Donde haya alimento en el sur de Chile, de seguro está él. También donde esté un curso de agua. Pero no tiene problema en adaptarse e irse a un ambiente terrestre. Adaptable y depredador, el visón americano (Neogale vison) ha llegado a ser un protagonista entre las especies exóticas invasoras en Chile. Y la verdad es que tiene sus razones. 

Un informe del Ministerio del Medio Ambiente de Chile, que valorizó los impactos económicos de especies exóticas invasoras, estimó que anualmente sus impactos se estiman en más de 9 millones de dólares, de los cuales sobre 8 millones de dólares son impactos sobre la vida silvestre. 

Originario de Norteamérica e ingresado a Chile en los 30’ para la industria peletera, pesa de 700 gramos a 1,8 kilos, sino que se ha convertido en un verdadero peligro no solo para los ecosistemas nativos, sino que también para pequeños productores locales.

En parte, esto se explica porque no tiene un depredador natural, a la vez que se alimenta de lo que pueda. Puede comer desde peces a mamíferos de mayor tamaño, como corderos recién nacidos. Dentro de sus mayores impactos, según se explica en la nota Visón americano, la frustrante lucha contra un invasor mucho más peligroso de lo que intuimos, se encuentra la competencia por los recursos de carnívoros nativos, además de alimentarse de variadas especies nativas en grandes cantidades. Estas últimas no solo son acuáticas o semi-acuáticas, sino que también terrestres, como es el caso de aves como el carpintero negro o el chucao.

Otro punto clave dentro de sus impactos es el tema de los agentes causantes de enfermedades que los visones podrían transmitir a la fauna silvestre. Para conocer más sobre esto, conversamos con Felipe Hernández, médico veterinario, ecólogo de vida silvestre y académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Austral de Chile en Valdivia, quien en los últimos años se ha dedicado a investigar la dimensión epidemiológica de esta especie.



—Antes de entrar de lleno en las enfermedades, ¿podrías ahondar en por qué el visón es una amenaza para la vida silvestre y a qué especies afecta principalmente? 

—Hay estudios en el tema de la depredación sobre especies nativas que no es menor. Algunos colegas han estudiado el impacto del visón en Patagonia, donde en localidades como Isla Navarino esta especie no tiene depredadores naturales y llegó quizás por sus propios medios. El visón ocasiona un impacto importante sobre aves nativas (como, por ejemplo, aves que suelen anidar a ras de suelo). Y no solo eso, también es capaz de trepar árboles sin problema y depredar sobre otros pajaritos que están anidando en cavidades de los troncos. De este modo, el efecto del visón sobre aves puede ser nefasto.

También hay otros reportes de depredación en roedores nativos. Por otra parte, contamos con ideas acerca de su interacción con carnívoros nativos, como el huillín. Hay estudios que indican que son capaces de tolerarse en algunas condiciones, es decir, coexistir en los mismos espacios sin problema. En la naturaleza, normalmente un animal más grande como el huillín desplazaría a otro más pequeño como el visón, pero ciertamente faltan más estudios en cuanto a las interrelaciones entre visones y otros carnívoros.  

En este punto, nos metemos no sólo al tema de depredación sobre aves y competencia con otras especies, sino también al riesgo de transmisión de agentes de enfermedades. Sobre el visón hay algunos estudios que señalan que podría ser portador de diversos patógenos (…). Sin embargo, todavía faltan más estudios para postular que el visón sea reservorio de una enfermedad particular.

—Entonces, ¿qué rol tiene en la transmisión de enfermedades a fauna silvestre?

—Todavía sigue esa gran pregunta, pero obviamente que es muy válido poder postular como una hipótesis que el visón constituiría un riesgo sanitario para especies como el huillín, y eventualmente, podría trasmitirle algún agente de enfermedad (incluyendo a otros carnívoros). Durante la última década, otros colegas han contribuido con trabajos a este respecto, incluyendo nuestros propios esfuerzos en curso. En realidad, son varias aristas las que uno podría abordar al momento de conversar de los potenciales impactos del visón sobre la fauna nativa en particular. En otro ámbito, también puede haber un impacto a nivel más productivo, que se asocia a una de las conductas más clásicas y conocidas del visón: meterse a gallineros y hacer de las suyas al matar pollos, gallinas y otras aves de corral. 

Sobre los agentes de enfermedad que pueden hospedar, ¿de qué enfermedades estamos hablando? 

—Normalmente, son patógenos que se asocian a especies domésticas. El virus del distemper canino es un ejemplo, asociado a grandes poblaciones de perros. Tenemos una alta densidad de perros con o sin dueño que generan grandes jaurías. Esas poblaciones de perros son las que realmente permiten mantener virus como el distemper y facilitar su circulación. ¿Y cuál es el tema con el visón? Es interesante tener en cuenta que hay estudios que datan de hace 10 años que postulan al visón como una especie en contacto con lugares muy alterados por el ser humano y con perros particularmente; entonces el contacto visón-perro es un fenómeno que ya se ha observado, tanto directa como indirectamente. Y ese contacto favorecería el salto de este tipo de virus de un lado para otro. Se ha postulado también en estos estudios que el visón podría a su vez potencialmente transmitir enfermedades a otras especies como el huillín. Entonces se habla de que el visón sería un “hospedero puente” que podría facilitar la transmisión de agentes infecciosos entre especies domésticas y nativas. 

Visón. Paula Zucolillo.
Visón. Paula Zucolillo.

También está la leptospirosis, enfermedad causada por la bacteria Leptospira spp., que puede afectar significativamente la productividad del ganado doméstico, además de ser una enfermedad zoonótica. Estudios previos han documentado que el visón puede ser hospedero de esta bacteria. Por ejemplo, se ha comprobado que la conformación genética de Leptospira spp. en el visón es la misma que podría estar en las vacas y ratones, que son sus reservorios naturales. De hecho, los visones comen ratones, postulándose esta como una de las potenciales vías de transmisión de la bacteria hacia los visones. Sin embargo, aún no contamos con evidencia concluyente que apoye al visón como nuevo puente que pueda eventualmente transmitir el agente a especies nativas, como huillines y zorros, entre otras. 

Un tercer agente es el Toxoplasma gondii, que es un parásito protozoario muy común en los gatos, que son los reservorios naturales. Se elimina por las fecas. También se ha visto esa conexión potencial entre visones que están en lugares muy alterados por el ser humano y donde puede haber gatos. Eventualmente esos visones también pueden estar adquiriendo el protozoo a través del medio ambiente, probablemente aguas, suelos o fecas contaminadas. Los visones también podrían diseminar T. gondii entre especies de fauna silvestre. 

Esos son tres ejemplos de agentes infecciosos más comúnmente reportados en visones, pero también existen parásitos internos que han sido incidentalmente detectados en la especie. Actualmente, como grupo de investigación estamos explorando el potencial rol del visón como hospedero del patógeno bacteriano Mycobacterium bovis, causante de la tuberculosis bovina, que es capaz de afectar a múltiples especies de mamíferos domésticos y silvestres, incluyendo el ser humano. Las consecuencias sanitarias y económicas de esto resultan aún una gran interrogante, donde la puerta sigue abierta para seguir descubriendo nuevos patógenos en el visón.

Terreno de estudio. Créditos Mario Zapata
Terreno de estudio. Créditos Mario Zapata


En otras partes, ¿han llegado a identificar la tuberculosis bovina en visones?

—Actualmente, sólo contamos con dos reportes en Argentina de 2007 y 2017. El primero documenta hallazgos de lesiones en pulmón e hígado de dos visones, que serían coincidentes con tuberculosis bovina, mientras que el segundo demostró la presencia de anticuerpos contra M. bovis en decenas de visones capturados en cercanía a zonas ganaderas. Sin embargo, no contamos con nuevos datos sobre dicha temática. Por nuestra parte, nos encontramos trabajando para detectar evidencia molecular de la presencia de M. bovis en muestras de visones capturados en la región de Los Ríos en el sur de Chile.

De todos modos, creo que aún quedan más historias por conocer acerca de otros agentes infecciosos que los visones podrían albergar. Sin dudas, podemos seguir identificando al visón como hospedero de patógenos, pero para realmente entender si es capaz de transmitir dichos patógenos a otras especies, así como sus potenciales efectos e implicancias, todavía nos restan muchas investigaciones por desarrollar (…).

—¿Se ha reportado alguna vez el caso de alguna enfermedad de fauna silvestre cerca de la zona donde habita el visón? 

—Recientemente, otros colegas que estudian huillines reportaron por primera vez exposición a virus distemper y parvovirus canino en esta especie nativa. Este último patógeno es interesante porque puede ser transmitido por contacto indirecto cuando diferentes especies comparten el mismo hábitat. Se elimina por las fecas y puede durar meses si las condiciones ambientales son favorables. El huillín y el visón son especies que pueden compartir espacio, como las letrinas donde orinan o defecan, constituyendo estas sitios claves de potencial fuente de patógenos. Particularmente, en huillín se encontraron anticuerpos contra el virus distemper y parvovirus. Entonces esto da cuenta de que efectivamente el huillín alguna vez estuvo expuesto a estos patógenos. ¿Qué pasó después? Es la gran pregunta, debido a la dificultad de estudiar y realizar seguimiento a especies de vida libre. Otros estudios también han reportado evidencia de exposición y presencia de otros patógenos en huillines, tales como Leptospira spp. y T. gondii, y quizás potencialmente asociada a la coexistencia con visones.

— ¿Qué efectos pueden tener estas enfermedades en la fauna silvestre?

En lo referente a las enfermedades causadas por los patógenos mencionados y sus efectos en las poblaciones de especies como el huillín, sin dudas existen más interrogantes que certezas, requiriéndose de nuevos estudios sistemáticos y a largo plazo para lograr tal objetivo. Sin embargo, estudios previos en otras especies alrededor del mundo nos han brindado mayores luces a este respecto. Por ejemplo, eventos de introducción de virus de origen canino muy contagiosos, como el virus distemper, han significado un riesgo de extinción inmediato para poblaciones pequeñas y medianas de carnívoros nativos, particularmente en el caso de poblaciones más aisladas y vulnerables. En efecto, brotes de dicho virus han resultado en la declinación o casi extinción de varias especies de vida libre, tales como hurones de patas negras y zorros de la Isla Catalina en Estados Unidos, licaones en África, e incluso especies en cautiverio como pandas gigantes en China, entre otros casos a nivel mundial. En el caso de felinos emblemáticos como el león africano, sobre el 85% de sus poblaciones en el Parque Nacional Serengueti en Tanzania se vio infectado por el virus distemper en la década de los 90, causando una disminución poblacional de alrededor un 30%. Finalmente, virus como el distemper constituyen un permanente riesgo sanitario para múltiples especies de carnívoros amenazados a nivel global.

Visón. Fernanda Drago.
Visón. Fernanda Drago.

—¿Existe algún programa de manejo en Chile que considere la transmisión de agentes infecciosos por parte del visón?

—Actualmente, no existe un programa de dichas características. Pero lo que sí se encuentra en curso son esfuerzos del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) en la región de los Ríos orientados a atender denuncias de ataques de visones por parte de pequeños productores que tienen aves de corral. Dichos ataques conllevan a significativos impactos económicos en las zonas rurales del sur del país. Dicho programa capacita a la gente en poder capturar a los visones que están generando problemas y poder facilitar ese trabajo para que el SAG pueda extraer y eliminar estos animales invasores del sistema legalmente, porque es lo que hay que hacer como medida de mitigación de los ataques. Sin embargo, personalmente creo que es imperiosa la generación de nuevos programas costo-eficientes de control y manejo del visón tanto en las zonas de conflicto mencionadas como en áreas silvestres protegidas (donde los impactos ecológicos del visón también están ocurriendo), y que cuenten con la participación colaborativa de actores públicos y privados. Naturalmente, no digo erradicación de visones, ya que considero que esto es prácticamente una utopía en lo que a este invasor se refiere. En términos simples, la idea sería tratar de mantener las poblaciones de visones lo más a raya posible, evitando que se desbanden en abundancia e impactos asociados. Y es relevante destacar que dichos programas requieren de sólidas estrategias de comunicación basadas en ciencia de los impactos de especies invasoras como el visón en los ámbitos económico, ecológico y sanitario, dirigido a públicos objetivo clave, en lo cual nos encontramos trabajando actualmente como equipo de investigación. Volviendo al tema sanitario, creo que todos nosotros como investigadores estamos tratando de contribuir en la obtención de información base para comprender mejor el tema de las enfermedades en especies invasoras en Chile, pero ciertamente nuestros esfuerzos actuales siguen siendo insuficientes, por lo que necesitamos seguir trabajando en conjunto para lograrlo.

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