Rimaya y Mammut invitan al curso de prevención y rescate en avalanchas con certificación AIARE
Cada día son más los freeriders y amantes de la montaña invernal. Sin embargo, y en algunos casos a causa de la continua alza en los precios de los centros de esquí, muchos han optado por un sistema alternativo para disfrutar de los deportes de nieve: adquirir un equipo de randone o un splitboard.
Algunos se preguntan ¿qué gracia puede tener caminar y caminar todo el día para tirarse solo una bajada al final de la jornada?… Bueno, creo que la respuesta es “háganlo”. El esfuerzo de una caminata cerro arriba con tu tabla o esquíes tiene una recompensa que se escapa de toda explicación, que se resume en una bajada perfecta de nieve polvo, donde estas solo tú, tus compañeros y la montaña; donde al llegar abajo puedes mirar atrás y ver esa única línea que generaste al deslizarte cerro abajo. Recién en ese momento entiendes que haber subido todo el día valió la pena y es más, el subir comienza a tener su encanto y empieza a ser tan agradable como bajar para algunos. Al final, lo que nos apasiona y enamora es estar ahí, en ese lugar donde pocos pueden llegar.
El tiempo avanza y la temporada también. Cada vez cae más nieve y con ella se repletan las laderas sur de la cordillera. Al mismo tiempo, uno perfecciona la técnica para deslizarse en terrenos poco comunes, el estado físico y la aclimatación se adaptan a esta nueva forma de recorrer las montañas. Nos sentimos bien y cada vez más seguros, nos animamos a probarnos cada vez más, apuntando a esos lugares que hace un tiempo atrás no hubiéramos imaginado poder recorrer.
Aquí es donde debemos tomar una decisión, que básicamente tiene que ver con hacernos cargo de las posibles amenazas: capacitarnos como deportistas freeriders, conocer el terreno que visitamos, planificar nuestras salidas y definir las rutas por donde nos desplazaremos. Tener un plan B, dar aviso de nuestros planes y tener claro que la primera respuesta en caso de accidente seremos nosotros mismos.
A raíz de esto es que por tercera vez junto a Mammut traemos a Chile el curso de prevención y manejo en avalanchas dictado por la institución Americana AIARE (American Institute for Avalanche Research and Education). Sin duda, esta es una excelente alternativa para empezar a tener conocimientos en avalanchas y principalmente aprender a evitarlas.
AIARE es una certificación internacional que tiene tres niveles diferentes y dependientes uno del otro, es decir, se debe hacer el primero para poder acceder al segundo y así sucesivamente, pudiendo alcanzar un nivel profesional de manejo al finalizar los cursos.
En una combinación de clases teóricas y prácticas de cuatro días de duración, y gracias a la presencia de instructores internacionales, se logra entregar información clara y útil, la que se pone en práctica durante dos días completos de terreno.
En Rimaya buscamos ser consecuentes con el empuje que mantenemos día a día por despertar el interés de las personas en recorrer la naturaleza de manera responsable. Es por esta razón que además trabajamos duro en proveer educación de calidad al alcance de todos en esta materia.
Mammut, al igual que Rimaya, busca estar presente en temas de seguridad. Pero no sólo es importante brindar los productos y equipos necesarios, sino también poder entregar un mensaje claro de cómo evitar tener que usarlos. Y en el caso de necesitarlos, saber cómo hacerlo de la manera adecuada.
¡Sabemos que la educación es prioritaria para poder disfrutar del aire libre de manera segura!
Gracias a Mammut podemos encontrar en Chile diferentes alternativas de equipos de seguridad en avalanchas. Algunos de ellos son:
La pala de nieve retráctil (modelo: Pala Alugator Twist)
La mochila (modelo: Nirvana Ski Rocker 25)
Sonda (modelo: Sonda Probe 240)
Transmisor (modelo: Beacon Element Barryvox)