Imágenes impactantes: Los vertederos de basura y ropa que continúan quemándose en el desierto de Atacama
El desierto de Atacama continúa siendo un vertedero de ropa que se quema a la vista del mundo. Nuestro colaborador Gonzalo Zúñiga nos comparte este impactante video grabado durante este mes de enero en Alto Hospicio, donde se ven los vertederos de basura y ropa usada que son parte del paisaje de la quebrada cercana al autódromo. Las imágenes nos muestran una realidad que se mantiene presente en esta zona del desierto de Atacama, que hace cerca de un año se hizo famosa por poseer un gigantesco vertedero ilegal con toneladas de ropa usada en el norte de Chile. Este fue quemado, pero las prácticas de recoger, botar y quemar la ropa y la basura siguen presentes.
En mayo de 2023, una imagen satelital dio la vuelta al mundo. Fue tomada en enero de 2022. En ella veíamos, cerca de Alto Hospicio, en la Región de Tarapacá, una pila gigante de ropa. Desde entonces se habló del basurero de ropa en el desierto de Atacama y cómo se veía desde el espacio.
Ahí fue cuando la información de que en esta zona del desierto más árido del mundo existía un verdadero vertedero textil se hizo visualmente más clara para todos, sobre todo con su viralización en redes sociales. Lo que fue más visible, además, fueron las cifras que lo acompañaban: a este lugar llegaban 39 mil toneladas de ropa usada al año, según aseguraba El Confidencial en 2022. Pero es un problema que ya llevaba años sucediendo en Alto Hospicio. En junio de 2022 se informó que esas miles de toneladas de ropa fueron quemadas en el sector de La Mula.
Con la curiosidad de haber visto esta imagen, nuestro colaborador Gonzalo Zúñiga viajó hasta el lugar a ver en qué estado estaba, aunque se haya quemado. Y la verdad, el problema persiste.
“Yo grabé estas imágenes en Alto Hospicio, atrás del autódromo. No hay solamente ropa, hay todo tipo de basura. Esta es una huella, que sigue por una quebrada y la gente sigue por ahí, entra en su auto, y tira la basura. O recoge cosas (…). Cuando el camino se bloquea lo queman, hay parcas, cartones, y al ser desierto, se quema solo eso. En el rato que estuve yo, vi por lo menos cuatro personas sacando y botando cosas”, comenta.
A esto agrega: “Al final, esa giant pile de las que todos hablan que se quemó, es la quebrada, y sigue todavía mucha basura para arriba. Al otro lado, también quemaron. Cuando empieza a haber ruido por el tema, desaparece. Se ven todos los bordes quemados y está todo lleno de ropa (…)”.
Así, la basura y la ropa es desechada en el desierto, algunas personas recogen lo que quieran para venderlo y después lo queman. Es como un círculo vicioso.
¿Cómo se llegó a esto? La importación de ropa usada en Chile ha crecido en el último tiempo. De hecho, es de los mayores importadores de estas prendas en Sudamérica. Más de 60 mil toneladas de esta ropa se estiman que llegan cada año al puerto de Iquique, que luego se trasladan en camiones hasta los importadores de ropa usada. Pero ya desde 2020 se creía que el 80% de esa ropa terminaba vertida en la periferia de Alto Hospicio de forma ilegal, siendo una práctica de la que se sabe desde al menos 15 años. Asimismo, se ha visto desde hace años que existe continuamente quema de ropa y deterioro de esta misma por la exposición al sol y la humedad. Los principales exportadores de ropa que llegan aquí son Europa, Estado Unidos, Corea y Japón.
“Con estas imágenes busco sensibilizar para que seamos más conscientes con nuestro consumo y reciclaje de la ropa (…). Es un fenómeno que está pasando 24/7, pero no nos damos cuenta, de lunes a domingo”, finaliza.
Es importante recordar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha calificado a la industria de la moda como la segunda más contaminante. La confección de ropa y calzado es responsable del 20% de las aguas residuales y del 10% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero. La producción de textiles requiere de poco menos de dos mil productos químicos, de los que el 8% se han etiquetado peligrosos para la salud humana y medioambiente, a la vez que consume miles de litros de agua tan solo por una prenda.