En medio de su recorrido por las selvas y bosques nubosos, un investigador recibió una inesperada mordedura. ¿La causante? Una víbora de pestañas.

Pese a que le dolió y se sintió extraño, se recuperó después de tres dosis de antídoto, lo que le ayudó a que, dos horas después de la mordida, ya no tuviera una cicatriz. El investigador era Lucas Bustamante.

Bothriechis nigroadspersus, una de las víboras del complejo de especies Bothriechis schlegelii. Créditos Alejandro Arteaga.
Bothriechis nigroadspersus, una de las víboras del complejo de especies Bothriechis schlegelii. Créditos Alejandro Arteaga.

A diez años de este hecho, y una serie de análisis e investigaciones, esta resultó ser una de las cinco especies de víboras de pestañas cuyo descubrimiento se oficializó en un estudio publicado en la revista científica Evolutionary Systematics. El trabajo lo realizó un grupo de científicos de la Fundación Khamai, dirigida por el biólogo Alejandro Arteaga.

Se trata de Bothriechis rahimi, Bothriechis hussaini, Bothriechis rasikusumorum, Bothriechis klebbai y Bothriechis khwargi.

Todas estas nuevas y deslumbrantes especies se habían clasificado erróneamente como una especie única y variable que se extendía desde México al Noreste de Perú.

Las víboras de pestañas

Estos reptiles tienen algo distintivo, por lo que reciben su nombre. Encima de sus ojos, un conjunto de escamas agrandadas en forma de espinas se alzan, dándoles una apariencia formidable y feroz. ¿Para qué les sirve? Todavía no está claro, según aseguran desde la fundación Khamai.

Forma marrón de la víbora de pestañas del Shah ( Bothriechis rasikusumorum ). Esta especie lleva el nombre de la familia Shah. Es endémica del departamento de Huila en el sureste de Colombia, donde habita bosques nubosos montanos y plantaciones de café. Foto de José Vieira .
Forma marrón de la víbora de pestañas del Shah (Bothriechis rasikusumorum). Esta especie lleva el nombre de la familia Shah. Es endémica del departamento de Huila en el sureste de Colombia, donde habita bosques nubosos montanos y plantaciones de café. Foto de José Vieira .

“Lo que sí es definitivo, sin embargo, es que ciertas poblaciones exhiben pestañas más largas y estilizadas en comparación a otras. Las variaciones en el estado de las pestañas llevaron a los investigadores a plantear la hipótesis de la existencia de especies no descubiertas”, explican en un comunicado.

La víbora de pestañas de Rahim ( Bothriechis rahimi ) se considera una especie vulnerable porque se estima que su extensión es mucho menor a 20.000 km 2 y su hábitat está severamente fragmentado y disminuyendo en extensión y calidad debido a la deforestación. Foto de Lucas Bustamante .
La víbora de pestañas de Rahimi (Bothriechis rahimi). La pista que llevó a los investigadores a sospechar que había nuevas especies de víboras de pestañas fue el hecho de que algunas poblaciones en los bosques nubosos de Ecuador casi no tenían “pestañas”. Foto de Lucas Bustamante .

Hay otra cosa de su físico que también llama la atención de su apariencia.

Son policromáticas, es decir, que pueden tener muchos colores. Por tal razón, en la selva tropical pueden deslumbrar por sus colores turquesa, musgo o dorados. Todos ellos pueden ser de la misma especie, a pesar de sus colores diferentes.

 “No hay dos individuos que tengan la misma coloración, ni siquiera los que pertenecen a la misma camada (sí, dan a luz crías vivas)”, afirma en el comunicado el científico Alejandro Arteaga. Las variedades coexisten y se reproducen entre sí.

La razón de sus colores aún se desconoce, pero probablemente sea lo que permite a las víboras ocupar una amplia gama de posiciones de emboscada en diferentes partes del bosque. Por ejemplo, desde ramas cubiertas de musgo hasta flores de amarillos relucientes.

Especie Bothriechis hussaini. Foto de Alejandro Arteaga.
Especie Bothriechis hussaini. Foto de Alejandro Arteaga.

Endémicas y venenosas

Tres de las cinco nuevas especies son endémicas, es decir, solo habitan en la cordillera oriental de Colombia, inmiscuidas en medio de bosques nubosos y plantaciones de café.

Estas son la víbora de pestañas de Shah (B. rasikusumorum), nombrada así en honor a la familia Shah, endémica del departamento de Huila; la víbora de pestañas de Klebba (B. klebbai), nombrada así en honor a Casey Klebba, cofundador del MiniFund con Carley Jones para la conservación de la biodiversidad tropical; y la víbora de pestañas de Khwarg (B. khwargi), que honra al Dr. Juewon Khwarg, en su labor al descubrimiento y conservación de nuevas especies.

Bothriechis khwargi. Créditos César Barrio Amoros.
Botriechis khwargi. Créditos César Barrio Amoros.

Después, entre el límite de este país y Ecuador, habita la víbora de Rahim (Bothriechis rahimi), que vive en la prístina selva tropical del Chocó, justo en la frontera entre Colombia y Ecuador. Luego, la víbora de pestañas de Hussain está en los bosques del suroeste de Ecuador y el noroeste de Perú. Ambas están nombradas en honor al príncipe Hussain Aga Khan y el príncipe Rahum Aga Khan, en reconocimiento por su apoyo de proteger la biodiversidad global en peligro de extinción a través de Focused on Nature.

Arteaga comenta a Ladera Sur que decidieron enfocarse en víboras de pestañas “por su importancia biomédica, dado que causan entre 0,2 y 18,9 de las mordeduras de serpientes a lo largo de su distribución. Dado sus hábitos arbóreos, a veces las mordeduras son en la cara o los hombros. De hecho, hay un reporte de un trabajador de plantación de café que fue mordido en la lengua y murió minutos después”.

Bothriechis rahimi. Foto de Alejandro Arteaga
Bothriechis rahimi. Foto de Alejandro Arteaga

Sin embargo, Lucas Bustamante, uno de los coautores del estudio y quien recibió la mordida en un principio, explica en el comunicado de la fundación que “el veneno de algunas ¿o quizás todas? las nuevas especies es considerablemente menos letal y hemorrágico que la típica víbora de pestañas de América Central”.

Especies en peligro

Todas estas especies se enfrentan a un alto riesgo de extinción, en especial por su hábitat limitado que, según las conclusiones del estudio, ha sido destruido entre un 50% y 80%. “Por eso, una rápida respuesta a la acción para salvar el hábitat que todavía existe se necesita urgentemente”, aseguran desde la la Fundación Khamai.

Mientras tanto, la fundación está creando una reserva para una sexta especie que no se describió en el reciente estudio.

 “La necesidad de proteger a las víboras de pestañas es crítica, ya que, a diferencia de otras serpientes, no pueden sobrevivir sin una cubierta adecuada de dosel. Su belleza, aunque digna de celebración, también debe protegerse y monitorearse cuidadosamente, ya que los cazadores furtivos son conocidos por atacar a las carismáticas víboras arbóreas para el comercio ilegal de animales salvajes exóticos como mascotas”, advierte Arteaga.

El investigador Alejandro Arteaga examina los colmillos de la víbora de pestañas centroamericana ( Bothriechis nigroadspersus ) en la selva del Darién de Panamá.
El investigador Alejandro Arteaga examina los colmillos de la víbora de pestañas centroamericana (Bothriechis nigroadspersus) en la selva del Darién de Panamá.

También el trabajo apoya la investigación sobre el componente del veneno de estas nuevas especies, lo que promoverá su conservación y ayudará a comunidades que se encuentran regularmente con víboras de pestañas.

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