Es en la temporada de primavera – verano cuando se escuchan más las aves en la capital de Chile. Algunas especies son las protagonistas con sus cantos, en plena época reproductiva. Otras vuelan, buscan alimento, se lavan, o están en sus nidos. Guardadas en especial en las horas de calor, pero presentes cuando este se esconde y empieza el día, la verdad es que es común verlas en cualquier época del año, con la vista y el oído necesario.

Para conocer sobre 10 especies de aves comunes de observar en todas las comunas de la Región Metropolitana, conversamos con Ariel Cabrera Foix, egresado de Biología Ambiental y miembro de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre (ROC), quien nos adentró a estos plumíferos con los que comparten día a día los santiaguinos. Además, complementamos con información del libro Aves de Chile: sus islas oceánicas y Península Antártica.

Las aves comunes de observar en la capital

Paloma doméstica (Columba livia)

Paloma ©Ariel Cabrera
Paloma ©Ariel Cabrera

Esta especie introducida es quizás una de las más comunes y carismáticas de la lista. Se distingue por su coloración gris y su capucha en el cuello con iridiscencias verde y violeta. Es muy confiada en asentamientos humanos y bulliciosas, en especial en su periodo de apareamiento. “La paloma anida en estructuras humanas, edificios, aires acondicionados, cornizas, etc. Se reproduce prácticamente todo el año”, explica Ariel.

Tórtola común (Zenaida auriculata)

Tortola ©Ariel Cabrera
Tórtola ©Ariel Cabrera

De la misma familia que la paloma común, la tórtola es otra de las aves comunes en Santiago. Se considera como la más común y ampliamente distribuida en el país. A diferencia de la paloma común, su color es café grisáceo y es más desconfiada. “Me atrevería a decir que es muy abundante en todas las comunas de la capital”, afirma Ariel.

Queltehue común (Vanellus chilensis)

Queltehue ©Ariel Cabrera
Queltehue ©Ariel Cabrera

Conocido por ser territorial, agresivo y ruidoso, sobre todo por su grito de alarma, el queltehue común es otra de las especies más comunes en Santiago. Se reconoce por sus filoplumas negras en la nuca y por tener su frente, garganta y pecho negros. También se le conoce como traile o tero. Nidifica en el suelo, a diferencia de la mayoría de las aves, que lo hacen en zonas de más altura.

Tiuque (Milvago chimango)

Tiuque ©Ariel Cabrera
Tiuque ©Ariel Cabrera

“Es bien pandillero y bullicioso. Hablamos del ave rapaz más común acá en Santiago y toda la región”, explica Ariel sobre el tiuque. Es que esta ave de color café oscuro – acanelado es muy común en la ciudad buscando su alimento o carroña. Es muy confiado, agresivo y territorial. (Conoce más sobre el tiuque en esta nota).

Cotorra argentina (Myiopsitta monachus)

Cotorra ©Ariel Cabrera
Cotorra ©Ariel Cabrera

Esta especie es introducida y está prácticamente en toda la región, siendo menos común en las zonas más altas. Este loro, de color verde lima con sus mejillas, garganta, pecho y vientre gris pálido, fue traída a Chile desde principios de los 80’ y mediados de los 90’ como mascota, pero se expandió rápidamente por las ciudades.

Chercán (Troglodytes aedon)

Chercan ©Ariel Cabrera
Chercan ©Ariel Cabrera

El chercán es una de las aves de jardín más conocidas y abundante en Chile. Con sus partes superiores de color canela, es una especie muy activa y bulliciosa, siendo frecuente en el suelo, aunque vive en el follaje de árboles y matorrales. Nidifica también en construcciones humanas. Es muy confiada.

Zorzal común (Turdus falcklandii)

Zorzal ©Ariel Cabrera
Zorzal ©Ariel Cabrera

“En los parques de Santiago está lleno de zorzales. Según lo que hemos observado, creemos que son más abundantes los zorzales dentro de la ciudad que fuera”, dice Ariel. En efecto, es zorzal más abundante y conocido de Chile, siendo conocido por su pico, patas y anillo orbital amarillos. Son territoriales, activos, bulliciosos, curiosos y desconfiados.

Gorrión (Passer domesticus)

Gorrion ©Ariel Cabrera
Gorrion ©Ariel Cabrera

Es el ave introducida más abundante del país y se asocia a asentamientos humanos. Se trajo a Santiago en 1904 y se expandió a través de todo el país. Es, de hecho, nativa de Euroasia. Presenta un claro dimorfismo sexual, siendo los machos más oscuros y con colores castaños y grises, mientras que las hembras son más amarillenas y color ocre. Suele ser social, bullicioso, agresivo y confiado, estando también en grandes bandadas. Suele confundirse con el chincol.

Chincol (Zonortrichia capensis)

Chincol ©Ariel Cabrera
Chincol ©Ariel Cabrera

Con su característico canto preguntando por su tío Agustín, el chincol es probablemente una de las aves más abundantes y conocidas de Chile. Es fácil distinguirlo por el perfil cónico de su cabeza y su “estola” color rojizo. Se alimenta preferentemente en el suelo y se observa posado en arbustos, postes y alambrados. Confiado, sumiso y amistoso.

Cachudito común (Anairetes parulus)

Cachudito ©Ariel Cabrera
Cachudito ©Ariel Cabrera

Quizás una de las cosas que más ayuda a reconocer al cachudito es su cresta negra curvada hacia adelante y su trino corto y repetitivo. Es muy activo y se alimenta y vive entre el follaje denso, aunque a veces también inspecciona en el suelo. Es curioso y confiado. “Si uno pone atención en los árboles está, en casi todas las comunas. Hace un sonido super característico. Le gustan harto los pimientos y los quillay. Suelen andar de a dos”, explica Ariel.

Bonus: el picaflor chico (Sephanoides sephaniodes)

Picaflor chico ©Ariel Cabrera
Picaflor chico ©Ariel Cabrera

“En la Región Metropolitana se llena en invierno de picaflores chilcos y, más o menos, para el verano se empiezan a ir al sur. Ahora hay algunos en las partes de afuera de la ciudad, en la cordillera, pero son mínimos”, dice Ariel. Tiene cabeza grande, cola corta y su cabeza y partes superiores so verde metálico. Sólo el macho tiene una frente y corona rojo metálico. Es muy activo, de vuelo rápido y alto. Confiado, pero bastante territorial y bullicioso.

Bonus: el fío-fío (Elaenia albiceps)

Fio fío ©Ariel Cabrera
Fio fío ©Ariel Cabrera

“Justo cuando se va el picaflor chico, llega el fio-fío. En Santiago ese llega alrededor de septiembre, desde Brasil. Se queda todo el verano y en abril se ven los últimos”, explica Ariel. Se reconoce por su cresta eréctil con una mancha blanca en la corona. Vive y se alimenta del follaje de los árboles. Es territorial, bullicioso, curioso y confiado.

¿Cuándo ver estas especies?

Los dos bonus de esta lista son ejemplos de que no siempre las especies están presentes durante todas las estaciones del año. Sin embargo, las primeras 10 mencionadas, en particular están presentes durante todo el año. “Si se puede apreciar que los pájaros cantores -como el chercán, el gorrión, el zorzal o el chincol- cantan mucho en su época reproductiva, durante primavera y verano. Entonces en otoño-invierno están más silenciosas”, explica Ariel.

A esto el profesional agrega que en invierno hay aves que tienden a congregarse más, como las tórtolas, que hacen grupos para buscar comida: “en vez de competir y defender su territorio, se unen, alimentan y cuando llega la primavera formas pareja”.

Ahora, ¿qué se debe tener en cuenta para observar aves? Antes que todo, explica Ariel, hay que tener claro que no es necesario ir a un lugar lejano, sino que se puede partir desde la plaza cercana o nuestros mismos horarios. Guías de aves, aplicaciones como Ebird o Merlin pueden servir de apoyo para identificarlas.

Pero importante es tener paciencia, observar y oír: “Hay varias especies que quizás no vemos a simple vista, pero hay que tener atención y darse el tiempo de observar. Son diferentes y hacen distintas actividades. Unas se lavan, otras buscan comida y algunas cantan. Pero no solo ver, hay también que escuchar. Hay que, de alguna forma, bloquear el ruido de la ciudad y poner un poco de atención a los sonidos, a quién lo está cantando. La verdad es un proceso. Y, por último, aprovechar la mañana y la tarde, que son horas de menor calor”.

1 Comentario

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  1. Maikelis

    Muy bueno

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