Ya en 2015 los resultados obtenidos por el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), el mayor centro de estudios sobre el clima en Chile, traían noticias preocupantes para Chile respecto a la sequía: Se hablaba de la más larga y extensa sequía de la historia que afectaba al país y que conformaba el período 2010-2015.

En ese entonces, la llamada «megasequía» afectaba a siete regiones desde Coquimbo a la Araucanía donde en algunos casos los balances de déficit de precipitaciones rodeaban el 30%. «Esta sequía, al menos algunos de los años que la conforman, ha tenido anomalías o déficits prolongados significativos hasta la Región de La Araucanía. No ha sido la peor de todas en intensidad, pero sí la más extensa y prolongada”, sentenció en ese entonces el subdirector de CR2, recordando que desde 2002 no se producía un año con alta precipitación.

Lo cierto es que al día de hoy la situación no ha cambiado mucho y hemos visto cómo la escasez de precipitaciones ha impactado la vegetación, disminuido las reservas de agua y aumentado el riesgo de incendios forestales.

Sequías más largas y recurrentes

Investigadores extraen muestras para medir anillos del árbol. ©Ariel Muñoz
Investigadores extraen muestras para medir anillos del árbol. ©Ariel Muñoz

Un reciente estudio publicado en la revista Climate Dynamics, ha señalado que las sequías se han vuelto más largas y recurrentes desde 1950 en Chile y que si antes se presentaban en promedio cada 40 o más años, ahora ocurren cada 10 e incluso menos. Estos resultados se obtuvieron luego de que el equipo de Ariel Muñoz, investigador del laboratorio de Dendrocronología y Estudios Ambientales de la U. Católica de Valparaíso, analizara los anillos de crecimiento de las araucarias y otros árboles en tres zonas estratégicas. Esto porque las araucarias, al igual que otras especies, son árboles de alto estrés hídrico, por lo tanto cualquier cambio en las condiciones de humedad se expresa en su crecimiento.

El grupo de investigadores midió los anillos de crecimiento de las Araucarias en Alto Biobío, de los cipreses de la cordillera en la cuenca del río Maule y del ciprés de las Guaitecas en la cuenca del río Puelo. Y gracias a los datos obtenidos, reconstruyeron matemáticamente los caudales de los ríos Biobío, Maule y Puelo de los últimos 400 – 500 años, concluyendo que el caudal de éstos ha disminuido un promedio de 30% comparado con el promedio de los últimos 5 siglos.

Laguna la Mula, Alto Biobio, uno de los diversos lugares donde extrajeron muestras para el estudio. ©Rodrigo Gonzalez
Laguna la Mula, Alto Biobio, uno de los diversos lugares donde extrajeron muestras para el estudio. ©Rodrigo Gonzalez

«(Estas especies) responden a las mismas variables de crecimiento que los ríos. Mientras los árboles necesitan para crecer temperatura y humedad, los caudales están regulados por las precipitaciones y el derretimiento de los hielos», señaló Muñoz, quien trabajó en esta investigación con datos propios obtenidos en terreno y aquellos recopilados por el  Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2).

En consecuencia, podemos decir que los períodos actuales de extrema sequía que se viven en chile, están dentro de los  más secos de los últimos 4 o 5 siglos. Sobre esto Muñoz advierte que en el futuro «Los ríos podrían tener mucho menos agua que hoy, y no tenemos un sistema de repartición adaptado para ello».

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