Tras ocho años en tramitación, este martes 23 de julio está agendada la votación del proyecto de Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) en el Senado. Es en este contexto que les compartimos la carta enviada por los premios nacionales de ciencia Fabián Jaksic (Premio Nacional de Ciencias Naturales, 2018), Mary Therese Kalin (Premio Nacional de Ciencias Naturales, 2010), Juan Carlos Castilla (Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, 2010) y Bernabé Santelices (Premio Nacional de Ciencias Naturales, 2012) dirigida a la Ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, en relación a este proyecto.

Aquí el texto completo:

La    vida    sobre   la   tierra,   técnicamente  denominada biodiversidad, es un entramado multidimensional e interdependiente resultado de procesos ecológicos  y evolutivos de los cuales los seres humanos somos parte. Como conjunto entrega “las contribuciones de la naturaleza a las personas”, también conocidos como “bienes y servicios ambientales” o “servicios ecosistémicos”. Es  decir, alimentos, medicamentos, agua, aire, fibras, disminución del riesgo de desastres, regulación del clima, polinización de cultivos, control de plagas, formación del suelo, y beneficios estéticos  y espirituales.

La biodiversidad es la base que sostiene nuestra vida en la Tierra,  y tanto el bienestar presente como el futuro de los seres humanos, está directamente relacionado con ella. En especial, las personas más vulnerables de la sociedad dependen  muy directamente de ella para satisfacer sus necesidades cotidianas de  supervivencia.  Se  estima  que  los servicios ecosistémicos y  otros  bienes no comercializados representan entre el 50% y 90% del todas las fuentes de sustento de los hogares pobres de zonas rurales y forestales  – el llamado “PIB de los pobres”  (SCDB, 2017).

Salar de Atacama ©Ben Goetzinger
Salar de Atacama ©Ben Goetzinger

Durante la conferencia de las partes del Convenio de Diversidad Biológica –COP14 de biodiversidad–, llevada a cabo en 2018 en Egipto, se concluyó que “a pesar de las muchas medidas positivas adoptadas por las Partes y otros, la mayoría de las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica no están bien encaminadas hacia su logro de aquí a 2020. Es decir, no estamos  asegurando la adecuada  gestión de la biodiversidad en la Tierra. Lo que, de no presentar avances significativos, pondrá en peligro el logro de la misión y la visión del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica  2011-2020, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, en última instancia, los sistemas  que sustentan la vida del planeta” (CDB/COP/14/L.2).

Nuestro país no es ajeno a este diagnóstico. De hecho, la situación de Chile como signatario del convenio de Diversidad Biológica, las metas Aichi  y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es especialmente delicada. Nuestro país es una “isla biogeográfica”; es decir, desde el punto de vista de la biodiversidad, somos una isla. Los  demás países de nuestro continente comparten gran cantidad de especies y ecosistemas,  a excepción de nosotros, separados del resto por una alta cordillera y uno de los desiertos más áridos del mundo. Nuestras especies se caracterizan por ser endémicas, es decir, que sólo existen en Chile y en ningún otro país. Igualmente, la biodiversidad marina  (intermareal  y submareal)  también está aislada geográficamente  de sus vecinos, como consecuencia de la dirección del flujo y la temperatura de la Corriente de Humbodt. Además, los paisajes, ecosistemas  y variedades genéticas de nuestro territorio y maritorio también son únicos.

Siete colores ©Elbocha60/Wikimedia
Siete colores ©Elbocha60/Wikimedia

Esta biodiversidad  singular es un patrimonio de todos los chilenos, representa nuestro capital natural en el presente y para el futuro, por lo que su conocimiento,  cuidado, valoración y uso sustentable son un tema de seguridad nacional que debe ser abordado con fuerza por la institucionalidad ambiental.  Su protección debe ser prioritaria por ser un tema transversal que permite una mejor calidad de vida de todos los chilenos. Por ejemplo, nuestra biodiversidad es un importante capital para el desarrollo del turismo, que en países como Nueva Zelanda aporta mas del 9% del PIB, un porcentaje  similar al del cobre en Chile, recurso que está en declinación y que a diferencia de la biodiversidad bien cuidada, no es renovable.

El  contexto anterior reafirma la necesidad de contar con un Servicio capaz de gestionar la biodiversidad en todo nuestro territorio, que debiese articular a todos los sectores en torno al desafío común de dar protección y uso sustentable a la misma. La biodiversidad no reconoce fronteras políticas internas, y su gestión tanto a nivel terrestre, marino y dulceacuicola  debe tener la misma mirada territorial e integradora para tener éxito. La gestión de la biodiversidad requerirá el empleo de una amplia gama de instrumentos, entre los que se encuentran las áreas protegidas, el pago por servicios ecosistémicos  y el banco de compensaciones.

Chloraea bletioides ©Patricio Novoa
Chloraea bletioides ©Patricio Novoa

El proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad  y Áreas  Protegidas  ha sido concebido tomando en cuenta las particularidades  de la biodiversidad en nuestro país y las lecciones aprendidas de otros similares. Quienes nos llevan la delantera y de los cuales hemos podido seguir de cerca sus avances en legislación ambiental son México,  Costa Rica, Colombia y Perú. Ellos nos demuestran que un conocimiento  y sistematización  de la información sobre biodiversidad del país y  herramientas que permitan gestionarla para maximizar  su potencial, constituyen  medios eficaces, no solo para la conservación de la biodiversidad, sino también para el uso sustentable de ella y el desarrollo de los países. Para esto, es necesario fortalecer  y articular la relación entre los científicos y  los tomadores de decisión, e incorporar el Servicio público mencionado al instrumental del Ejecutivo.

Como Premios Nacionales en Ciencias, estamos a disposición del Ministerio de Medio Ambiente para apoyar este desafío de creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas  del Estado.

Sin otro particular, le saludan muy atentamente,

Fabian Jaksic, PhD

Premio Nacional de Ciencias Naturales

2018

 

Mary Therese Kalin, PhD

Premio Nacional de Ciencias Naturales

2010

 

Juan Carlos Castilla, PhD

Premio Nacional de Ciencias Aplicadas Tecnológicas

2010

 

Bernabé Santelices, PhD

Premio Nacional de Ciencias Naturales

2012

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