¿Se han fijado que las aves en general pueden girar la cabeza, quedando la cara sobre su espalda? Esta es una condición única que nosotros, los mamíferos, no poseemos, y se debe a su anatomía. Además de las conocidas características propias de las aves como sus alas (aunque no siempre sirvan para volar), su ranfoteca o pico (que no poseen dientes) y su cuerpo cubierto por plumas, las aves tienen la particularidad de poder girar su cabeza en más de 180 grados, quedando con la parte frontal de la cabeza alineada con el dorso (espalda), tal como se muestra en las siguientes fotos:

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Tagua común (Fulica armillata) ©WingsFromSouth 
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Diuca (Diuca diuca) ©WingsFromSouth

La anatomía de las aves es fascinante y seguramente nos tomaría bastante tiempo poder describirla por completo, pero nos enfocaremos en esta particularidad tan fantástica que tienen de girar la cabeza, y que se debe a su estructura ósea de cabeza y cuello.

Loica (Sturnella loyca) ©WingsFromSouth
Loica (Sturnella loyca) ©WingsFromSouth
Gaviotín monja (Larosterna inca) ©WingsFromSouth
Gaviotín monja (Larosterna inca) ©WingsFromSouth

La cabeza de un animal se une a la primera vértebra cervical, la cual se une sucesivamente a otras vértebras conformando la parte central del esqueleto. En las aves la vertebras cervicales, que varían en número de acuerdo a la especie, según indica la literatura desde 11 hasta 25, se unen a las vértebras toráxicas, las cuales se unen más abajo a las vertebras lumbosacras y, finalmente, a las caudales o coccígeas conformando así toda la columna vertebral.

Pero tomaremos atención con la unión entre el cráneo y la primera vertebra cervical que se llama atlas. La unión entre ambas piezas óseas, llamada articulación atlantooccipital, es la que origina que las aves puedan girar su cabeza en un ángulo mucho mayor que los mamíferos, por ejemplo. 

C. occ jote cabeza negra ©WingsFromSouth
Cóndilo occipital de jote de cabeza negra ©WingsFromSouth
C.occ lobo marino ©WingsFromSouth
Cóndilo occipital de lobo marino ©WingsFromSouth

La base del cráneo de un ave presenta un solo cóndilo occipital que articula con el atlas y que es encargado de dar movilidad a toda la masa cervical, a diferencia de los mamíferos que poseemos dos cóndilos occipitales en la base del cráneo para la misma articulación. Esta característica proporciona a las aves la capacidad de tener un movimiento mucho más amplio en esa zona, permitiendo a la cabeza y también por extensión de la ranfoteca (la mandíbula o pico de las aves), realizar un gran número de movimientos en todas las direcciones, como por ejemplo girar sobre su propio eje hasta quedar alineada con la espalda llegando incluso dar un giro de más de 250º. 

Cernícalo (Falco sparverius) ©WingsFromSouth
Cernícalo (Falco sparverius) ©WingsFromSouth
Chercán (Troglodytes aedon) ©WingsFromSouth
Chercán (Troglodytes aedon) ©WingsFromSouth

En las imágenes siguientes se observan cráneos de mamíferos y el de un ave en las cuales se visualiza la diferencia en el número de cóndilos occipitales que permiten, a las aves al poseer uno solo, una movilidad bastante superior en la cabeza en comparación con otras especies de animales. Sabiendo esto, podrías diferenciar a simple vista si un cráneo corresponde a un roedor o a un ave, todo contando los cóndilos occipitales. 

C.occ conejo-jote ©WingsFromSouth
Conejo y jote ©WingsFromSouth
Tucúquere (Bubo virginianus) ©WingsFromSouth
Tucúquere (Bubo virginianus) ©WingsFromSouth
Traro (Caracara plancus)©WingsFromSouth
Traro (Caracara plancus) ©WingsFromSouth

Ahora, cuando vayas a observar aves o explorar en el campo ya sabrás porqué pueden realizar este movimiento tan increíble: todo está en la particular anatomía de los plumíferos. 

Jote cabeza colorada (juvenil) (Cathartes aura) ©WingsFromSouth
Jote cabeza colorada (juvenil) (Cathartes aura) ©WingsFromSouth
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