio de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Católica, 8 de cada 10 chilenos tiene una mascota, siendo el 79% de ellas, perros.
Actualmente en Chile no existe una ley que prohíba la entrada de animales domésticos a balnearios. Sin embargo, la presencia de mascotas en las playas es un tema que ha generado debate desde diferentes aristas, considerando temas de convivencia, impactos en la fauna silvestres e incluso en las mismas mascotas.
Presencia y convivencia en las playas
Considerando estas razones y las que estimen convenientes, las municipalidades pueden reservarse la decisión de animales domésticos, generando ordenanzas municipales que lo regulen.
Tal es el caso, por ejemplo, de municipios de Zapallar y Santo Domingo, Puchuncaví, Antofagasta y Quinchao decidieron restringir la entrada de mascotas sin medidas de control y el baño en el mar de estas, arriesgando sanciones de 3 a 5 UTM, es decir, entre $186.000 a $310.000, aproximadamente. En Valparaíso, por ejemplo, la ordenanza se aplica sólo en la época estival, a través de una concesión que postula la municipalidad a la Subsecretaría de Fuerzas Armadas, que les permite fiscalizar las playas sólo durante las vacaciones.
El Alcalde de Santo Domingo explicó que las principales razones de esta prohibición, son por ejemplo, asuntos de salud pública por las fecas de los animales y además por la confortabilidad de la gente a la que no le agrada tener un perro al lado ladrando.
Según la Veterinaria El Roble, uno de los principales motivos que dificulta que las personas puedan llevar a sus mascotas de una manera ordenada y responsable a las playas, es que estas no cuentan con espacios con basureros y bolsas para recoger los desechos, además de que son muy limitados los espacios con bandera verde, aptos para el baño y estos se llenan de turistas.
Por lo tanto, para visitar cualquier playa del país, hay que tener en cuenta varios factores si se está pensando en llevar a las mascotas, según han explicado diversos especialistas.
¿Cuáles son los riesgos para la fauna silvestre de llevar a nuestras mascotas a las playas?
Un riesgo importante es el impacto a fauna silvestre. Así lo explica Javier Cabello, Director de la Comisión Fauna Silvestre y Medio Ambiente de Colegio Médico Veterinario (Colmevet): «las mascotas interfieren en las playas de varias maneras. La más conocida son los ataques que pueden generar heridas leves, graves y por supuesto la muerte. Eso pasa por ejemplo, con perros y pudúes en Chiloé, guanacos, huemules en el sur y norte de Chile y con muchas aves en las playas de Chile. Según indica, «los gatos son más silenciosos, sin embargo, el daño es igual o mayor, ya que también atacan a aves pequeñas y reptiles, muchos de los cuales están en peligro, tanto en zonas rurales como urbanas».
A esto, el profesional agrega que a mediano y largo plazo las consecuencias cruciales puede ser llevar especies a la extinción: «Una razón podría ser la transmisión de enfermedades desde los animales domésticos a los animales silvestres. Por lo general, los animales silvestres, no están expuestos a los mismos agentes infecciosos de animales domésticos, así que una infección de este tipo podría causar una mortalidad gigantesca. Un ejemplo clásico que hemos trabajado mucho es con los zorros chilotes y la potencial transmisión del distemper, ya que el zorro chilote no tiene anticuerpos para esa enfermedad por lo que el hecho de tener este contagio podría afectar a una población completa al ser totalmente mortales».
Además, comenta que «los perros afectan por la simple presencia, ya que sus olores, orinas, marcajes, hacen que los animales silvestres limiten su territorio (exclusión territorial) , limitando su distribución y alterando su comportamiento».
El impacto en las aves playeras
Diego Luna Quevedo, Especialista en Conservación de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP) señala: “existe variada evidencia científica de que los perros son una de las principales amenazas para las aves playeras, causando depredación de huevos y polluelos. Es altamente negativa la perturbación generada particularmente durante los períodos de alimentación y descanso. Los perros son una perturbación permanente para este grupo de aves, debido a la frecuencia con que las persiguen, alterando comportamientos vitales para que puedan cumplir sus ciclos de vida, como son la incubación, alimentación y descanso”.
“Cuando las aves playeras perciben riesgo de depredación, siempre hay un costo energético negativo para ellas; se producen respuestas de escape en las aves, abandono de nidos, gasto energético excesivo y disminución de la condición física, lo que puede causar disminución de su éxito reproductivo».
El especialista enfatiza que “desde la perspectiva de la tenencia responsable, aves playeras y perros en las playas no son compatibles, ni con correa, ni sin correa”.
Según la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC), las aves playeras destinan la mayor parte de su tiempo a actividades de alimentación, acicalamiento, descanso y reproducción. Sin embargo, al ser perturbadas esa dedicación se altera y puede afectar sus posibilidades de supervivencia. El perro, conocido como “el mejor amigo del hombre”, no lo es precisamente para este grupo de aves. Los perros que deambulan sin sujeción ni control en playas y humedales son una de las principales amenazas para las aves en estos ambientes.
Las aves playeras ven a los perros de la misma manera que ven a cualquier depredador, lo que puede provocar que abandonen un nido o pierdan energía y tiempo de descanso y/o alimentación arrancando de ellos. Además, lamentablemente están comprobados los altos niveles de depredación de huevos y polluelos por parte de perros.
Es por esto que enfatizan en que la tenencia responsable en lugares donde las mascotas aún son recibidas, es primordial para que todos y todas podamos compartir el espacio de manera respetuosa y consciente. Entre esto, entregan las siguientes recomendaciones:
- Si vas a la playa o al humedal, asegúrate de llevar a tu perro con correa y bajo control. ¡Cumple con la tenencia responsable de tu mascota!
- Respeta el espacio de las aves, la playa es de todos y todas. Procura que la visita junto a tu mascota no perturbe a las aves presentes en el lugar. Si las aves vuelan, vocalizan o dejan de alimentarse, te has acercado demasiado, dales más espacio.
- Tu perro no debe perseguir ni perturbar a las aves. Podrías pensar que es divertido, pero ellas no creen que sea un juego: es de vida o muerte, desperdician energía valiosa y les resta tiempo para sus hábitos diarios de supervivencia. ¡Algunas no logran recuperarse lo suficiente para migrar de regreso a sus destinos!
- Evita que tu perro se escape o transite sin supervisión. La tenencia responsable de mascotas incluye mantener a nuestras mascotas supervisadas y atendidas de manera constante. Un perro que deambulan “libre” y sin restricción representa riesgos para su propio bienestar y el del ecosistema.
Riesgos para los perros
La etóloga Ana Francisca Soto, Secretaria de la Comisión Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas del Colegio Médico Veterinario (Colmevet), indica que la exposición de las mascotas en las playas no sólo afecta a la fauna marina, sino también a ellos mismos.
«El contacto directo con el sol, podría producir en los perros quemaduras en el cuerpo y en sus cojinetes. A pesar de que sus almohadillas en las patas tienen una piel resistente preparada para terrenos irregulares y con cierta variación de temperatura se podrían producir llagas o heridas. Además, perros con problemas dermatológicos podrían sufrir quemaduras graves si no se aplican protectores solares especiales veterinarios el abdomen, nariz y partes donde no exista mucho pelaje».
Junto a esto, la especialista apunta a que el agua del mar contiene un nivel importante cloruro de sodio o sal, además de toxinas y bacterias que se unen a las algas marinas como componentes que pueden dañar a la mascota. Si el perro bebe agua del mar, es muy posible que termine intoxicado (al igual que nosotros los humanos) y podría sufrir alguna patología que puede ser preocupante o más grave. Su nivel de sodio aumentaría de manera desproporcional y eso le provocaría síntomas como diarrea líquida y quizá explosiva, vómitos, deshidratación generalizada, nervios, mareos, debilidad o falta de fuerza y energía, decadencia anímica, etc.
Otro aspecto importante a considerar son las corrientes marinas y el oleaje, las cuales son habituales durante el verano. En el caso de que ocurriera un descuido y sin supervisión, el animal podría introducirse muy adentro del mar y posteriormente ser llevado por la marea hasta el punto de que le sea muy difícil volver a la orilla o rescatarlo.