Luego de estar viajando un tiempo por Sudamérica y Europa –y estar encantado con los más bellos paisajes naturales y urbano– decidí pegar el gran salto. Quería llegar a un lugar lejano de Chile, “tan lejos que si avanzas un poco más, en vez de ir, estás volviendo” (The Truman show), y es por eso que decidí partir al sudeste asiático.

A pesar de ser un destino popular entre gran parte de los jóvenes viajeros europeos, australianos y norteamericanos, el sudeste asiático aún conserva la esencia de las culturas, las tradiciones y las personas de este lado del mundo.

Laos ©Francisco Torres
Laos ©Francisco Torres

Es así como estuve moviéndome casi medio año por las lejanas tierras asiáticas ¡Y vaya que podría haber seguido descubriendo y sorprendiéndome mucho tiempo más!

Malasia ©Francisco Torres
Malasia ©Francisco Torres

La diversidad de paisajes, actividades e idiomas allí es muy extensa y las posibilidades para el viajero también. ¿Quién hubiera imaginado que manejaría una moto durante varios días, atravesando hermosos y verdes paisajes montañosos hasta la frontera de Vietnam y China? ¿O bien, bucearía entre tortugas marinas, tiburones y peces globos en hermosas islas de Indonesia? ¿O que comería gusanos, insectos y arañas en pequeños carritos de comida en las calles de Tailandia? ¿E incluso que pasaría la noche a la intemperie en una cueva de murciélagos en medio de la selva de Malasia?

Tailandia ©Francisco Torres
Tailandia ©Francisco Torres

Es ciertamente una de las razones por la cual cada vez son más los viajeros que parten a explorar este distante rincón del planeta. Y en esa lejanía física con respecto a Chile, aparecen las diferencias en la forma de vivir, en las creencias, en las comidas, en la historia, en la relación con las personas, con el vecino y con el extranjero. Sin duda, eso era lo que yo buscaba con este viaje: descubrir esas diferencias.

Malasia ©Francisco Torres
Malasia ©Francisco Torres

El primer país elegido fue Malasia, un vasto territorio donde conviven malayos, indios y una de las mayores colonias chinas del mundo. Tiene una diversidad de paisajes donde pude encontrar surreales campos de té, abismantes cuevas y la selva tropical más antigua del mundo.

Tailandia ©Francisco Torres
Tailandia ©Francisco Torres

Luego en Tailandia, fui testigo de los más lindos atardeceres donde el sol se posa en un infinito mar de distintas capas de azul; realmente un fenómeno natural único. Además de la agitada vida nocturna por las transitadas calles de Bangkok.

Myanmar ©Francisco Torres
Myanmar ©Francisco Torres

Para Myanmar fue un caso particular, un país que había sido gobernado por una dictadura hasta hace menos de una década y que hacía imposible su visita previamente. Me sorprendió por las postales que me regaló a lo largo de su estadía y más aún por el interés y afecto de la gente hacia el forastero.

Laos ©Francisco Torres
Laos ©Francisco Torres

Fue en Laos dónde pude bajar las revoluciones de un viaje lleno de estímulos externos y oscilantes ritmos, para contemplar verdes paisajes y disfrutar el momento.

Vietnam ©Francisco Torres
Vietnam ©Francisco Torres

Ya con energía de sobra me fui rumbo a Vietnam, en un viaje único en moto atravesando el norte del país y descubriendo la importancia que tienen las etnias tanto para la idiosincrasia vietnamita como para el turismo.

Vietnam ©Francisco Torres
Vietnam ©Francisco Torres

Sin lugar a duda, el sudeste asiático me sorprendió gratamente. Me sorprendió la diversidad de nacionalidades, de colores, de religiones y la convivencia de éstas en un mismo territorio, respetándose unos a otros, cosa que debiésemos ser capaces de replicar en nuestro querido y hermoso país.

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