Viajar es recorrer.

Recorrer por agua es viajar con libertad.

Y si los destinos son islas, la condición aislada nos permite viajar en el tiempo.

Tuvimos la suerte de visitar durante 6 días algunos de los mágicos lugares de las islas de Chiloé. Está de más hablar de lo especial que son estas islas, sus paisajes, su gente, su comida; la cultura de una isla. Partimos un poco al azar, con algunos datos y ciertos destinos que nos permitían fijar rumbo.

©Magdalena Besomi
©Magdalena Besomi

Viajar por agua, es viajar en línea recta. Llegar a los pueblos desde el mar, es entrar por la puerta principal, con sus iglesias como faros reconocibles desde la lejanía. Éste es un paseo inagotable, todo depende de cuánto tiempo se disponga, siempre habrán más rincones por explorar.

Mientras se navega con libertad, hay que estar atentos a los bajos y a las mareas, para eso se cuenta con instrumentos náuticos y cartas de navegación, que se van complementando para fijar el rumbo. Además de lo anterior, se debe procurar un lugar dónde fondearse de noche.; la geometría de las islas genera rincones que calman las aguas para dormir tranquilo. Para llegar a la orilla se lleva un bote menor, el cual permite llegar a la costa una vez puesta el ancla, o simplemente para ir a explorar.

Les relatamos la ruta, con sus tiempos de viaje, por si algún día se entusiasman a recorrer estos lugares.

 La ruta

Día 1. Sin preocuparnos por el tiempo, zarpamos a las 18:15 con lluvia desde la Marina del Sur en Chinquihue, al lado de Puerto Montt. Luego de 3:15 de navegación llegamos un tranquilo lugar, nuestro primer fondeo, la isla de Abtao.

©Magdalena Besomi
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Día 2. 11:10 Zarpamos rumbo a Tenaún (16:00).

Después de la lluvia salió el sol y nos sorprendimos con un espectáculo de arcoirirs en el horizonte. Mientras navegábamos, tuvimos la suerte de contar con al compañía de toninas que nadaban junto a nosotros hasta nuestra llegada a Tenaún, donde nos bajamos y caminamos alrededor de 1 hora.

Volvimos a nuestra embarcación para tomar rumbo a Dalcahue (18:30), donde encontramos un muy buen lugar de fondeo para pasar el año nuevo mirando una preciosa postal de luces reflejadas en el agua.

©Magdalena Besomi
©Magdalena Besomi

Día 3. 10:30 hora de zarpe, nuestro próximo destino, Achao en la Isla de Quinchao. Poco más de una hora de navegación y llegamos, maravilloso lugar en donde nos sorprendió la variedad de diseños de tejuelas en los revestimientos de las casas. Hicimos un registro para compartirlo con ustedes. A las 16:00 partimos nuevamente para encontrar nuestro fondeo para la noche, navegamos dos horas y llegamos a la Isla de Quehui. Tuvimos que entrar por una pasada muy estrecha que nos dejó en el corazón de la isla.

©José Manuel Schultz
©José Manuel Schultz
©José Manuel Schultz
©José Manuel Schultz

Día 4. 11:00 zarpe. Este día hicimos varias paradas. Partimos de Quehui, pasamos por Rilán, luego a conocer el nuevo Hotel Tierra Chiloé, donde nos atendieron muy bien. Pasamos nuevamente a Dalcahue para ir al mercado a comprar artesanía local y finalmente llegamos a una de nuestras islas favoritas, Mechuque, un lugar con magia propia.

©Magdalena Besomi
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Día 5. 16:00. Empezamos el regreso, partimos a Tabón, donde conocimos a un isleño que vendía los mejores productos del mar, para celebrar la ultima noche a bordo.

©Magdalena Besomi
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Día 6. 8:00 Madrugamos y llegamos a puerto a la Marina del Sur a las 11:15. El viaje terminó

La cuenta final: un recorrido de 28 horas navegadas y 6 días de asombro.

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