Fue el año 2003 cuando los científicos de Whalesound-quienes además se han dedicado al estudio de los mamíferos marinos por cerca de veinte años- revelaron que entre 1997 y 2001 el número de ballenas jorobadas en las aguas patagónicas variaba en 30 individuos. Sin embargo, una reciente investigación concluyó que en la actualidad los ejemplares superan los 204 ejemplares.

La ballena jorobada se caracteriza por ser una especie migratoria que se distribuye por todos los océanos y mares del mundo, viajando hasta 25.000 kilómetros cada año.  En primavera viaja a sus áreas de alimentación, y en invierno hacia aguas más tropicales para reproducirse.

Las aguas patagónicas corresponden a una zona de muchos nutrientes y uno de los lugares preferidos de estas ballenas para alimentarse, pues existe un gran nivel de productividad  gracias a las condiciones geográficas y topográficas que crean surgencia costera, que consiste en el ascenso a la superficie de masas de aguas profundas –frías y ricas en nutrientes– debido al movimiento de aguas superficiales mar adentro.

©Whit Welles
©Whit Welles

Según especifican los científicos a LUN, la reciente estimación indica que aun cuando esta población está creciendo, lo hace a una tasa mucho más baja de lo esperado, es decir en un 2,3%. Las ballenas jorobadas maduran sexualmente entre los 7 y 10 años de edad y una hembra madura, por lo general, tiene una cría cada 2 o 3 años, lo cual hace difícil el aumento de su población.

La caza de estos mamíferos marinos en el siglo XIX y parte del siglo XX, llevaron a las ballenas jorobadas al borde de la extinción, sin embargo con la firma de tratados para su protección se frenó su desaparición. En la actualidad se estima que la población de estos mamíferos marinos bordea los 80.000 individuos a nivel mundial.

Se dice que parte importante de su recuperación se debe a la creación del Parque Marino Francisco Coloane el 2003. Este parque corresponde a la primera zona marítima protegida de nuestro país con cerca de 70.000 hectáreas –marítimas y terrestres– en donde se alberga una gran cantidad de fauna marina, entre ellas, la apacible ballena jorobada la que ha preferido esta zona para alimentarse y además, para la protección de sus crías.

 

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