Desierto en el norte. Hielos en el sur. Montañas al oriente, un mar infinito al poniente. Las cuatro fronteras naturales de Chile describen un paisaje desafiante. «Habitar la inmensidad» habla precisamente de cómo los chilenos intervenimos nuestro territorio. De cómo la presencia humana aparece ínfima frente a la inmensidad del paisaje.

Al interior de Arica, perdida en las serranías que trepan hacia el altiplano, la quebrada de Camarones describe una gran hendidura sobre las sierras desérticas.  A un costado, el poblado de Pachica y su pintoresca iglesia se emplazan en una pequeña terraza que poco más allá desaparece y da paso a un  profundo e imponente  cañón.

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