Santuario de la Naturaleza Valle Cochamó: Por qué distintas organizaciones piden la protección del valle
El Valle Cochamó, ubicado en la región de Los Lagos, es reconocido por sus increíbles escenarios naturales hacia el norte de la Patagonia. Sin embargo, aún no cuenta con ningún tipo de protección oficial. Distintas organizaciones locales han logrado mantener y cuidar este valle, y hoy trabajan para avanzar en la creación del Santuario de la Naturaleza Valle Cochamó, a través de una campaña. En este artículo, desde Puelo Patagonia nos explican el camino de estas organizaciones para la protección oficial del lugar y por qué es tan relevante lograrlo.
El Valle Cochamó es reconocido nacional e internacionalmente por sus espectaculares paredes de granito, su cultura y su naturaleza que aún permanece salvaje e inexplorada. Sus paisajes son el resultado de las interacciones entre glaciares y rocas hace millones de años, los cuales dieron forma a sus gigantescas paredes que se levantan en medio de un valle glaciar de bosques antiguos, ríos y esteros que fluyen libres de cordillera a mar. Lugar en donde habitan especies de flora, fauna y funga en categoría de extinción, que conviven con una comunidad con una arraigada cultura patagona y la convicción para proteger este tesoro natural y cultural, que se presenta como la puerta de entrada de la Patagonia norte.
¿Por qué es necesario proteger el Valle Cochamó?
A pesar de su alto valor natural, cultural y turístico, el valle Cochamó aún no cuenta con ningún tipo protección oficial, lo que lo hace vulnerable a distintas amenazas como el desarrollo inmobiliario y el turismo descontrolado. Es por esta razón que organizaciones locales y personas amantes del valle, lideradas por la Organización Valle Cochamó, han logrado proteger este lugar y gestionar la entrada de los miles de turistas que cada verano visitan sus atractivos y que hoy trabajan para avanzar en la creación del Santuario de la Naturaleza Valle Cochamó.
Un Santuario de la Naturaleza es una herramienta que reconoce los valores ambientales y culturales y logra conciliar la conservación de la naturaleza con los modos de vida de los habitantes del lugar. Además, permite que áreas privadas y públicas sean administradas por el organismo más coherente, que en este caso sería la comunidad que hasta hoy ha gestionado y protegido el valle.
La comunidad, a cargo de cuidar y regular el acceso al Valle Cochamó, promueve el acceso consciente, informado, planificado a la montaña, a diferencia de otros valles de montaña con propiedad privada en Chile, en donde, en muchos casos, las rutas permanecen cerradas al público general. La gestión de visitantes se ha llevado a cabo por la misma comunidad, quienes han invitado a las personas a proteger este lugar y a visitarlo con respeto para disfrutar de caminatas por sus senderos históricos, alcanzar las cumbres o escalar sus gigantescas paredes de granito.
Valores culturales y naturales que protege el Santuario de la Naturaleza Valle Cochamó
Las áreas protegidas son esenciales para la conservación de la biodiversidad (sobre todo de especies endémicas y que se encuentran en peligro de extinción), son un sustento económico sostenible para las comunidades locales, garantizan la seguridad alimentaria y mitigan los efectos del cambio climático.
“La declaración de Santuario de la Naturaleza permitiría conservar la antigua ruta patrimonial que une el pueblo de Cochamó con el sector de paso El León y río Manso y que utilizaban nuestros padres y abuelos para el arreo de animales. Esto permitirá mantener vigente el legado de nuestra cultura arriera y continuar compatibilizando los antiguos estilos de vida con el desarrollo de un turismo de intereses especiales” expresó Patricio Almonacid, poblador del Valle Cochamó.
La conservación del patrimonio cultural es un punto importante dentro de los argumentos expuestos por la comunidad para la declaración de un Santuario de la Naturaleza. La ruta histórica “Sendero Paso el León”, la cual conecta Chile con Argentina, fue la que dio origen al modo de vida de los “Arrieros Cordilleranos de Paso el León”, considerados como un Tesoro Humano Vivo de Chile por el Ministerio de Cultura.
Luego de un par de horas caminando por este sendero se pueden apreciar a muy corta distancia las gigantescas paredes de granito, más específicamente llamadas Batolito Patagónico, objeto que también se busca proteger dentro del Santuario de la Naturaleza por ser uno de los más extensos del mundo, con más de 1500 km de largo y que durante las glaciaciones y la erosión del hielo dejó enormes paredes y cimas con rocas expuestas. Además, el Valle Cochamó es zona de estudio del proyecto FONDECYT.
“Desde un punto de vista enfocado en el relieve glaciar, el Valle Cochamo representa un verdadero laboratorio natural para apreciar y estudiar el resultado de los procesos que lo han formado. Hay pocos lugares en los Andes Patagónicos donde las partes altas de los valles glaciares y ubicadas sobre la línea de los árboles, se pueden acceder de manera relativamente fácil a través de senderos. También me parece de suma importancia poder observar estas esculturas naturales en un entorno de mínimo impacto, sin caminos, edificios y más infraestructura”, sostiene Viktoria Georgieva, geóloga de la Universidad Austral e investigadora responsable de proyecto de post doctorado FONDECYT enfocado en la evolución del relieve glaciar del Valle Cochamó entre otras áreas de los Andes Patagónicos.
Por otra parte, la comuna de Cochamó tiene la suerte de que más de un tercio del territorio está compuesto por bosques templados con miles de años de antigüedad, siendo el alerce una de las especies más emblemáticas del valle. En la Comuna de Cochamó hay aprox. 43.700 hectáreas de tipo forestal Alerce y a pesar de estar protegido, se encuentra en peligro de extinción debido a que es un árbol que crece extremadamente lento y fue muy explotado por la industria maderera en el pasado.
Otros valores que pretende proteger están, el pudú, el cóndor, el monito del monte, los humedales ribereños, la ranita de Darwin, el puye grande y el río Cochamó. Este último fue declarado, gracias al trabajo de la misma comunidad, como una reserva de agua el año 2009, para la conservación ambiental y el desarrollo local de la cuenca.
Además, el Valle Cochamó se encuentra dentro de la llamada Ecorregión Valdiviana y también forma parte de la ecorregión Bosques Templados Lluviosos de los Andes Australes delimitada como Reserva de la Biosfera por la UNESCO y está rodeado por tres Parques Nacionales; Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, Parque Nacional Hornopirén y el Parque Nacional Pumalin.
Estado de avance del Santuario
El trabajo de proteger esta zona se ha llevado adelante por organizaciones y miembros de la comunidad local desde hace más de una década, tiempo en el que se han realizado numerosas reuniones y gestiones, en los distintos gobiernos. A fines del 2021 se solicitó formalmente la protección de estos excepcionales ecosistemas y paisajes, sin embargo, la petición continúa en revisión.
Y ha sido durante esta segunda mitad del año que se han sostenido las últimas convocatorias a la comunidad local para socializar la petición de Santuario, con cuatro instancias informativas en las localidades de Cochamó, Río Puelo, Vidal Gormáz y Pocoihuen, además de una reunión en Santiago con la ministra de Bienes Nacionales Javiera Toro el día 5 de julio.
Luego, el día 13 de octubre, la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, envió una carta de apoyo para la creación del Santuario de la Naturaleza Valle Cochamó donde se le solicitó al Ministerio de Bienes Nacionales su pronunciamiento respecto del predio fiscal que tiene que traspasar a Medio Ambiente para la creación de esta área protegida. Actualmente este pronunciamiento sigue pendiente, ya que el expediente técnico se encuentra bajo análisis a nivel regional.
¿Por qué es urgente proteger el Valle Cochamó?
“El Valle Cochamó es un área voluntariamente protegida colaborativamente entre propietarios, trabajadores de turismo, arrieros, comunidad indígena, escaladores y amantes del Valle. La comunidad del Valle Cochamó lleva más de 12 años realizando esfuerzos de conservación, el 2009 se logró un reserva de caudal del 80% del río Cochamo, luego de este trabajo el Valle Cochamó comenzó hacerse muy conocido, lo que generó una visitación explosiva, trayendo consecuencias, como, mucha basura, camping en zonas sin servicios básicos, accidentes, etc.” señaló Tatiana Sandoval presidenta de la Organización Valle
Cochamó.
“Cuando nos dimos cuenta de que este índice no iba a bajar y estaba aumentando más de un 60% cada año. Se creó la Organización Valle Cochamó, que es una organización comunitaria y transversal”, agregó Tatiana.
La misión de la Organización Valle Cochamó es conservar el patrimonio natural y cultural para las generaciones futuras, promoviendo un turismo responsable, sustentable y sostenible en el tiempo. Alguno de sus logros estos últimos seis años han sido; la instalación de un centro de visitantes, un sistema de reserva (que controla la capacidad de carga), mantención del sendero principal, la instalación de señaléticas (indicativas y educativas), un centro de reciclaje que funciona durante la temporada de verano y una propuesta de Santuario de la Naturaleza para el valle Cochamó ingresada en diciembre del 2021.
En la actualidad el Valle Cochamó constituye uno de los principales destinos turísticos de la comuna, presentando un aumento considerable de visitantes en los últimos años. Se ha consolidado dentro de la región como uno de los sectores más visitados por los que realizan turismo aventura, ecoturismo y excursionismo.
El año 2007 la cuenca del río Cochamó fue declarada Zonas de Interés Turístico (ZOIT; SERNATUR, 2007) que establece que estas zonas “tienen condiciones especiales para la atracción turística y requieran medidas de conservación y una planificación integrada para promover las inversiones del sector privado”.
“La comunidad ha logrado llevar adelante un trabajo de autogestión exitoso, sin embargo, aún existen amenazas, el riesgo de incendios forestales, la contaminación y los accidentes. Un área protegida, con un plan de acción a corto, mediano y largo plazo, es esencial para conservar la biodiversidad y los atractivos que hoy son el sustento económico para muchas familias de la comuna, además, de su importancia a nivel global por mitigar los efectos del cambio climático” mencionó Cristián Gallardo, miembro de la Organización Valle Cochamó.
Por otro lado, una de las crecientes amenazas que está viviendo no solo el valle, sino que toda la Patagonia es el desarrollo inmobiliario. En la comuna de Cochamó son cada vez más frecuentes las parcelaciones y subdivisiones de los campos, que genera impacto tanto para las comunidades rurales que ya existían en el territorio, como para la biodiversidad y los recursos naturales de la zona.
Sin embargo, el trabajo de la comunidad y la figura de la ZOIT, que hasta hoy ha sido lo único que ha permitido regular y planificar el desarrollo del turismo, no son suficientes para abordar el creciente turismo, ni para realizar de forma integral la gestión y el cuidado del Valle Cochamó.
Por qué la figura de santuario para proteger el valle
“Los Santuarios de la Naturaleza son todos aquellos sitios terrestres o marinos que ofrezcan posibilidades especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas, botánicas o de ecología, o que posean formaciones naturales, cuya conservación sea de interés para la ciencia o para el Estado”, según el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile.
El Santuario de la Naturaleza comprende un área de 11.432 hectáreas, de las cuales 68 hectáreas corresponden a privados y 11.318 hectáreas corresponden al predio fiscal Rehuelhué que representa más de un tercio de la superficie de la cuenca del río Cochamó (que incluyen por ejemplo senderos como Cerro Arcoíris, La Paloma, el sector de escalada Pared Seca y los Toboganes).
“Se necesita un santuario porque es la única protección en donde puedes incorporar predios públicos y privados, también es una figura legal que nos puede ayudar cuando tenemos amenazas como, megaloteos, forestales, hidroeléctricas, turismo masivo y camino de vehículos. Y lo que más tiene este lugar es un ecosistema muy bien conservado, con un bajo impacto humano, que lo hace ser único y da vida a una diversidad de especies tanto flora como fauna. Y lo otro que se considera en esta protección es la cultura arriera junto con la ruta patrimonial construida en los años 1900, que va de mar a cordillera”, enfatizó Tatiana.