Una esponja en Barrios Bajos: implementando infraestructura híbrida en Valdivia, Chile
La infraestructura verde y la gestión híbrida del agua lluvia urbana es clave para mitigar y adaptar a las ciudades al cambio climático. Esto es lo que abarca en este artículo nuestro colaborador Cristóbal Lamarca, centrándose a través de fotografías en el caso de la Plaza Phillipi, en Barrios Bajos, Valdivia. Acá nos cuenta cómo un proyecto desarrollado en la zona busca mejorar el microclima de un espacio, a la vez colabora con la detención de infiltración de aguas lluvia. Se trata de un ejemplo de infraestructura verde urbana que integra un aporte social, ecológico y tecnológico, del que puedes conocer más en este artículo.
En 2013 el Ministerio de Obras Públicas de Chile (MOP) redactó el “Manual de drenaje urbano”, que contó con más de 1900 páginas de estudios, conceptos, soluciones, referentes e incluso con planillas de cálculo para medir el impacto de las aguas lluvias en el contexto urbano. Este documento es una excelente bibliografía creada por el Estado para poder mitigar y adaptar las ciudades chilenas al cambio climático y la presente crisis hídrica. A pesar de esto existen pocas obras bajo esos conceptos de infraestructura verde y gestión híbrida del agua lluvia urbana.
Sin embargo, en 2021 se lanzó el documento “Ciudades sensibles al agua. Guía de drenaje Urbano Sostenible para la Macrozona Sur de Chile”, creado por la Empresa B Patagua, Fundación Legado Chile & el Magister en Arquitectura del Paisaje de la Pontificia Universidad Católica de Chile, actualizando, visualizando y demostrando con caso empírico el impacto. Entre las conclusiones, destaca el valor de las infraestructuras verdes como solución ecológica, tecnológica, económica y social para el desarrollo de las ciudades chilenas, esta vez con un enfoque en el sur de Chile, con data actualizada y metodologías para el fomento de implementación de esta manera de hacer ciudad.
En 2020 Ladera Sur publicó la columna “Naturaleza y ciudad: Infraestructuras híbridas como aportes para la resiliencia”, ilustrando de manera gráfica los conceptos de infraestructura verde e híbrida. Este artículo se centró específicamente en grandes espacios urbanos de Valdivia, Chile, como bordes fluviales, parques, humedales, entre otros.
Sin embargo, el concepto es replicable también en la microescala de barrio, por ejemplo la “Plaza Philippi, una esponja en Barrios Bajos”. Este proyecto busca mejorar el microclima de un espacio específico, a la vez, que colabora con la detención e infiltración de aguas lluvias en períodos normales e intensos.
Dentro del polígono del programa piloto “Regeneración de Áreas Centrales” (RAC) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) de Los Ríos y SERVIU, en colaboración con Activa Valdivia (Consorcio Valdivia Sustentable) se diseñó una transformación del lugar, instalando una infraestructura verde urbana, la cual busca integrar un proyecto de aporte social, ecológico y tecnológico. Objetivos basados en la red UREX SRN (Urban Resilience to Extreme Weather Related Events, Sustainability Research Network).
Para mostrar el proceso de esta plaza esponja se generó un relato por medio de un foto reportaje.
El lugar antes de la transformación. Es un cruce vial de tres calles (Baquedano, Philippi y Sotomayor). Barrios Bajos, Valdivia. Este lugar es relevante para la gestión de aguas lluvias del barrio, al ser un nudo que concentra colectores artificiales de aguas lluvias a pocos centímetros de la superficie pavimentada.
La intervención modifica 340m2 de pavimento. Se analizó en primer lugar con el seguimiento de las personas para jerarquizar así los principales flujos. Al ser evidente la necesidad de un cruce diagonal y también reforzar los existentes, se reordeno el tránsito vehicular, lo que contribuyó a la mitigación del tráfico en la zona. Dejando las calles laterales unidireccionales, lo que disminuyó la velocidad y la contaminación acústica.
Para el diseño de las áreas verdes, se trabajó con dos soluciones basadas en la naturaleza, 45,8m2 de infiltración y 209m2 de retención. Se escogieron vegetaciones nativas como el Maqui, Corcolén, Matico, Chilco, Murta, Geum, Chaura y Milenrama.
La propuesta se diseñó de manera robusta con muros de hormigón armado que ordenan el tránsito, y para contener la tierra. Se observó la topografía del pavimento para crear la geometría del espacio, y así poder conducir de manera consciente las aguas acumuladas.
Para liberar las aguas, una vez ya retenidas, se instalaron despiches consecutivos en todo el perímetro.
La transformación permitió crear una nueva superficie urbana disponible en un antiguo barrio de Valdivia reconocido por su baja superficie de áreas verdes.
La presencia de suelo natural en reemplazo de la calle pavimentada (destruida al fondo de la imagen) llamó la atención de los primeros usuarios, los perros del barrio.
La esponja terminada, una nueva superficie verde en lo que era un espacio de cruce vehicular, evidentemente sobre dimensionado, caso que ocurre repetidamente en las ciudades intermedias, en dónde el solo hecho de pensar en los vehículos motorizados consume espacio urbanos y genera un riesgo a los peatones, alejando a estos de espacios sin uso.
Para evaluar el impacto en el microclima de la transformación se tomaron datos in situ como línea base, velocidad del viento, temperatura ambiente y temperatura superficial. Con los datos del verano 2022 se podrá validar o descartar la adaptación del barrio a las nuevas amenazas climáticas, especialmente las olas de calor en verano.
La combinación de estrategias de infiltración y retención de aguas lluvias, además del fomento de los peatones sobre el automóvil y la integración de sistemas naturales y artificiales genera que una simple esquina, se convierta en una infraestructura que colabora en la relación de las personas con su clima. El invierno del 2021 superó intensas lluvias sin estropear su superficie verde y colaborando en la captación de aguas lluvias con los colectores subterráneos artificiales, es por eso que se le llama una esponja híbrida (natural + artificial).
Las soluciones de adaptaciones climáticas, en especial las enfocadas en mitigar efectos extremos que ocurren pocos días al año, a veces décadas, pueden cumplir también un rol social y ambiental el resto de los días, de esta manera hay un triple aporte de la infraestructura de regeneración urbana.
*Este texto fue escrito por Cristóbal Lamarca, R. M. Haverbeck, C. Masoli y D. Muzard.