Era un fin de semana con el clima ideal. Luego de tres días de lluvia, dejó de llover temprano en la mañana. Las buenas temperaturas que se anticipaban nos motivaron junto a mi compañero, Víctor Guajardo, para ir al cerro Provincia y el morro Tambor en invierno. Era un trayecto que anhelábamos hacer, porque ir en invierno es otra sensación. Tomamos nuestro equipo especial para esta época del año y empezamos. Para nosotros era toda una travesía.

Primeros metros Parque Cordillera – ©️Adolfo Molina
Primeros metros Parque Cordillera – ©️Adolfo Molina Soto

Una vez que llegamos allá, en nuestros primeros kilómetros de ascenso, pasando por los desvíos hacia el Morro Las Papas y Morro Guayacán, el paisaje era muy variado: pasamos por la neblina que parecía cegarnos a corta distancia y lugares en que se despejaba hacia el corazón mismo de la cuidad. Llegando a la bifurcación que conecta con Alto el Naranjo, comenzamos a tener un cambio en nuestras vistas. A ratos se despejaba de manera contundente y era muy nítida la vista a los ápices del cerro El Plomo, lo que combinado con la nieve que cubría los árboles de esa quebrada, nos hacía maravillarnos con nuestra expedición.

Bifurcación – ©️Adolfo Molina Soto
Bifurcación – ©️Adolfo Molina Soto

El día se iba transformando a ratos, a medida que nuestro paso avanzaba. En un momento determinado, tuvimos una ventana de tiempo en la que se despejó el cerro Provincia y pudimos apreciar de manera única los 2.750 metros que tiene este gran cerro, con la nieve que lo cubría de blanco, que contrastaba con un celeste del cielo que nos contaba que allá arriba (pasados los 2.400 msnm) íbamos a dejar de tener una vista en escala de grises. Esos pocos minutos que tuvimos para apreciar la gran montaña, marcaron un antes y un después en el ascenso. No podíamos creer la belleza que teníamos ante nuestros ojos: poder ver una montaña despejada luego de tres días de lluvia y nevazón es un espectáculo único.

Ruta despejada ©️Adolfo Molina Soto
Ruta despejada ©️Adolfo Molina Soto

Los siguientes kilómetros del ascenso continuaron mientras nos encontrábamos con unos pocos trail runners que se atrevían a desafiar la montaña con varios centímetros de nieve, y quienes nos iban comentando cómo se encontraba la montaña más arriba y que sí se podía lograr un ascenso ese día.

Sobre las nubes – ©️Adolfo Molina Soto
Sobre las nubes – ©️Adolfo Molina Soto

Ya avanzada la tarde-noche y arriba de las nubes, estábamos más cansados y pensamos en un plan B para pasar la noche y continuar el ascenso en la mañana. Todo esto pasaba mientras a nuestras espaldas comenzaba el espectáculo del crepúsculo, que era un exceso de belleza para nuestros ojos. Nos quedamos a 300 metros -de altitud- de la cumbre, que aún se vislumbraba a esa hora, en donde podríamos descansar y esperar para el día siguiente.

Bajando del cerro Provincia – ©️Felipe Jans
Bajando del cerro Provincia – ©️Felipe Jans

La segunda jornada comenzó con un día despejado. Fue un ascenso rápido, pero a la vez sereno. Logramos llegar a la cima del Provincia, la que se encontraba despejada en todas sus caras: los cerros de la cordillera del Plomo se veían en plenitud y majestuosidad; y la Sierra de Ramón – nuestro objetivo – parecía indomable.

Por la mañana en la montaña – ©️Adolfo Molina Soto
Por la mañana en la montaña – ©️Adolfo Molina Soto

No tuvimos mucho tiempo para disfrutar la cumbre del cerro Provincia, pues nuestro objetivo estaba más allá y sabíamos que las vistas que íbamos a tener, al este y oeste de la sierra, iban a ser aún más cautivantes. No había nadie que nos antecediera en la travesía, por lo que, pasado el domo que se encuentra en la cumbre del cerro Provincia, ya no existía huella.

Cumbre cerro Provincia ©️Adolfo Molina Soto
Cumbre cerro Provincia ©️Adolfo Molina Soto

En un primer momento, nuestro objetivo era llegar al cerro San Ramón, la cumbre más alta de la sierra (3.253 msnm). Teníamos comida y gas de sobra para toda la travesía, por lo que con confianza comenzamos a abrir el tramo invernal hacia San Ramón, sin mayores inconvenientes en la ruta, pero midiendo cada uno de nuestros pasos por seguridad.

El camino hacia el Morro Tambor destaca por la ruta que hay que realizar a través del filo de la sierra de Ramón, que en este tramo se vuelve bastante angosta y con rocas de tipo quebrada. En una primera instancia se desciende unos 200 metros de altitud, para luego comenzar un camino de subida hasta los 2.890 metros. Este último tramo es el más duro, ya que implica un gran esfuerzo físico para sobrellevar la nieve que está acumulada, junto con el esfuerzo técnico de ir buscando la ruta más idónea según la cantidad de nieve acumulada en las distintas partes de la montaña. Para esto, Víctor era un experto.

Camino a la estación Meteorológica ©️Víctor Guajardo
Camino a la estación Meteorológica ©️Víctor Guajardo

Esta parte del tramo nos llevó más tiempo del esperado, tal así que no llegamos a la antena que está a 300 metros -de altitud- aproximadamente de la cumbre y tuvimos que armar el campamento a 2.640 metros de altura, en un filo de la montaña, con una temperatura de -14C° y una sensación térmica de -20C°. En este punto fue donde sentimos la mayor fuerza de la montaña, ya que hubo un cambio repentino del clima en los últimos minutos del crepúsculo, con grandes ráfagas de viento que acompañaban la entrada del anochecer.

Noche en la sierra de Ramón – ©️Víctor Guajardo
Noche en la sierra de Ramón – ©️Víctor Guajardo

Ya al tercer día, soleado y con la motivación de alcanzar la cumbre, nos marchamos de la zona de camping para entrar a recorrer los 300 metros que nos faltaban para alcanzar la estación meteorológica y posteriormente la cumbre. En este tramo a ratos tuvimos que caminar por la cara oeste de la montaña. Ya cruzando la estación meteorológica, el ascenso se volvió más intenso y lento.

Caminando por la sierra de Ramón – ©️Adolfo Molina Soto
Caminando por la sierra de Ramón – ©️Adolfo Molina Soto

Llegando a la estación meteorológica la cumbre ya se lograba ver. Dado el tiempo, ya no íbamos a lograr llegar a la cumbre de Ramón en la hora estipulada, por lo que luego de alcanzar la cumbre del Morro Tambor decidimos realizar una bajada transversal por la montaña y salir por el parque natural aguas de Ramón, y luego de cerca de 7 horas de descenso.

Con esta travesía, creemos que el verdadero desafío es uno personal, que considera la expectativa y también las limitaciones propias. En ningún caso, el no alcanzar la cumbre del Cerro San Ramón constituye un fracaso, sino más bien, un gran aprendizaje de la montaña en esta época, agregar una nueva ruta a nuestro mapa mental y una invitación a volver en otra oportunidad.

Lo cierto es que es una travesía cercana y maravillosa a los ojos, que en esos días post lluvia y de invierno fueron realmente únicas para nosotros.

Cumbre Provincia ©️Felipe Jans
Cumbre Provincia ©️Felipe Jans
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