Hace algunas semanas Rafael Guendelman Hales (Artista de la Universidad Católica) recibió un mail en que una desconocida le daba las gracias por haber hecho su exposición “Sin Tierra”. La mujer había visitado la muestra y sintió la necesidad de agradecerle personalmente al artista a través de un mail, lo que podría sonar paradójico (“personalmente”/”a través de un mail”) pero no, a veces se abren esas oportunidades, como hoyos negros que nos dejan acercarnos a lo que sea aunque estemos lejos. Ese gesto, el mail, ese hoyo negro para viajar, es una muestra de lo que hace Rafael a través de su viaje y su investigación, que terminó en una exposición que incluye testimonios, videos, fotografías, dibujos, mapas en acuarela y una recolección de pequeños tesoros familiares que nos trasladan en el tiempo y en el espacio y nos acercan a un lugar muy lejano en distancia, pero para muchos muy cercano en su historia: el conflicto palestino-israelí.

¿Quién no tiene un amigo o conocido judío? Todos. Por último piensen en Farkas y en Don Francisco. La comunidad Judía en Chile, según Wikipedia, es la tercera más grande de Sudamérica (después de Argentina y Brasil), con aproximadamente 20.000 miembros. Por otra parte, ¿quién no ha comido hojitas de parra?. ¿Quién no ha gritado un gol de Palestino? (para bien o para mal de sus deseos futbolísticos). La comunidad Palestina en Chile, otra vez gracias a Wikipedia, son algo así como 500.000 descendientes y es la más grande del mundo, fuera de los países árabes. Los dos protagonistas de esta historia fueron llegando a nuestro país en distintos momentos y circunstancias, pero, mientras miraba la muestra y conversaba con Rafael y con Martín del Río (Director de LS), pude ver que hay una relación entre nuestro paisaje y el de allá, que en algunas partes son similares, ya que la geografía de la zona del Mar Muerto y el Río Jordán está cruzada por cordones de montañas, a ratos es desértico y luego a ratos los valles permiten sembrar y asentarse. Esta similitud pudo haber hecho un poco más orgánica sus llegadas a Chile, y, en la dirección contraria, los paisajes de allá se sentían un poco Chile cuando Rafael estuvo ahí, el 2012. Su papá es descendiente de Judíos y su mamá, de Palestinos, siempre tuvo las dos culturas cerca y al salir de la Universidad, pasó 7 meses viajando por Cisjordania y conociendo, ahora en primera persona, esos lugares claves en la historia de la humanidad como Belén y Jerusalén, pero también recorrió tierras y pueblitos y la nada que hay entre ellos, registrando los distintos tipos de paisajes que componen esta zona: desde los clásicos paisajes bíblicos que tenemos en nuestra cabeza, como infinitos cerros de pastoreo y lugares donde crecen olivos, hasta los paisajes intervenidos por los asentamientos y check-points que han ido dividiendo esta tierra, pasando por calles y plazas llenas de gente fervorosa manifestándose porque no van a dejar que les quiten sus creencias ni su paisaje.

La exposición es el resultado de ese viaje y la investigación de Rafael desde 3 puntos: paisaje, territorio y recorrido. En el primero, paisaje, podemos ver –literalmente- cómo veía él estos lugares, a través de videos que muchas veces usan la pantalla dividida para que veamos y sintamos cómo dos fuerzas opuestas comparten realmente un mismo espacio. Estos videos están acompañados de testimonios de Palestinos que viven en Chile y que van contando qué les gustaría que pasara con esta zona y cómo se imaginan el futuro de ese lugar. En el segundo, territorio, el artista nos muestra el cambio que ha tenido este paisaje como territorio en el tiempo, (desde el movimiento Sionista, acuñado oficialmente por Theodor Herzl en 1886, proponiendo la creación de un estado Israelí y fomentando la migración de Judíos hacia la tierra prometida, hasta las ocupaciones que se dan hasta hoy), haciendo evidente el cambio geográfico plasmándolo en una enorme acuarela dividida en 26 cuadritos donde el artista superpone un mapa de 1880, con uno actual. El tercero, recorrido, es una recolección de pequeños tesoros familiares que dan cuenta de la biografía del artista y de objetos y dibujos que funcionan como bitácora de viaje, todo reforzando su profunda conexión con ese paisaje lejano.

La exposición tiene esa capacidad de hacernos viajar en el espacio hasta poder estar allá a través de los ojos y recuerdos del artista, que al usar recursos como la cámara fija se vuelve un testigo sin color ni religión en esta historia, mostrándote objetivamente la situación –algo difícil de encontrar hoy por hoy-, y que luego mezcla todo con pasaportes, fotos y cuentos familiares, que te hacen sentir que lo lejos está cerca, está pasando allá y también pasa acá. Los dejamos invitados a visitar esta muestra que nos sitúa en el paisaje cultural de un lugar del que todo el mundo habla, por lo que se hace valioso tener la oportunidad de tener una imagen propia sobre la cuna de estas dos (y otras tantas) civilizaciones, haciendo tan difícil la separación de estos territorios y los deseos de muchos de ponerle fronteras a un pedazo de tierra que siempre fue compartido.

 

Sin Tierra de Rafael Guendelman Hales

Museo de la Solidaridad Salvador Allende

Av. República 475 Santiago Centro, Chile

Abierto desde Martes a Domingo, de 10 a 18 hrs.

Hasta el domingo 28 de Junio de 2015

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