Los colores de las flores de Chile: conoce las guías desplegables que nos acercan a su belleza desde el desierto a la Patagonia
Durante 2024 se publicaron cinco guías desplegables para ayudar a conocer e identificar las flores del desierto, la zona centro, sur, la Patagonia y la Cordillera de Chile. Se trata de un trabajo que, a través de un acercamiento colorido, busca ser una forma práctica y útil de acercar la belleza floral de Chile a personas que no son expertas en la materia. Conversamos con María Teresa Eyzaguirre, una de sus autoras, quien nos comenta más detalles del trabajo.
Un azulillo (Pasithea caerulea) sobresale del paisaje. Tal como su nombre lo anticipa, su color ayuda a reconocerlo rápido, además de que puede haber colonizado una parte del lugar. Un poco más allá, entre los árboles y las demás plantas del clima mediterráneo de la zona central, hay una flor amarilla. Hay que tener cuidado de no pincharse si nos acercamos: es la tan clásica ortiga macho (Loasa placei). En otros lugares del cerro, quizás, una añañuca de fuego tiñe un rincón de rojo (Phycella cyrtanthoides), un clavel de campo lo neutraliza (Mutisia latifolia) con su blanco o una mariposita (Schizanthus porrigens) le da los toques rosados al paisaje.
Todas estas especies habitan en la zona con mayor biodiversidad de Chile, en la que el principal ecosistema es el famoso bosque y matorral esclerófilo. Entre los clásicos árboles como el quillay, litres y peumos, estas pequeñas, junto a muchas más, adornan el paisaje con sus diversos colores, especialmente en épocas como primavera y verano. Sin embargo, no todos son capaces de reconocerlas.
Por ello, en 2024 se lanzó la guía “Los colores de la zona central”, un material desplegable que busca ayudar y acercar 105 de estas especies de plantas, que habitan en la zona central, a las personas. La guía ha tenido un excelente recibimiento, siendo uno de los materiales desplegables más vendidos en la Librería Libro Verde, cuya editorial se encargó de la edición.
Sin embargo, no es la única que existe. Este trabajo forma parte de una serie de guías desplegables llamadas Los colores del desierto, Los colores del sur, Los colores de la zona central, Los colores de la cordillera y Los colores de la Patagonia, desarrolladas por María Teresa Eyzaguirre, botánica y fotógrafa, y Consuelo Valdés, naturalista, ornitóloga y ex Ministra de Cultura.
La idea que partió durante el desierto
En 2022, el desierto florido despertó. El desierto de Atacama, el más árido del mundo, recibe ocasionalmente las lluvias del fenómeno de “El Niño”, las que hacen que semillas, bulbos, rizomas y arbustos, además de toda la fauna asociada, florezca. Se trata de un verdadero espectáculo visual, en el que las plantas deben cumplir su ciclo antes de que se acabe el agua, debiendo asegurar la producción de semillas para continuar su especie. Entonces, compiten para atraer polinizadores con flores variadas y llamativas.
María Teresa y Consuelo, amantes de las flores, decidieron viajar a vivir el fenómeno. En esa ocasión tomaron muchas fotos, las que Consuelo envió a su madre, Teresa Chadwick, reconocida paisajista. “Ustedes que salen harto de excursión y tienen tanto material y fotos almacenadas deberían hacer algo con todo eso”, le dijo ella a su hija, según se precisa en una nota de El Mercurio. Entonces, ambas emprendieron la misión.
“La señora nos insistió que había que hacer una publicación con esas fotos. La idea de las guías partió como un aporte al conocimiento de la biodiversidad vegetal. Porque en ese entonces había muchas guías de aves, insectos, funga, pero muy poca flora”, explica María Teresa.
Por otro lado, desearon enfocarlo solo en flores. ¿La razón? Según María Teresa: “es lo más llamativo, uno empieza a encantarse con la biodiversidad vegetal a través de las flores”.
Los colores de las flores
Un michay rojo (Berberidopsis corallina) da el punto de inicio a la guía de los colores del sur. Del rojo característico de esta especie, los colores pasan por los naranjos, amarillos, cremas y blancos de las flores sureñas, para seguir en la parte trasera con morados y rosados, hasta llegar al quintral del boldo (Natanthera heterophylla), el punto final de la guía. En total, esta guía, al igual que todas las de la serie, incluyen las 105 especies más fáciles de ver, ayudando a su identificación. Además, mantienen en común que su orden es por color.
“Lo más atractivo para encantar a la gente son las flores. Eso nos hizo separarlas por colores, porque ordenadas desde el punto de vista taxonómico, por familia o por géneros botánicos sirve para personas que saben algo más. Pero para los que no saben, entran, encuentran, por ejemplo, una flor roja, y buscan en la gama de las rojas hasta que dan con la flor que miran. Como te digo, esto está enfocado en personas que están recién aprendiendo de nuestra biodiversidad”, explica María Teresa, quien agrega que el formato desplegable también sería útil, al ser más barato y fácil de llevar a las expediciones.
Junto con lo anterior, las guías tienen en su parte trasera un QR que dice de qué familia es cada flor, qué tipo de planta es, dónde crece y su hábitat. Además, cuenta con información de cada zona y una bibliografía por si se quiere aprender más.
Por ejemplo, en el caso de Los colores de la Cordillera se explica que, debido a las condiciones adversas de la zona, como el relieve abrupto, la alta radiación solar, los vientos fuertes o las bajas temperaturas, “las plantas han desarrollado adaptaciones para sobrevivir en estas condiciones, como hábitos acojinados, tallos con espinas y hojas con pelos y ceras para evitar la pérdida de agua”. Y que, entre eso, se ha generado una distribución discontinua de la vegetación, generando ecosistemas como laderas pedregosas, mesetas de altura y sectores húmedos o de vegas. Así, entre la Región de Valparaíso y la del Maule vemos especies como la escarapela (Viola atropurpurea) o la coliflor de cordillera (Gamocarpha ventosa), entre muchas más.
El futuro de las guías
Junto con Los Colores de la Cordillera, la última guía en publicarse fue Los Colores de la Patagonia. Enfocándose en las regiones de Aysén y Magallanes, el trabajo abarca flora de lugares con un clima riguroso, con presencia de nieve y fuertes vientos. En esta línea, se ven flores asociadas al bosque siempreverde cerca de la costa, el bosque andino patagónico al este de la cordillera, el matorral, las turberas y estepa, representando los ecosistemas al fin de Chile.
“Las primeras guías fueron del desierto, entre las regiones de Atacama y Coquimbo. Esa era la idea inicial, luego venía Chile central, desde Ñuble al sur de Biobío. La tercera guía es la del sur, desde Biobío a Los Lagos. Esas nos parecieron importantes como punto de inicio. Abarcan desde la costa a la precordillera. Luego la de Patagonia es de Aysén y Magallanes, y cordillera central desde Valparaíso a Maule. Están enfocada en zonas que son más visitadas en general”.
Detrás de cada una, además, hubo meses de investigación y trabajo, corroborando las especies de fotos con las que se creían que eran, junto a un trabajo de selección importante. Con todas las especies que quedaron pendientes, probablemente, haya un tomo 2 de cada guía. Pero los intereses editoriales van hacia otra línea de momento, según explica María Teresa: “hay en mente otras ideas editoriales de otros grupos de plantas”.
*Todas las guías están disponibles en Librería Libro Verde a $4 mil pesos.