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Transformando envases en espacios para mascotas: Del plástico reciclado a hogares y áreas de juego
Más de 4,5 toneladas de envases plásticos cobraron nueva vida como un Gatio Sostenible, un espacio donde gatos rescatados pueden jugar, explorar y socializar de forma segura. La iniciativa, impulsada por Master House, avanza ahora hacia un segundo parque, esta vez pensado para perros, demostrando cómo los residuos pueden transformarse en lugares que mejoran la vida de los animales, cuidando a su vez del medioambiente.
La recreación es fundamental para la salud física y emocional de los animales, especialmente aquellos que han sido rescatados o viven en fundaciones. Proporcionarles espacios seguros donde puedan jugar, explorar y ejercitarse ayuda a reducir el estrés, fomenta la socialización y contribuye a su bienestar general.
Tomando lo anterior en cuenta, en 2024 se inauguró el primer Gatio Sostenible en la Quinta Región, construido con plástico reciclado de envases de alimento para mascotas. Hoy, la iniciativa avanza hacia un segundo proyecto enfocado en perros, consolidando un programa que convierte residuos en espacios de juego y cuidado para animales.
El proyecto surge de Master House, programa de economía circular de Master Dog y Master Cat, que busca recuperar y revalorizar envases plásticos para construir áreas recreativas o de cuidado en fundaciones que lo necesiten. Su objetivo es doble: reducir los residuos plásticos y mejorar la calidad de vida de cientos de animales mediante espacios seguros y estimulantes.


“Recuperamos y revalorizamos los envases de Master Dog y Master Cat para que sean un verdadero aporte, tanto al medioambiente como al cuidado de las mascotas”, explica Ximena Ledezma, encargada de proyectos de ecodiseño en Carozzi.
“Desde la implementación de la Ley REP en octubre de 2023, no solo rediseñamos nuestros envases para que sean reciclables, sino que además estamos impulsando una gestión circular innovadora. Master House es reflejo concreto de ese compromiso”, agrega.


Un espacio seguro y estimulante para gatos rescatados
La Fundación Adopta, con más de 16 años dedicada al rescate, rehabilitación y reubicación de gatos —muchos con discapacidades físicas o neurológicas— enfrentaba un gran desafío: no contaba con un espacio adecuado para que los gatos pudieran ejercitarse y explorar sin riesgos. Esto limitaba tanto su bienestar físico como emocional, ya que la falta de estimulación puede generar estrés, ansiedad y problemas de comportamiento en animales rescatados.
El Gatio Sostenible, con más de 100 metros cuadrados, cambió esa realidad. Este espacio está diseñado para permitir que los gatos se muevan libremente, trepen estructuras seguras, exploren rincones variados y socialicen con otros felinos, actividades fundamentales para mantenerlos activos y mentalmente estimulados.
Además, la disposición de plataformas, pasarelas y refugios permite que cada gato pueda elegir su nivel de interacción, respetando su ritmo y necesidades individuales. Este tipo de entornos contribuye a fortalecer la confianza de los animales, mejorar su salud y facilitar su integración futura en hogares adoptivos.



Reciclaje con propósito
La construcción del Gatio no solo genera beneficios para los felinos rescatados: también es un ejemplo concreto de economía circular. El parque fue construido con madera de plástico reciclado, un material 100% elaborado a partir de residuos, que combina resistencia, seguridad y sostenibilidad. Es antideslizante, retardante al fuego y mucho más duradero que la madera tradicional, lo que garantiza que las estructuras mantengan su integridad durante años, incluso con uso constante y condiciones climáticas diversas.
Gracias a esta novedosa técnica se recuperaron 4,5 toneladas de plástico reciclado, lo que equivale a más de 29 mil envases de comida de perros y gatos, evitando a su vez la tala de 21 árboles, el consumo de aproximadamente 9 millones de litros de agua y la emisión de más de 8 mil kilos de CO₂.
De esta manera, iniciativas como esta demuestran que los residuos plásticos pueden tener una segunda vida útil al transformarse en infraestructuras duraderas y funcionales. Al revalorizar materiales que normalmente terminarían en vertederos, se reduce la presión sobre los ecosistemas y se promueve un modelo de producción más responsable y sostenible.



