Un día con Ramón Navarro más allá del surf
Los amigos de Casa Corona nos invitaron a pasar un sábado de surf y ceviche junto a Ramón Navarro donde pudimos conocer otro lado de la estrella del surf chileno oriundo de Pichilemu. Hablamos de su amor por la cocina, de su relación con la costa y naturaleza chilena, de cómo está viviendo el incendio que ha azotado a Pichilemu y sus alrededores y sus próximos proyectos. ¡No te lo pierdas aquí!
A las 9.00 am del pasado sábado partíamos el viaje hasta Aguas Blancas en Maitencillo para encontrarnos con Ramón Navarro y aprender junto a uno de los mejores surfistas de olas grandes del mundo, cómo dominar una tabla en el mar. Los ánimos eran una mezcla de entusiasmo y ansias, después de todo nadie tenía experiencia practicando surf y el instructor era de primer nivel.
Ahí en la playa escuchando los consejos de Navarro era difícil no imaginarlo cuando niño viendo y aprendiendo de los surfistas que llegaban a su ciudad natal en Pichilemu a correr algunas de las mejores olas de Chile. Entusiasmado con la idea de ser algún día uno más de ellos.
“Cuando elonguen la idea es que siempre miren al mar. Así estudias cómo están las olas, dónde está mejor”, dice Navarro minutos antes de meterse al agua con sus alumnos. Y si es de mar, Ramón sabe y sabe mucho ya que desde pequeño su papá, un pescador de Pichilemu, le enseñó a leer el mar. Hoy Ramón revisa cada día el pronóstico de olas para el día siguiente y si hay olas se levanta a las 5.30 de la mañana “para ver qué lugar está mejor para surfear” hasta que elige su destino. ¿Y si no hay olas? “Me gusta mucho ir a pescar o bucear o estar tranquilo en la casa con mi hijo, pero siempre me levanto temprano”, me cuenta.
Mientras duró la clase, Ramón no dejó de alentar a sus alumnos y por qué no, reírse con ellos. Estaba en su salsa, disfrutando y enseñando a otros una de sus grandes pasiones. Cuando terminó la clase ya era hora de almuerzo y Ramón Navarro nos tenía una sorpresa preparada en Casa Corona. No sólo nos enseñaría a surfear, sino que también nos mostraría una faceta un poco más desconocida: su amor por la cocina.
“Antes de dedicarme a surfear, busqué algo con lo que me podría ganar la vida cerca del mar”, cuenta Ramón mientras empieza a cortar la corvina con la que nos preparará el ceviche con “sabores de la polinesia”, como él mismo describe. Y es que Ramón Navarro estudió cocina internacional, algo evidente para cualquiera que lo vea cortando jengibre y cebolla por su gran agilidad y destreza.
Corvina, camarones, ostiones, jengibre, leche de coco, ají verde y mucho, mucho limón. Con estos ingredientes Navarro preparó el ceviche mientras iba contando un poco de su amor por la cocina y lo mucho que le gusta pescar corvina tirando una línea de pesca mientras está practicando Standup. Porque el amor de Navarro hacia el mar no sólo radica en su pasión por el surf; viene de algo mucho más profundo, es parte de su infancia, parte de quién es, parte de lo que toda su vida ha conocido. Surfea, bucea, pesca, practica otros deportes, vive cerca de la costa, vive del mar.
Cuando ya terminaba de preparar el ceviche tuve la oportunidad de conversar con él, de preguntarle sobre los cambios que ha visto en Punta de Lobos gracias a la campaña que lidera «Lobos por Siempre», de sus lugares favoritos para surfear, de cómo ha vivido el gran incendio que hoy amenaza el lugar donde ha vivido toda su vida y esto fue lo que me comentó:
¿Qué produce en ti el mar que te hace volver cada vez a surfear, a bucear, a vivir cerca de la costa?
El mar para mí es libertad, es vida, me rejuvenece, me da energía, me calma. El mar es todo para mí. Yo necesito meterme al mar una vez al día a lo que sea, como tú dices a surfear, bucear, pescar y se lo recomiendo a todas las personas. Cuando uno empieza a entender bien el mar, cómo funciona, te cambia la vida, porque de todas maneras el mar por muy buen surfista que seas, por muy buen buzo, él va a mandar siempre. Siempre va a tener la última palabra. Y eso hace que los egos de las personas bajen, que empiecen a pensar un poquito más en la suerte de simplemente tener la vida. Y eso me pasa mucho a mí con las olas grandes. Tus egos se te van al piso porque te los baja el mar y aunque uno sea muy bien entrenado, el que va a tener la última palabra es el mar. Eso yo creo que le falta mucho al país y al mundo.
Si tuvieras que elegir tus 2 lugares favoritos para ir a bucear y para surfear ¿cuáles serían?
Hawái y Punta de Lobos para surfear y bucear, son increíbles los dos lugares. En ambos hay muy buena pesca y las olas son increíbles.
¿Y tienes algún pez en especial que te guste pescar?
La corvina en Chile y el atún o el mahi mahi en Hawái.
Tú que te has caracterizado por ser un deportista que ha mostrado mucho interés en la costa chilena y en la protección de la naturaleza ¿cómo estás viviendo el incendio que azota a Pichilemu y sus alrededores?
Es terrible, muy triste. Me da mucha pena porque son los pueblos donde yo me he criado, los conozco. Y se está quemando todo. Ya van 3 o 4 días donde se están incendiando todos los alrededores de Pichilemu y aunque ya se dio la alerta, es tarde ya se ha quemado casi toda la región. Ya no hay cómo controlarlo. Casi hay que rezar para que pare el viento o que cambie el viento. Además ahora hay posibilidades de que se quemen las casas.
¿Qué cambios has visto desde que Punta de Lobos se declaró como Reserva Mundial del Surf?
He visto muchos cambios, todos positivos. La fundación está funcionando, tenemos guardaparques, se están construyendo baños y se está dando un ejemplo de cómo comunidades unidas pueden cuidar una playa, pueden hacer cambios reales y pueden hacer que no perdamos nuestra costa. Es increíble verlo desde que empezamos con el proyecto a lo que estamos ahora; cuidar tu lugar y ver que está cambiando es alucinante.
Creo que lo que está sucediendo hoy en Chile en muchos sentidos es grave, los abusos medioambientales y los abusos de perder nuestros lugares que son para todos, como es el acceso a las playas, se está perdiendo, y la gente no hace nada. Lo que queremos hacer nosotros con Punta de Lobos es que sea una revolución para que las comunidades empiecen a tomar los lugares como suyos, quererlos, cuidarlos y empoderarse de los lugares. Es la única manera.
¿Qué te espera este 2017?
Bueno, estoy vuelto loco con hartos proyectos. El más importante es correr olas grandes y eso va a depender mucho de cómo esté la temporada. Hay muchas olas nuevas por descubrir en Chile que las hemos estado buscando por muchos años y la idea es surfear esas olas nuevas, tratar de buscar lugares en Chile donde no se piensa que hay esas olas grandes, en el sur, en el norte, en diferentes lugares.
Además está el ceremonial de Punta de Lobos, la fecha del circuito mundial y estar atento para estar en las marejadas más grandes que se den en cualquier lugar del mundo, esa es la idea. Entrenar lo mayor posible, estar preparado para cuando vengan las olas y tratar de hacer lo mejor posible siempre. Este deporte lo amo. Yo lo hago porque me gusta. Me siento un afortunado por tener la oportunidad de poder viajar, recorrer esta cantidad de olas y de aprender, porque cada día voy aprendiendo cosas nuevas.
Tomando tu propio caso como ejemplo, ¿cómo crees que otros deportistas de elite podrían ayudar a la labor de concientizar de la necesidad de proteger flora y fauna chilena?
Yo creo que es una responsabilidad de cada chileno cuidar la ecología en Chile. Yo si no fuera el Ramón Navarro conocido por el surf, probablemente estaría haciendo esta campaña y nadie me pescaría. Entonces yo trato de usar mi imagen de deportista para cuidar los lugares que quiero y si todos los deportistas o toda la gente de la televisión o farándula hicieran cosas por el medio ambiente, yo creo que podríamos hacer una revolución grande en Chile. Y yo creo que es la responsabilidad de cada persona que tiene relación con cualquier medio de la naturaleza, cuidarla. Está quedando claro ahora con estos tremendos incendios, se están perdiendo cosas que no vamos a ver nunca más.