Dentro de los lugares turísticos conocidos por excelencia en Egipto, el oasis de Siwa, definitivamente no es uno de ellos. Siwa es un lugar casi perdido en el interior del desierto del Sahara.

©Scarlett Araya
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Llegué a Siwa gracias a la recomendación de una amiga paisajista que, si bien tuvo la suerte de recorrer sus parajes hace más de 10 años, lo recuerda como uno de sus lugares favoritos. Y hoy, a pesar de toda la mala publicidad que se le da a este oasis en su propio país, principalmente debido a su lejanía de la capital El Cairo, también lo recomiendo como uno de los mejores lugares para visitar en el norte de África.

Oasis de Siwa. ©Scarlett Araya
Oasis de Siwa. ©Scarlett Araya

Inmerso en la arena y en la infinitud del desierto, Siwa se encuentra en la frontera oeste de Egipto hacia su acercamiento al país vecino (Libia). Para llegar a Siwa existen distintas formas. En mi caso la mejor opción por precio y seguridad, es tomar un bus público durante un viaje que tarda toda la noche. ¡Y que no los asusten los diversos controles militares, que nos despiertan para revisar nuestros pasaportes! Es parte de la experiencia de llegar a su frontera.

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Al despertar aparece Siwa, un lugar lleno de contrastes, donde las palmeras y el agua calma predominan en la escena.  De hecho, el antiguo nombre egipcio de Siwa era Sekht-am “tierra de palmeras”.

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Siwa y sus alrededores

Siwa es un pueblo pequeño y muy tranquilo, con un centro con mercado de ferias artesanales y algún par de hostales. Se caracteriza por tener construcciones realizadas con palmeras y elementos locales.

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Lo mejor para conocer el oasis de Siwa es tomar una bicicleta y comenzar el viaje. Con un calor muy fuerte, el recorrido por el desierto se acompaña de distintos lugares de interés y la increíble presencia de agua.

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El primero de ellos y muy significativo en su historia, es el oráculo de Amón. Dedicado al dios Amón Ra, se cree que Alejandro Magno se dirigió a su templo en la búsqueda de reafirmar sus creencias. La historia nos cuenta que es en el oráculo donde se le reconoce como ser divino, tras lo cual se proclamará faraón de Egipto.

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Un segundo punto de alto interés son las catacumbas de Siwa. Un lugar muy especial que nos recuerda que no estamos en cualquier parte del mundo. En ellas podemos sentir directamente la presencia de la historia egipcia y el gran culto a la muerte.

Se encuentra en una zona más elevada donde podemos observar los centenares de palmeras. Sin duda uno de los elementos más llamativos del paisaje son el contraste de los cerros arenosos y el verde característico de un oasis en medio del desierto.

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Para finalizar la jornada, un imperdible son los ¡baños de Cleopatra! Simplemente su nombre lo catapulta como una de las zonas más atractivas del oasis.

Se cree que en estas termas, la propia Cleopatra disfrutaba de los baños de aguas cristalinas y termales que surgen desde el interior de la tierra. Lo mejor es que hoy en día aún puedes disfrutar de un baño en ellas, refrescándote del calor durante el viaje.

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El Sahara

Por último otro de los paseos favoritos de los visitantes al oasis de Siwa, son las lagunas naturales que se encuentran en el interior del desierto del Sahara. Para llegar a ellas es necesario tomar un tour “safari” hacia el desierto.

El desierto del Sahara. ©Scarlett Araya
El desierto del Sahara. ©Scarlett Araya

En esta área podemos encontrar dos fuentes termales, una de ellas de agua caliente y la otra de agua fría. ¡En ambas te puedes sumergir libremente!

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