Temporada de hongos en plena Región de Los Ríos: una diversidad de formas y colores
Durante esta época otoñal, los bosques del sur son un lugar ideal para observar hongos. Esto porque se dan las condiciones climáticas para observar sus estructuras macroscópicas o setas, en su fase de reproducción sexual. En plena Región de Los Ríos, se han identificado más de 100 especies, incluyendo al Entoloma necopinatum, un hongo presente en pocos lugares de Chile. ¿Qué especies se pueden encontrar en este lugar y qué tener en cuenta para observarlas? Aquí te contamos más detalles.
Otoño es, popularmente y por excelencia, temporada de hongos. Si bien estos están presentes durante todo el año, en ciertos momentos -en especial cuando llueve y cambian las temperaturas- se puede observar su estructura macroscópica, llamada carpóforo o esporoma (seta). Su función es la reproducción sexual del hongo a través de la dispersión de esporas. Pero a la vista humana, es un festival de formas, colores y texturas. Y si se quiere observar, visitar el sur de Chile es un lugar ideal.
Uno de los lugares donde se puede observar una gran diversidad de hongos está ubicado en plena Región de Los Ríos, especialmente en otoño y primavera. En la Reserva Biológica Huilo Huilo se pueden encontrar más de 100 especies, siendo varias de ellas icónicas, de acuerdo a lo que explican Verónica Toledo, directora de conservación de la Fundación Huilo Huilo y María José Dibán, investigadora de la ONG Micófilos Chile.
Así, entre los otoñales colores de los húmedos paisajes de los bosques sureños, con un poco de curiosidad y paciencia, será posible encontrarse con una parte del maravilloso Reino Fungi.
Vegetación y la presencia de hongos
De acuerdo a lo que explican Verónica y María José, esta reserva está en una latitud que abarca gran parte de la diversidad de especies de plantas de Chile, por lo que en sus senderos es posible pasar por un mosaico de composición de bosque, por ejemplo, selva valdiviana, bosque de Nothofagus, vegetación higrófila, y una gran variedad de musgos. Como los hongos se asocian a la vegetación, mientras más especies de plantas haya en una zona, más hongos habrá.
En ese sentido, agregan, la diversidad de hongos cambia según las especies de plantas que están presentes. Por ejemplo, en este lugar durante otoño se encuentra el peak de hongos ectomicorrícicos, pequeñas Mycena entre los musgos, y variadas setas en formas, tamaños y colores. Luego, en primavera, surgen en gran abundancia los hongos con forma de copa y de gomitas, además de los digüeñes. En verano se pueden encontrar las orejas de palo, las cuales persisten durante todo el año.
Por lo tanto, cuando se visite la reserva se podrán ver hongos, en todos sus senderos. Sin embargo, los meses con mayor diversidad son abril, mayo e inicios de junio. Luego, durante septiembre y octubre se pueden encontrar las especies primaverales.
Especies que se han identificado en la zona
Como anticiparon Verónica y María José, si hay algo que tener claro es que los hongos se presentan en sus múltiples formas, tamaños y colores. Dentro de eso, en la Reserva se encuentran especies icónicas:
“Por ejemplo, las Mycena son en su mayoría pequeñas y frágiles, con lamelas blancas, y crecen entre los musgos, hojarasca o madera, como M. cyanocephala, la cual es azul y crece en grupos sobre la madera, M. subulifera posee el sombrero blanco y el pie cambia de color de amarillo a rojizo, M. chusqueophila es pequeña, amarilla, y crece sobre la quila. Por otro lado, están los Cortinarius, los cuales se asocian en simbiosis ectomicorrícica a las raíces de Nothofagus, y al estar inmaduros suelen presentar un resto de velo con forma de telaraña entre el sombrero, las lamelas y el pie, conocido como «cortina», de ahí deriva su nombre. Algunas especies que se pueden encontrar son Cortinarius magellanicus, el cual es de color morado y de textura muy viscosa, o C. austroduracinus, el cual posee el sombrero café algo anaranjado con el pie blanco más grueso hacia la base”.
Agregan que, en otras formas, es posible encontrar el changle (Ramaria flava), una especie comestible con forma de coral, de color amarillento. También está Plectania chilensis, que crece con forma de copa sobre la madera y es de color negro con el interior café. Guepiniopsis alpina posee forma y textura de gomita, es de color naranjo o rojo, y, Chlorociboria aeruginosa es de un color calipso llamativo, creciendo con forma de copa sobre la madera, tiñéndola también calipso.
“Muchas de estas especies suelen ser buscadas por fotógrafos debido a lo llamativa de su forma o colores”, dicen. Dentro de esto, sin duda, está Entoloma necopinatum. Este es un hongo muy llamativo y atractivo, el único hongo de color verde en Chile y está catalogado como Vulnerable según el sistema de Clasificación de Especies del Ministerio de Medio Ambiente, debido a que se ha registrado en muy pocas localidades, además se encuentra amenazado por fragmentación de hábitat, plantaciones forestales e incendios.
Lo especial que tiene su presencia en esta reserva es que luego de su descripción, este hongo no fue visto por casi 20 años, luego se encontró más al sur y posteriormente, en esta reserva. “No se encontraba registrado en este rango de distribución, por lo tanto otorga importante información sobre su ecología y distribución (…) Lo interesante es preguntarse si desapareció y volvió o por ejemplo si tuviese un ciclo de vida de varios años”, puntualizan Verónica y María José.
Un recorrido de observación de hongos
Si se quiere hacer una visita para observar hongos, ambas profesionales apuntan a que es muy importante saber que aunque no los veamos, el hongo siempre está presente en el sustrato en forma de micelio, y cuando se dan las condiciones propicias forma la seta, la cual es la fase de reproducción sexual del hongo.
“Por lo tanto, es importante respetar los senderos y no salirse de ellos para no alterar el micelio ni compactar el suelo del bosque. Además, en caso de mover ramas o el sustrato del hongo para fotografiarlo es importante siempre regresarlo al mismo lugar y posición en el que estaba, ya que los hongos habitan en condiciones microclimáticas muy específicas, algunos crecen en la madera pero en contacto con el suelo y protegidos de la luz”, dicen.
Finalmente, recuerdan que muchos hongos son pequeños o se camuflan, por lo tanto, la invitación es a caminar lento, idealmente con una lupa para poder contemplar los detalles, y observar el suelo, la corteza de los árboles, la hojarasca, los musgos e incluso las barandas.
Para poder identificarlos, actualmente la Fundación Huilo Huilo está trabajando con la ONG Micófilos para conocer las especies que crecen en la Reserva y generar material de difusión que puedan servir para reconocer los hongos de Huilo Huilo. Sin embargo, hay un póster publicado en la web (https://www.micofilos.cl/infografias) con algunas especies.
*Si se visita por el día, el sendero de los espíritus y el sendero salto del Huilo Huilo se pueden recorrer para avistar muchas especies, sin embargo, hay que caminar lento y prestar mucha atención, ya que muchas especies son muy pequeñas, y crecen en la madera o entre los musgos.
*En mayo, el alojamiento Reino Fungi de la Reserva Biológica Huilo Huilo tiene 25% de descuento para estadías.