Fotografiar la belleza y sutileza del Reino Fungi, ha sido una experiencia que me cautivó hace ya varios años y se ha transformado casi en una adicción.  En cada salida  busco minuciosamente en los distintos rincones del lugar a esos seres muchas veces minúsculos que aparecen o se esconden en secreto, como si no quisieran ser vistos por nadie.

Al observarlos en detalle con la profundidad y cercanía del lente, se puede apreciar la magia que estos pequeños seres vivos nos regalan, con sus diversas formas, texturas y coloridos, y en cada mirada no dejo de sorprenderme infinitamente. Contemplar su belleza y prestancia, tanto como su delicadeza y fragilidad, es una experiencia que cautiva e invita a seguir buscando oportunidades y lugares donde encontrarse con ellos. 

Digüeñes ©María Teresa Zegers
Digüeñes ©María Teresa Zegers

El Reino Fungi es un reino distinto al de plantas y animales ya que las células de estos organismos se alimentan por absorción. Las plantas principalmente a través de la fotosíntesis y los animales por ingestión.  Por otro lado los hongos  tienen un rol cada día más importante; ser los grandes recicladores de la materia orgánica. Ellos descomponen los residuos vegetales y animales dejando los nutrientes resultantes al servicio del crecimiento de nuevas plantas.

Su desarrollo se da preferentemente en lugares húmedos y oscuros, ya que no necesitan de la luz para sobrevivir, y aunque se estima que en todos los ecosistemas hay alrededor de 1,5 millones de especies, sólo el 5% se ha podido clasificar y reconocer, por lo que aún nos quedan cientos de miles por descubrir.

Mycena cyanocephala ©María Teresa Zegers
Mycena cyanocephala ©María Teresa Zegers

Chile, por su particular geografía, alberga gran diversidad de habitat, de norte a sur, lo que hace que posea un abanico ambiental único en el desarrollo de múltiples especies. ¡Qué privilegiados somos!

Sorpresa y contemplación

©María Teresa Zegers
©María Teresa Zegers

Adentrarse en las profundidades del bosque nativo en busca de estos pequeños individuos, me conecta con lo mas indómito y desconocido de nuestra naturaleza… de nuestro planeta. Se hace un cuadro increíble con una inmensidad de milímetros cuadrados plagados de infinitas tonalidades de verdes.

Las hojarascas dispersas por el suelo, las raíces, los troncos añosos y los musgos y líquenes que cubren los árboles, como si fueran su más fiel abrigo, se funden en una sensación de olores y sabores de humedad, donde todos compartimos la misma atmósfera que emociona, que inspira.

Dedos de muerto ©María Teresa Zegers
Dedos de muerto ©María Teresa Zegers

Explorar y buscar minuciosamente por si aparece alguna de estas misteriosas miniaturas, que muchas veces pasan desapercibidas al mimetizarse con su propio hábitat, no es fácil y hace que tengamos que observar detenidamente hasta los más mínimos detalles.

Búsqueda, extravagancia y conexión

Lactarius deliciosus ©María Teresa Zegers
Lactarius deliciosus ©María Teresa Zegers

Existe una enorme diversidad de hongos, de todo tipo de formas y texturas; suaves, rugosas y gelatinosas, de extravagantes colores y tamaños, siendo las callampas las más conocidas apareciendo sólo en algunas épocas del año y por periodos muy cortos, generalmente después de las lluvias.

El aparato esporífero o cuerpo fructífero (estructura donde se desarrollan las esporas) puede tener varias formas: con pie y sombrero (callampa o seta) globoso, terraza (oreja de palo), coraloide (changle), bastón, gelatinoso, copa, disco, planos y otras formas.

Calocera cornea ©María Teresa Zegers
Calocera cornea ©María Teresa Zegers

Por lo tanto cuando vemos a los hongos, en realidad estamos viendo solo su parte reproductora, la que es efímera. Su cuerpo, vive bajo el sustrato y está compuesto por filamentos llamadas hifas, que son hileras de células, que en algunos casos forman una red o micelio que permanece en el sustrato todo el año (maderas muertas, raíces de árboles, troncos, ramas, fecas de animales, hojarascas, pasto etc.).

De acuerdo a su forma de alimentación los hongos se pueden clasificar en 3 grupos:

  1. Saprófitos: son los grandes descomponedores de la materia orgánica. En nuestros bosques ellos forman parte importante del proceso de reciclaje de la materia orgánica muerta convirtiéndola nuevamente en tierra fértil.
  2. Parásitos: Se alimentan de materia orgánica viva y de ellos obtienen los nutrientes que necesitan para vivir. (ej.: Digüeñes que viven en el roble)
  3. Simbióticos: son los que establecen relaciones de convivencia con otros organismos. El hongo aporta humedad y nutrientes minerales a la planta, mientras las raíces de la planta otorgan al hongo energía por medio de azúcares y vitaminas. Es una simbiosis llamada micorriza donde hay flujo de nutrientes de manera que ambas especies se benefician.
Ramaria flaccida ©María Teresa Zegers
Ramaria flaccida ©María Teresa Zegers

Por todo esto, y así como vimos metafóricamente en la película Avatar hace algunos años, además de haber cambio bidireccional entre el hongo y la planta, el micelio o la parte vegetativa del hongo, puede estar conectado a diferentes plantas de la misma especie o de especies diferentes facilitando y creando un verdadero sistema de comunicación entre todas las plantas que componen el bosque.

Sin duda, el Reino Fungi seguirá siendo un mundo sorprendente, intrigante e inmensamente fascinante. Un mundo casi invisible que nos conecta literalmente con nuestras raíces más profundas.

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