¿Conoces las lagunas cordilleranas de Atacama? Te compartimos nuestro recorrido por sus colores y formas
Desde el colorido Salar de Pedernales, hasta la alucinante Laguna Verde, las cumbres de la Región de Atacama son un destino obligado para los amantes de la montaña y la naturaleza. Ladera Sur en conjunto con Chile es Tuyo, recorrió algunas de las principales lagunas cordilleranas de la región atacameña. Sigue leyendo para conocer todos los detalles.
“Hay poca publicidad respecto a Atacama y esta región tiene mucho para ofrecer (…), mucho para mostrar y conocer”, comenta Silvia Morales, artesana del rubro de la alimentación y gestora de la cafetería comunitaria de la Corporación Canto de Agua, en Copiapó.
Y está en lo correcto. Más allá de sus playas paradisíacas y el desierto florido, Atacama no siempre brilla por su sector cordillerano, el cual, incluso, es comúnmente confundido con la turística ciudad de San Pedro de Atacama (ubicado en la Región de Antofagasta).
Sin embargo, las cumbres atacameñas esconden algunas de las lagunas cordilleranas más hermosas y deslumbrantes de Chile y son un territorio perfecto para los amantes de la naturaleza.
De la mano del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) y la empresa Conectando Ecoturismo, Ladera Sur recorrió algunas de las cumbres más altas de la cordillera de la Región de Atacama y visitó sus más escénicas lagunas.
Lagunas Coloradas y Laguna Turquesa
Ubicadas en el Salar de Pedernales, a una altura de 3.360 m.s.n.m., las Lagunas Coloradas (o también llamadas “Lagunas Coloridas”) le deben su nombre a la diversidad de colores de sus aguas: rojo, azul oscuro y turquesa.
El camino a estas pequeñas lagunas, desde Copiapó, es largo y un poco turbulento (es recomendado realizarlo con una agencia turística), pero muy fascinante. Además de estar rodeado de imponentes cumbres con infinitas tonalidades de café, es muy probable avistar diversos animales característicos de la zona norte de Chile, como guanacos, vicuñas y vizcachas.
Desde el punto de inicio del Sendero Lagunas de Pedernales, una caminata de aproximadamente 30 minutos transforma el paisaje marrón en un despliegue blanco y deslumbrante: el Salar de Pedernales.
Y a lo largo del recorrido, van apareciendo los colores.
De acuerdo con Joshua Domínguez, guía de montaña y guardaparques de La Corporación Nacional Forestal (CONAF), la diferencia de colores de las lagunas se debe a factores como su profundidad, diversidad de minerales o incluso la presencia de microorganismos.
La icónica Laguna Turquesa (también conocida como Laguna Esmeralda), es la última del recorrido y la única en la que está permitido nadar, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de obtener notables fotografías (si pretende introducirse a la laguna, se recomienda no utilizar bloqueador para no contaminar sus aguas).
De acuerdo con Domínguez, la laguna “se ve de ese color porque en su costado más profundo, no tiene más de dos metros de profundidad y el fondo es exclusivamente sal que ya está cristalizada. Si fuese más profunda – como otras que se encuentran en el sector- o si su fondo fuera de tierra, se vería más oscura o café”.
Laguna Santa Rosa
El Parque Nevado de Tres Cruces le debe su nombre al enorme macizo volcánico, de más de 6.000 m.s.n.m, que corona el parque con tres cumbres.
En las faldas de dicho macizo y conectada al Salar de Maricunga, se encuentra la Laguna Santa Rosa, cuerpo de agua hipersalino a más de 3.700 m.s.n.m.
Se trata de una laguna habitada por una diversidad de flora y fauna, entre las que destacaca la presencia de flamencos. En sus aguas se pueden apreciar tres de las seis especies de flamencos que existen a nivel mundial: el flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), el flamenco andino o parina grande (Phoenicoparrus andinus) y el flamenco de James o parina chica (Phoenicoparrus jamesi).
Además de flamencos, en sus aguas habitan otros ejemplos de avifauna como taguas, patos y gaviotines.
De acuerdo con Natalia Soto, Administradora en Ecoturismo y guía turística especializada en Atacama, “las especies territorialmente se van distribuyendo en el ecosistema según sus necesidades. En esta laguna en particular, generalmente los flamencos tienen un sector donde prefieren dormir y se van desplazando a medida que buscan su comida. En otros sectores de la laguna se ubican las taguas cornudas y en otro rincón los patos jergón y juarjual”.
El mejor momento para contemplar la belleza de la Laguna Santa Rosa es el amanecer cuando el cielo y las figuras de los flamencos se reflejan en su superficie.
Para lograrlo, es posible hospedarse en el Refugio Maricunga, ubicado a solo metros de la laguna. Se puede acceder a literas o a un espacio para acampar al aire libre, aunque es muy importante considerar el brusco descenso de temperatura durante la noche e ir preparado para sortear el frío.
De no ser posible, durante el día también ofrece un espectáculo conmovedor, con sus aguas cambiando a un color celeste verdoso y ofreciendo la misma variedad de avifauna que apreciar.
Laguna Verde
Desde el Salar Maricunga hasta la Laguna Verde hay un tramo de aproximadamente una hora y media en automóvil. En el camino es posible observar el paisaje y, con un poco de suerte, avistar a la fauna nativa del sector.
Sin embargo, entre el marrón de las cumbres atacameñas, una vez que se distingue el enceguecedor parche turquesa que es la Laguna Verde es muy difícil de ignorar.
A una altura de más de 4.300 m.s.n.m, la Laguna Verde se encuentra muy cerca de la frontera con Argentina y, a pesar de su belleza, debido a su extrema salinidad es muy difícil que se desarrolle vida en sus aguas.
De acuerdo con Joshua Domínguez, la percepción del color de la Laguna Verde tiende a variar dependiendo de las condiciones externas. “Yo la he visto de muchos colores, como grisáceo oscuro o del color del mar. He escuchado varias hipótesis sobre la causa, pero siempre llegamos a una mezcla entre temperatura del agua, temperatura del ambiente, condiciones climáticas (como viento o sol) y temperatura durante la noche”, comenta Domínguez.
Esta es una de las atracciones turísticas más populares de la cordillera atacameña, no solo por el impresionante color de la laguna, sino también porque muy cerca de su orilla es posible encontrar unas pequeñas pozas de agua termal.
El agua cálida es muy agradable en contraste con el frío golpe del viento a aquella altura, sin embargo, es importante ser cuidadoso en la orilla de la terma natural, ya que sus bordes son delicados y pueden colapsar con el peso de una persona.
La Laguna Verde también es un punto de aclimatación popular para los fanáticos del alpinismo, ya que se encuentra muy próxima al volcán activo más alto del mundo: el Ojos del Salado, que motiva a muchos montañistas a querer ascender a su cumbre año a año.