Seamos responsables: los murciélagos no son dañinos ni una “plaga”
Los murciélagos han vuelto a la palestra por su reciente «irrupción» a distintos domicilios de la capital, lo que ha sido cubierto ampliamente por los medios que los califican como una «plaga». Los humanos hemos degradado e invadido el hábitat de estos animales, por lo que este tipo de encuentros serán más frecuentes si no se toman las medidas adecuadas para una buena convivencia. Desde el Programa de Conservación de Murciélagos de Chile emitieron una declaración, donde refutan algunos mitos y destacan los beneficios que entregan estos quirópteros para los ecosistemas, haciendo un llamado a conocerlos, protegerlos y difundirlos de manera correcta.
Diversas reacciones ha provocado la aparición de murciélagos en distintos edificios de Santiago centro y otras comunas, ante la evidente incomodidad que reviste este tipo de eventos.
Al tratarse de especies silvestres, deben tomarse una serie de medidas y precauciones, tanto para la seguridad de las personas como de los propios murciélagos, en especial porque son animales inofensivos, beneficiosos y protegidos por la Ley de Caza.
Sin embargo, algunos medios de comunicación han catalogado erróneamente a estos mamíferos nativos como “plaga”, desinformando, infundiendo el temor en la ciudadanía y fomentando indirectamente la matanza de estos animales.
Por este motivo, el Programa de Conservación de Murciélagos de Chile emitió una declaración pública, donde manifiestan su preocupación por la cobertura mediática y los procedimientos inadecuados que se han ejecutado, refutando además algunos mitos muy extendidos en la sociedad.
“En esta temporada veraniega los avistamientos de murciélagos aumentan, en especial porque las hembras paren todas sus crías en estas fechas y éstas, al encontrar un refugio seguro, se juntan y dan a luz todas al mismo tiempo. En zonas urbanas, estos refugios por lo general son los entretechos de las casas, donde antes los árboles constituían sus refugios naturales [pero] ahora con la expansión inmobiliaria y la consiguiente pérdida de sus hábitats, encuentran en los edificios un lugar donde reproducirse”, señalan en el texto, publicado en sus redes sociales.
Las 14 especies de murciélagos que habitan en Chile proporcionan valiosos servicios ecosistémicos que benefician directamente a la biodiversidad y al ser humano, como la polinización, el control biológico de insectos y la dispersión de semillas.
Otro tema recurrente es la preocupación por la posible transmisión de enfermedades.
Si bien son reservorios naturales del virus de rabia, la prevalencia del virus en poblaciones silvestres es menor a 0.5%, según informan desde la organización. Asimismo, la proporción de individuos enviados al Instituto de Salud Pública que han resultado positivos a la rabia durante el último año es inferior al 10%.
Además, los murciélagos están protegidos por la Ley de Caza, la cual prohíbe la captura o comercio de estas especies. Las personas que no cuenten con la autorización previa del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) se arriesgan a penas con prisión en su grado máximo o con multas que pueden ir de tres a 50 UTM.
“Esta reiterada costumbre de señalar a los murciélagos como transmisores de enfermedades, que en la mayoría de los casos no está demostrado con evidencia sólida, está causando serios daños y representa una importante amenaza a este grupo de mamíferos con fuertes implicancias para su conservación”, lamenta Annia Rodríguez San Pedro, encargada de investigación del Programa.
¿Qué hago si ingresan murciélagos a mi casa?
- Lo primero es mantener la calma para evitar asustar a estos animales. Ellos suelen ser inofensivos y temen al humano, por lo que no atacarán sin provocación.
- Utiliza siempre guantes gruesos o de cuero para cualquier tipo de manipulación.
- Toma una caja de zapatos o cualquier tipo de recipiente (que no tenga bordes filosos o elementos de riesgo), y ponlo encima del murciélago con tranquilidad.
- Desliza cuidadosamente una hoja de papel entre la pared y el recipiente, para que el murciélago se desprenda del muro y caiga a la caja. Procura que la caja tenga pequeños orificios para que el animal pueda respirar cuando le pongas la tapa.
- Traslada al murciélago con la cajita fuera de la casa. Colócalo en un árbol y así podrá volar hacia otro lugar.
La organización expresa, finalmente, que “nos gustaría reflexionar sobre el actuar de los seres humanos que formamos parte del ecosistema, pues debemos tomar en consideración la forma en que hemos invadido el territorio de muchas especies, no tan solo los murciélagos, destruyendo refugios y fragmentando hábitats, para que en el futuro nos vayamos acostumbrando a episodios como estos y aprender a convivir con especies que son tan importantes para el país y el planeta”.