El eclipse solar total ha sido el tema de preferencia en las últimas semanas y no podíamos esperar menos, pues es el magno evento astronómico en el que Chile será el epicentro y que ¡ya está aquí! Un suceso que ha estado en boca de todos y no hay quien que no haya estado pensando en qué lugar verá cómo la luna bloquea la luz del sol. Pero los humanos no serán los únicos que reaccionarán a este suceso. ¿Te has preguntado qué pasará con el comportamiento de los animales durante el eclipse?  En Ladera Sur nos hicimos esa pregunta y decidimos contarte qué ocurre con los animales cuando el día se convierte en noche.

Existen muy pocas investigaciones formales respecto a este tema, pero sí muchas versiones anecdóticas de científicos de todas las épocas, en las que se cuentan singulares reacciones de animales durante los minutos en los que ocurre el eclipse y que captaron la especial atención de sus espectadores.

Sabemos que está en la naturaleza de los animales que al caer la noche reaccionan de cierta manera. Bueno, en los eclipses sucede más o menos lo mismo: por ejemplo, las abejas y las hormigas regresan a sus nidos, las aves se preparan para dormir, los grillos comienzan a gorjear, las vacas lecheras vuelven a sus establos o se recuestan en el suelo y en el caso de los murciélagos, salen para alimentarse.

El cazador de eclipses Dave Balch contó a National Geographic que, cuando fue protagonista del eclipse total de 1991 en Hawái, notó una actividad más nerviosa de las aves en torno a un muelle durante las fases parciales antes y después de la totalidad. «¡Apenas podíamos escucharnos los unos a los otros! Luego al llegar a su totalidad: ni un solo ruido. Reinaba un silencio de ultratumba. La diferencia entre los niveles de ruido antes de y durante la totalidad, era increíble», comentó.

©Martín del Río
©Martín del Río

Aunque existen comportamientos aun más curiosos como el caso de los arácnidos en donde, de acuerdo a la evidencia, las arañas tejedoras comienzan a deshacer sus redes durante un eclipse. 

Esto fue observado por un grupo de científicos durante el eclipse solar del 11 de julio de 1991 en México en el que se evidenció que las arañas se comportaban de una manera típica hasta el momento que ocurría la totalidad del eclipse, cuando se disponían a derribar sus telarañas.  Las observaciones del estudio sugerían que la clave ambiental principal, responsable del ritmo diario del comportamiento de construcción de la red en la especie, es el nivel de luz.

Otro evento observado y que generó  gran asombro, fue en un grupo de chimpancés durante un eclipse anular en 1984 en el Centro de Investigación de Primates de Yerkes. Cuando el cielo comenzó a oscurecer  y la temperatura a disminuir, las hembras solitarias y aquellas con crías se trasladaron a la parte superior de una estructura de escalada. A medida que avanzaba el eclipse, otros chimpancés comenzaron a congregarse al lugar, dirigiendo sus cuerpos en dirección al sol y la luna y volviendo sus caras hacia arriba. Al momento en que la luz volvía, los animales comenzaron a descender de la estructura de escalada.

Este comportamiento no se observó ni antes ni después de que el eclipse ocurriera, ni tampoco durante las puestas del sol normales, lo que reflejó –de acuerdo a la investigación–, que un eclipse solar puede influir y modificar el comportamiento de los chimpancés. ¿Curioso no?

Si piensas pasar el eclipse en algún entorno natural, puedes detenerte unos minutos a observar a tu alrededor y notar las diferencias que ocurren mientras sucede el fenómeno, para así contar tus anécdotas del fenómeno astronómico.

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