Carretera hídrica ¿La solución al déficit de agua en Chile?
Extraer agua del sur para transportarla hacia el norte en un tramo de cinco canalizaciones y en una extensión de 3.900 kilómetros es el proyecto que planea desarrollar la Corporación Reguemos Chile, una obra de inversión que se estima en alrededor US$ 20 mil millones y que ha generado fuertes críticas respecto a la verdadera solución del problema hídrico en Chile.
La Corporación Reguemos Chile se fundó el año 2015 con el propósito de convertir a Chile en una potencia agroalimentaria. ¿Cómo? A través de una carretera hídrica que permitiría transportar el excedente de agua de la región del Bío Bío –en donde se asegura desde la empresa que el agua es abundante y no es utilizada en su totalidad en los meses de invierno– hacia el norte, a la Región de Atacama, todo con el propósito de impulsar el desarrollo de la agroindustria y potenciar la capacidad exportadora del país.
Un proyecto compuesto por cinco tramos de canalización que se extiende por cerca de 3.900 kilómetros para extraer el agua del río Queuco hacia el norte. La iniciativa público- privada está catalogada como una de las obras de infraestructura de mayor valor en América Latina según Statista, en donde se estima una inversión de al menos US $20 mil millones.
Su construcción ha dividido las opiniones entre quienes ven el proyecto como oportunidad para superar la crisis hídrica que tanto arremete a ciertas regiones y entre quienes especulan que tal obra no es una solución para el largo plazo y que además significaría un daño para los ecosistemas.
Escenario hídrico de Chile
De acuerdo a un estudio elaborado por World Resource Institute respecto al estrés hídrico de los países, se revela que 17 naciones –donde vive una cuarta parte de la población mundial– se enfrentan a niveles extremadamente altos de estrés hídrico, en donde Chile ocupa el puesto 18° en la lista global y lidera la categoría de naciones con una “alta crisis de agua”.
En la zona central, la desaparición prolongada de la laguna Aculeo fue una de las alarmas que comenzó a inquietar a gran parte del sector pues se convertía en una de las primeras víctimas del cambio climático y una extracción desmedida. En las últimas semanas la sequía ha sido el tema que ha estado en boca, pues la situación en cuanto al déficit de precipitaciones a la fecha, de acuerdo al Monitoreo de la Sequía Meteorológica en Chile, es especialmente preocupante en el centro del país, donde los números manifiestan condiciones que superan el 70% e incluso el 80% de déficit en algunas localidades de la Región de Coquimbo.
Un poco más al sur, el escenario no es muy distinto. El gobierno ya decretó a 9 comunas de la Región del Maule en emergencia agrícola con el objetivo apaliar los efectos de la sequía. Con ello ya son cinco las regiones del país en emergencia agrícola incluyendo a las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana y O´Higgins.
“Chile se encuentra entre los países más vulnerables del planeta en términos de seguridad hídrica. Este triste escenario se debe a dos razones principales: disminución de las precipitaciones a causa de los efectos del calentamiento global (extensión del anticiclón del Pacífico, que impide que entren los frentes del mal tiempo a la zona central del país), y también a ciertos ciclos oceánicos que generan mega-sequías en esta zona”, detalla Pablo García- Chevesich, miembro del Programa Hidrológico Internacional de Unesco y especialista en hidrología, quien además agrega que también ha habido un indiscriminado incremento en el consumo tanto de aguas superficiales como subterráneas. “Adicionalmente, no existe una buena planificación territorial que involucre el agua como factor de decisión, no existe eficiencia hídrica en el país y la gente simplemente no valora el agua, todo esto debido a que siempre hemos tenido agua en Chile, cosa que ya no sucede”, concluye.
Asimismo, Juan Armesto, científico del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académico de la Universidad Católica, agrega que, si bien se tiende a responsabilizar solo al cambio climático de este problema, “las crisis hídricas tienen múltiples causas, por tratarse de recursos como el agua que tienen relación con el funcionamiento de ecosistemas completos. En el caso de la zona centro, por ejemplo, el déficit hídrico en la agricultura, en un año particular, puede atribuirse a muchos factores concurrentes, como los usos competitivos del agua (industrias, agricultura, mineras, centros urbanos), falta de infraestructura, uso ineficiente del recurso, degradación de los suelos y los ecosistemas, entre otros”, comenta.
Carretera Hídrica, ¿solución al problema?
El proyecto de Reguemos Chile abastecería de agua a comunas entre la Región del Biobío y la Región de Atacama, a través de la extracción de agua del río Queuco. Sin embargo, el escenario en la región del Biobío no es muy diferente a otros.
Hace un mes, la región presentó un 20%- 25% de déficit hídrico de acuerdo a un estudio de la Universidad de Talca, en el cual se revela que los inviernos se están haciendo más cortos y por ello hay menos lluvia.
El investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), Cristián Frêne, asegura a través de un comunicado que “se asume que el agua del río Bío Bío sobra, y eso es una falacia, porque lo que ocurre es que los ecosistemas, tanto terrestres como acuáticos –y con esto me refiero también a los del borde costero–, se van a ver afectados por una disminución importante del caudal. Ese caudal del río Bío Bío que llega al mar no se pierde, sino que es fundamental para todos los procesos ecológicos que ocurren en el borde costero”.
En esa línea, el ecólogo y presidente de la ONG Ecosistemas, Juan Pablo Orrego, comenta que la primera premisa del proyecto es que el agua de los ríos se desperdicia en el mar. “Ese es el mantra con el que comenzó todo esto de la carretera hídrica. No se entiende nada del ciclo ecológico, no entienden lo que significa el agua en los ríos para el ecosistema oceánico, no entienden que los estuarios –donde los ríos se funden con el mar– son los ecosistemas más productivos, más importantes. Los ríos traen nutrientes, sedimentos orgánicos y sedimentos inorgánicos, minerales. ¿Cuál es la teoría entonces? De que si tú no le das un uso humano, productivo –entre comillas–, comercial al agua de un río…se está perdiendo”, comenta Orrego.
Por su parte, el científico de IEB y académico de la Universidad Católica advierte que un proyecto como la carretera hídrica difícilmente podría hacerse cargo de un problema global y de largo plazo, como son los cambios en abastecimiento hídrico debido al cambio climático. “Una solución a estos problemas requiere un enfoque adaptativo, es decir, estrategias que son basadas en el conocimiento y flexibles frente a distintos estados futuros del problema”, detalla Frêne.
Finalmente, Orrego opina que en una primera instancia el ser humano debiera ejercer medidas de restauración. “El ser humano debiera hacer la paz entre nosotros y después hacer la paz con la naturaleza y lanzarnos a restaurar. Armar un plan de contingencia global, la humanidad entera. Cómo reparamos esta biosfera para recuperar el aire limpio, las aguas puras, la regulación climática, la regulación del PH… El cambio climático con todos sus efectos lo provocó la humanidad y la única forma de revertirlo es con la humanidad actuando en su conjunto. Estamos frente a una disyuntiva: o hacemos eso y realmente nos ponemos a restaurar la biosfera y nuestra relación con ella o la cuestión se irá por la borda”, concluye el ecólogo.
El proyecto Carretera Hídrica fue ingresado a las concesiones del Ministerio de Obras Públicas el pasado martes 3 de septiembre. Una vez ingresado, la Dirección General de Concesiones de dicho ministerio tendrá un plazo de 10 días para revisar los antecedentes de la iniciativa privada para luego dar paso a la evaluación por el Consejo de Concesiones. Después se debe declarar de interés público para que el Estado pueda avalar su estudio de factibilidad.