Vinos y sustentabilidad: un camino posible
En 2008 la Viña San Pedro comenzó a trabajar en un proyecto innovador e único en el mundo, que consistía en generar energía limpia para la elaboración de sus vinos, usando como único combustible los residuos orgánicos provenientes de la vendimia. Esta tecnología actualmente genera más de la mitad de energía que se necesita para producir por ejemplo sus vinos EPICA. ¿Cómo se ha logrado y cuáles son las metas de sustentabilidad en un futuro? Aquí te contamos todos los detalles.
Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, Chile es el cuarto exportador de vinos a nivel mundial, llegando a producir en un buen año cerca de 1.200 millones de litros de este producto. Este proceso involucra altos gastos energéticos, por lo que se han elaborado iniciativas voluntarias como el Código Nacional de Sustentabilidad impulsado por la Asociación gremial Vinos de Chile, para promover los beneficios de la producción sustentable de uvas y vinos de alta calidad.
En la línea de la sustentabilidad, Viña San Pedro, es un modelo a seguir en el uso de energías renovables dentro de la industria vitivinícola en Chile. Dentro de todos sus proyectos, hasta el minuto, han logrado instalar una planta de biogás en Molina, que se alimenta con los residuos orgánicos que se producen en la viña. Con este sistema, la viña se abastece de el 60% del consumo energético que requiere para la producción de vinos como EPICA. Sin embargo, la meta es aún más ambiciosa: para el 2021 buscan satisfacer el 100% de su consumo energético en base a energías renovables.
En búsqueda de energía limpia
Todo empezó en 2008 cuando Viña San Pedro se propuso un proyecto innovador y único el mundo: generar energía limpia usando como único combustible los residuos orgánicos provenientes de la vendimia.
Según explica a Ladera Sur, Bárbara Wolff, Gerente de Asuntos Corporativos e Innovación de la viña, estos residuos ingresan en biodigestores o grandes estanques donde viven microorganismos que digieren materia orgánica. Así, se formaría el biogás.
“El desafío de nuestro biodigestor era que funcionara únicamente con orujos y escobajos, es decir, con palos, pellejos y pepas de uva, vale decir, los residuos de la vendimia. Los residuos de la vendimia, se almacenan en silos en forma anaeróbica (sin oxígeno), se mezclan, homogenizan y entibian a 37 grados antes de entrar al biodigestor”, explica Wolff.
De esta forma, en 2016 inauguraron la primera planta de biogás del mundo en biodigestar los residuos orgánicos de la vendimia. “Con ello no solo generaremos energía limpia para nuestra propia operación en Molina, sino que además nos comenzamos a hacer cargo del 100% de nuestros residuos, ya que los subproductos de este proceso regresan al viñedo en forma de compost”, dice Wolff.
Alta producción de energía renovable
Aterrizando más las cifras, actualmente la planta tiene un potencial de 1 MW por hora, lo que equivale al consumo de 3.200 hogares. “Los excedentes de energía se inyectan al Sistema Interconectado Central de Chile, por lo que en los momentos en que nuestra bodega no está consumiendo energía, estamos aportando energía limpia al país”, asegura Wolff.
Pese a este gran avance, el objetivo es llegar a producir vinos con 100% de energía renovable para 2021, a través de la combinación de energía limpia, biogás, energía hidráulica y solar. “En 2018 agregamos un proyecto de paneles fotovoltaicos en la mayoría de nuestros campos, lo que equivale a la generación de 2,6 Mw de energía eléctrica destinada para abastecer nuestros sistemas de riego tecnificado. Sumado a eso, en San Pedro tenemos contemplado otro proyecto solar, que permitirá producir 1,3 Mw de potencia”, explica Wolff.
Este compromiso de sustentabilidad de la Viña San Pedro, lo ha encarnado con fuerza en una de sus líneas de vino: Épica, la que se ha enfocado además en campañas de reciclaje y recuperación de vidrio a través de la instalación de puntos limpios en los eventos donde la marca está presente.