Hacia mediados del siglo XIX, los inmigrantes europeos que llegaron a Chile en búsqueda de una nueva vida en el nuevo mundo debieron emprender titánicas labores para empezar desde cero donde no había nada. Particularmente, los colonos alemanes que habitaron el sur de Chile eran beneficiados con un terreno y poquísimos bienes o herramientas para progresar en el apartado territorio. Tal vez debido a esta precariedad, desde el oficio de la madera heredado de Europa desarrollaron la técnica conocida como «Cajón y Espiga». Esta técnica no usa clavos, pernos ni tarugos, todas sus piezas de madera, en cambio, son ensambladas formando una perfecta «membrana» que se sostiene sobre sí misma. Así, se logra componer una estructura que es incluso antisísmica. Implementando esta técnica fue como los colonos construyeron sólidas edificaciones tanto para la vivienda como para el almacenamiento de alimentos. Hoy, este verdadero arte de construcción en madera todavía subsiste en algunos graneros y casas dispersas en el sur de Chile.

Los hermanos Héctor y Nicolás Ducci, que desarrollan entrecruces de arte y arquitectura, piensan que esta postergada técnica debe ser revalorada y conservada por su maestría y carácter patrimonial dentro de la historia nacional. Con este propósito, el año pasado los hermanos Ducci desarmaron el antiguo granero de la familia Siebald Schröeder (1892) en la Región de Los Lagos, para re-ensamblarlo bajo la técnica de «Cajón y Espiga» en la entrada del Centro Cultural Palacio La Moneda. El granero, o en rigor una quinta parte del original que mide ahora catorce metros de ancho por seis de profundidad y siete y medio metros de altura, estaba a punto de ser vendido como leña, aseguran los hermanos. Una vez en Santiago, fue tal el interés y acogida de la gente que se reconstruyó nuevamente este año, ahora en el frontis del Museo Nacional de Bellas Artes. Es allí donde han exhibido esta técnica de construcción, quedando sus estructuras al descubierto para que la gente pueda apreciarlas. Resulta interesante, además, que su re-instalación ha sido progresiva a lo largo de los días, esto ha permitido al público valorar también un proceso que no es instantáneo y automático, pero sí magistral. En su interior, tres maquetas a escala 1:20 de diferentes tipos de estos graneros se realizan con la misma técnica, para que quienes visiten esta instalación puedan comprender de forma más profunda el legado constructivo de “Cajón y Espiga”.

Ingreso del Museo de Bellas Artes. Foto de  Viviana Morales R. Revista VD, El Mercurio.
Ingreso del Museo de Bellas Artes. Foto de  Viviana Morales R. Revista VD, El Mercurio.
Granero en el sur de Chile © Ducci&Ducci.
Granero en el sur de Chile © Ducci&Ducci.
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