Charla sobre las culturas ancestrales de Chile cuestionó cómo se está cuidando el legado de los pueblos indígenas

¿Te perdiste nuestra tercera charla del ciclo Inspirados por la Naturaleza 3? Aquí el resumen de esta velada dedicada a las culturas ancestrales de Chile, Chinchorro y Selk’nam, en la que los expositores hablaron de su historia y panorama actual.

El pasado martes 28 de agosto realizamos nuestra tercera charla del ciclo Inspirados por la Naturaleza 3, con el apoyo del Magíster de Arquitectura del Paisaje de la Universidad Católica MAPA-UC y nuestros partner de Épica.

Aquí el video resumen:

María Ignacia Quezada, historiadora de a Universidad Católica de Chile, comenzó a hablar sobre los pueblos originarios australes: los Chonos, Aónikenk, Kawéskar, Yámana y los Selk’nam. Enfantizó en que sus diferencias en el físico, la cultura y la religión eran notorias, pero la importancia de la interacción con su entorno para cada uno fue esencial. “La naturaleza va a ser fundamental para sus modos de vida y la intervención de ésta nos lleva a dos puntos: a su transformación o a su pérdida”, dijo.

©Ladera Sur
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Así empezó con un recorrido geográfico por la zona austral de Chile. En la parte más alta del mapa de esta zona del sur, destacó los Chonos entre la Península de Chiloé y la de Taitao. Más abajo, entre la Península de Taitao y el Estrecho de Magallanes, habitaron los Kawéskar o alacalufes, quienes todavía cuentan con representación hasta la actualidad. Les siguen en ubicación los Aonikenk o Tehuelches, los Yámana o Yaganes y, al final, en la porción norte y central de Tierra del Fuego, los famosos Selk´nam u Onas.

Algunas de estas culturas desaparecieron y otras tuvieron un notorio declive. Lo cierto, según explicó Quezada, es que cada una tiene sus propias causas de desaparición. Con distintas variantes y en diferentes épocas, hay un punto en común: la llegada de los españoles.

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Sin embargo, hay una de estas culturas que destaca por los diferentes conceptos que hay sobre su desaparición. Se trata de los Selk´nam y la disyuntiva ¿fue extinción o genocidio? Para Quezada hablar de genocidio es una respuesta clara: “Se nos ha enseñado que es un pueblo que se extinguió (…) El genocidio es una matanza sistemática que tiene sujetos que son culpables. En cambio, la extinción es un concepto muy abierto que puede hablar de muchos factores y no tiene, incluso, un solo culpable. Hablar de genocidio también habla del reconocimiento de lo que sucedió, y la idea de reivindicación, de que tienen que hacerse cargo y es un deber”.

El último punto que tocó la historiadora fue sobre la ceremonia Hain, aquella que puede durar hasta un año y el origen de lo que es el patriarcado en esta cultura. Es en esta ceremonia cuando se pintan los cuerpos y ocupan una vestimenta especial, con la cual esta cultura es conocida hoy en día. “Este misticismo, que es lo que nos atrae, generará un problema en la actualidad. Esta imagen, que es solo una parte de la vida Selk´nam, es la única que se nos va a plasmar y, lamentablemente, nos va a llevar a la idea de que es una cosa (…) Es una cultura que vivió durante milenios, que luego se vio afectada, que fue asesinada. Nosotros tomamos algo de ellos como personas que para ellos somos personas blancas, externas, y después lo vendemos”.

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Un salto a la zona norte de nuestro país fue el que dio Bernardo Arriaza, destacado antropólogo de la Universidad de Tarapacá, reconocido a nivel mundial por su aporte a la investigación y difusión de la cultura Chinchorro, cuando empezó a hablar sobre ésta.

Se trata de un pueblo que elaboró las momias más antiguas del mundo, que datan de más de 7 mil años de antigüedad. De hecho, ellos vivieron hace miles de años atrás en las costas del sur de Perú y el norte de Chile, pero su epicentro cultural fue en el área de Arica y Camarones.

“Realizaban una momificación intencional de los cuerpos de manera muy compleja, con un tratamiento que incluía remoción de los órganos, remoción de la piel, secado de las cavidades, reforzado con diferentes elementos y el cuerpo era transformado hasta ser una especie de estatua muy colorida. Estos cuerpos más que ser cuerpos para el más allá, son cuerpos presentes porque tienes los ojos abiertos, la boca abierta. Entonces, son momias que están representando, de cierta manera, la vida”, dijo Arriaza.

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El experto explicó que las primeras evidencias son de hace siete mil años. Se descubrieron las primeras momias entre 1917 y 1919, pero ya en los 80’ se descubrieron grandes cementerios de la cultura Chinchorro en el sector de Camarones, al sur de Arica. Desde entonces, recalcó, se armó un nuevo hito en la investigación de las momias.

Así siguió con más fuerza un proceso en el que se descubrió que las momias esta cultura podían pasar por dos procesos. Uno de ellos es natural, que se produce por la sequedad del medio ambiente, y otro es la intención del ser humano por preservar esos cuerpos. Sobre las segundas, Arriaza dijo: “Fíjense los detalles que tienen, una terminación fantástica entre la cara, el cráneo, una especie de casquete que tiene ahí, después una peluca muy larga que baja. Acá hay una incisión que está pintada de rojo. Obviamente es la mano de un experto, no es un aficionado”. A esto agregó que existen tres tipos de momias de acuerdo a la línea temporal: las negras, que considera como las más complejas; las rojas; y las vendadas.

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Sin embargo, también destacó que es importante ir más allá de solo de la historia de las momias: “En este caso son poblaciones que son pioneras en asentarse en estas regiones y, lo que lo hace singular, estar en estos contextos hiper áridos del Desierto de Atacama: pescadores, cazadores, recolectores. Lo otro que es muy interesante es que para poder desarrollar esta momificación artificial muy completa tienen que haber habido especialistas, movilización social, actividades bien definidas que uno no esperaría encontrar en estas poblaciones de pescadores, cazadores, recolectores.

Finalizó con una problemática sobre los sitios arqueológicos y su condición actual: “Muchos sitios están abandonados, no están bien demarcados, no hay buena señalética, hay erosión, hay destrucción, producto del crecimiento de las ciudades. Son sitios muy importantes, pero no necesariamente cuentan con la protección. Están protegidos por la ley, pero en la práctica no hay una protección real de los sitios y eso es tarea de todos, del Estado, de toda la gente que está involucrada en todo este proyecto”.