Conocer las Islas Falkland, popularmente conocidas como Islas Malvinas, siempre estuvo en mi radar. Este archipiélago de más de 700 islas ubicado a 560 kilómetros del extremo austral del continente Americano, era un destino que había escuchado en muchas historias de los antiguos expedicionarios del siglo XIX como Darwin o Shackelton. Conocer estas islas era la pieza que me faltaba para comprender la espectacular geografía patagónica que es tan especial y única. Ya que, aunque este archipiélago esté solitario en el Atlántico sur, a mi parecer comparte una gran cantidad de similitudes con el territorio continental austral.

Barco Lady Elizabeth encallado en las cercanías de Stanley a principios del siglo XX. Foto: © Martín del Río
Barco Lady Elizabeth encallado en las cercanías de Stanley a principios del siglo XX. Foto: © Martín del Río

En general es poco lo que se sabe de este territorio. Creo que a raíz del conflicto bélico de 1982 con Argentina, geográficamente las personas más o menos saben dónde queda, pero en general se desconoce cómo es y qué se puede encontrar allá.  Este reportaje tiene la intención de contarles un poco más de este destino y ser una guía que los pueda ayudar y motivar a recorrerlas. Desde ya les digo que no se arrepentirán. Es un destino cautivante, en especial para los amantes de la fauna salvaje.

Es tanta la información que les queremos contar, que dividiremos nuestra experiencia en 4 diferentes artículos. Este el primero y en los otros 3 profundizaremos en los lugares que recomendamos sí o sí visitar. Estos son: Volunteer Point, Sea Lion Island y Carcass Island.

La llegada

Para llegar a las Falklands hay pocas opciones. Desde Sudamérica hay un vuelo semanal de la compañía LATAM que sale desde Santiago de Chile los días sábado y que hace escala en Punta Arenas (te tienes que bajar del avión para pasar por Policía Internacional. El vuelo dura 6 horas en total aprox.) Es decir, puedes ir una semana como mínimo. Hay también un vuelo mensual desde Río Gallegos, Argentina, y desde  Londres, llega semanalmente un “RAF Airbridge”, un vuelo de la Fuerza Aérea británica. Hay que considerar que el pasaje de avión desde Santiago cuesta alrededor de $700.000 pesos chilenos.

La otra forma de llegar sería en yate privado o en grandes cruceros que ponen a las islas dentro de sus programas que van a la Antártica o las Islas Georgias del Sur.  Yo recomiendo la opción de ir por avión o yate para estar mínimo una semana recorriendo los principales atractivos de las islas. Con 15 días quedarías como un experto del lugar y muy descansado.

Vista aérea de la ciudad de Stanley. © Martín del Río
Vista aérea de la ciudad de Stanley. © Martín del Río
La identidad británica en Stanley. © Martín del Río
La identidad británica en Stanley. © Martín del Río

Cuando aterrizas en el aeropuerto internacional Mount Pleasant ya te sientes llegando a un lugar especial. El aeropuerto es administrado por las fuerzas militares británicas, lo cual lo convierte en un lugar protegido y también se podría decir que no muy acogedor en su infraestructura. Recuerdo bajarme del avión y como buen turista quise sacar fotos pero rápidamente escuché a varias personas decir: “Don’t take pictures!!”. Con el paso de los minutos entendí que era una base militar y que además del aeropuerto, ahí se encontraba un pequeño pueblo donde vivían familias y hasta tenían un cine. Este es el único lugar de las islas donde existe la presencia de militares británicos ( las Islas Falkland son un Territorio de Ultramar del Reino Unido y ejercen independencia económica total excepto en defensa, la cual es responsabilidad del Ministerio de Defensa Británico.)

La capital, Stanley, queda a unos 45 minutos del aeropuerto. Te puedes ir en un bus o lo que ocurre generalmente, es que te van a buscar desde el lugar donde te hospedarás. En ese trayecto ya empiezas a entender esta geografía azotada por el viento. Lo que más me impactó fue ver estos “ríos de piedra” por todos lados. Me explicaron que este fenómeno es único de estas islas, que solo ocurre de esta forma en este territorio del mundo. En simples palabras se trata de un accidente geográfico formado por acumulaciones de bloques de piedra y rocas de distintos tamaños, en los cauces de  antiguos ríos producto de la erosión y las glaciaciones.

Ríos de piedra. © Martín del Río
Ríos de piedra. © Martín del Río

Stanley es una pequeña y amable ciudad (en escala continental sería más bien un pueblo). Habitan alrededor de 2.400 personas –de un total de 3.000 habitantes– y se ubica en una bahía protegida de mar abierto en la “East Falkland” (Existen 2 grandes islas, Este y Oeste y están unidas por conexión aérea y ferry). Aunque tiene un aire a diferentes poblados del sur de Chile y Argentina, habían elementos que rápidamente te hacían recordar que estabas en Gran Bretaña. Uno de ellos, son las cabinas de teléfono rojas o si entras a un supermercado todo lo que ofrecen son productos traídos desde el viejo continente.

Me impresionó de buena manera, que todas las casas, grandes y chicas, tuvieran un “Winter Garden”, un espacio construido para que la luz y el calor hicieran de las suyas. En mi vida he visto muchos invernaderos y al ver estos, nunca había encontrado que tuvieran tanta utilidad y sentido como aquí. Es que aunque el frío no es tan crudo (bordea en promedio los 5ºC en invierno y en verano puede llegar hasta 25ºC), el viento es muy fuerte y se necesita el calor del sol en especial para producir sus propios vegetales. Para los que conocen la Patagonia, es bien parecido a su clima, y esto se nota en su geografía azotada por vientos provenientes del polo sur. Para explicarlo mejor, no existe vegetación nativa que supere el metro y medio de altura.

Costanera de Stanley. © Martín del Río
Costanera de Stanley. © Martín del Río

Stanley lo puedes recorrer caminando en un par de horas. Tiene una costanera que bordea toda la ciudad, muy bonita. En este recorrido puedes ver el servicio de correo, el hospital, el colegio, la casa del gobernador, etc. Recomiendo perderse por este pueblo que sorprende con un encanto único. Y de los paseos que quedan muy cerca de la ciudad, el que más me gustó es recorrer “Gypsy Cove” e ir a ver el antiguo faro abandonado de las islas.

Es importante saber que para recorrer las diferentes islas del archipiélago, el único transporte es con FIGAS (Falkland Islands Goverment Air Service). Son aviones pequeños, de un máximo de 10 pasajeros, que vuelan diariamente a todos los destinos turísticos. Estos aviones salen del Aeropuerto de Stanley que queda en la misma ciudad. Aunque no soy de los que me gusta mucho volar en aviones pequeños, mi experiencia en esta aventura fue muy buena. Cuentan con buenos pilotos y con muchos años de experiencia.

FIGAS, Antes de subirnos rumbo a Sea Lion Island. © Martín del Río
FIGAS, Antes de subirnos rumbo a Sea Lion Island. © Martín del Río

Nosotros alojamos en el hotel “The Waterfront Hotel”, un hotel boutique ubicado en la costanera de la ciudad. Su dueño es un chileno que lleva más de 20 años en las islas y ha sabido convertir a este lugar en uno de los principales lugares de reunión de los isleños y turistas. Cuenta con un rico restaurant y café que funciona todos los días. Las piezas son de primer nivel y tiene WIFI gratis (opción difícil de conseguir en las islas). Otras opciones de alojamiento son el “Malvina House Hotel” o “Lafone House”. Para considerar: alojar en la isla en general es caro. Aún no existen opciones como bed&breakfast u hostales para mochileros.

La casa de dos pisos de color celeste es el Hotel Waterfront. © Martín del Río
La casa de dos pisos de color celeste es el Hotel Waterfront. © Martín del Río

Una vez instalados conocimos a varias personas de las islas. Recomiendo plenamente conversar con los “falklanders”, todos tienen historias muy entretenidas y una identidad única. Por ejemplo, como me pasó a mí, podrías estar sentado junto al investigador de aves más importante en las Falkland y no darte cuenta (me refiero a Robin Wood).

Los isleños son personas cálidas, orgullosas de lo que han formado y con muchas ganas de que más personas conozcan su tierra. Al estar con ellos daban una sensación de ser personas sinceras y de vidas de mucho esfuerzo. A ratos me daba envidia esta desconexión con el mundo que tienen.

A la vez es interesante saber sobre sus antepasados, muchos provenientes de Chile, Argentina, Uruguay y Europa. En sus más de 200 años de historia, son muchos los aventureros que han dejado su huella en este territorio (Tienen que visitar el “Historic Dockyard Museum, es una buena pincelada para comprender de su historia).

Sea Lion Island. © Martín del Río
Sea Lion Island. © Martín del Río

Me impresionó saber que los nativos americanos no se asentaron en estas islas nunca. Son pocos los lugares en el mundo donde el humano no había llegado hace miles de años y éste era uno de esos. Quizás esa es una de las razones del porqué los animales viven en grandes cantidades en esas islas y no tienen problema de convivir junto a nosotros como otra especie más. No tienen miedo al ser humano, podías caminar junto a especies como el caquén, el pilpilén y otras aves que  normalmente suelen arrancar rápidamente al acercarte, sin que se alejaran.

Las Falkland concentran algunas de las mayores colonias de varias especies marinas como los leones y elefantes marinos, y una gran cantidad de aves nativas y endémicas que lo convierten en un destino obligatario para los amantes de la fauna. Por lo mismo existe una gran responsabilidad de todos, de proteger este lugar único en el mundo y conservarlo.

A continuación les hablaré brevemente de los principales destinos para ver animales en su estado más salvaje. Aunque la fauna está presente en general en todo el archipiélago y varias islas ofrecen alucinantes programas, yo les recomiendo estos 3 destinos.

Principales destinos

Volunteer Point

Es el destino más popular e importante de las islas. Este lugar reúne la mayor  colonia de pingüino rey del archipiélago. Visitar este lugar ha sido una de las experiencias más impresionantes de contacto de vida salvaje que me ha tocado experimentar. Queda a unas 3 horas en jeep desde Stanley, el cual la mitad del camino es por arriba de la turba sin una ruta demarcada. Al llegar podrás caminar y recorrer una playa con más de 1.000 pingüinos adultos. Podrás ver también pingüinos magallánicos y gentoo. 100% recomendable.

Volunteer Point. © Martín del Río
Volunteer Point. © Martín del Río
Volunteer Point. © Martín del Río
Volunteer Point. © Martín del Río
Volunteer Point. © Martín del Río
Volunteer Point. © Martín del Río

Sea Lion Island

A 40 minutos en avioneta desde Stanley, está esta pequeña isla que se caracteriza por el trabajo de conservación y monitoreo de fauna marina que en ella se desarrolla. Existe solamente un pequeño y acogedor lodge que sirve de base de operaciones para ir a ver caminando a elefantes marinos, leones marinos, el pingüino rockhopper (o de penacho amarillo), cormoranes imperiales y muchas otras especies. ¡Nosotros tuvimos la suerte de ver hasta orcas! Lo recomiendo para un par de días. Otro imperdible de primer nivel.

Sea Lion Island. © Martín del Río
Sea Lion Island. © Martín del Río
Orcas en Sea Lion Island. © Martín del Río
Orcas en Sea Lion Island. © Martín del Río
Elefantes marinos en Sea Lion Island. © Martín del Río
Elefantes marinos en Sea Lion Island. © Martín del Río
Pinguino Rockhopper en Sea Lion Island. © Martín del Río
Pinguino Rockhopper en Sea Lion Island. © Martín del Río

Carcass Island

Queda al otro extremo de Stanley. Volando una hora y media hacia el Norte llegas a esta espectacular isla. Te recibe su carismático dueño Rob McGill, que junto a su equipo, logran un ambiente muy acogedor. Los principales atractivos de Carcass son un trekking en el que puedes recorrer la isla completa y lo mejor, es que puedes cruzar hasta West Point Island donde se encuentra la población más grande del mundo de albatros de ceja negra. Estas monumentales aves vuelan a solo metros de ti y es uno de los pocos lugares en el mundo donde puedes recorrer donde habitan. Gran experiencia, muy recomendable.

Albatros de ceja negra en West Point Island © Martín del Río
Albatros de ceja negra en West Point Island © Martín del Río
Albatros de ceja negra en West Point Island © Martín del Río
Albatros de ceja negra en West Point Island © Martín del Río
Albatros de ceja negra en West Point Island © Martín del Río
Albatros de ceja negra en West Point Island © Martín del Río
Atardecer en Carcass Island © Martín del Río
Atardecer en Carcass Island © Martín del Río

Datos útiles:

Para planificar tu viaje te recomedamos contactar a http://www.falklandislands.travel/

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