Mientras muchos duermen, los mamíferos alados surcan los cielos en busca de incautos insectos. Ponen “alas a la obra” después de que se ponga el sol, y vuelan tan alto que pasan desapercibidos en medio de la oscuridad.

Lo que algunos no saben es que las y los investigadores tampoco durmieron entre 2017 y 2021, cuando visitaron la ciudad de Arica y tres valles costeros de la Región de Arica y Parinacota, con el fin de seguir el rastro de animales nocturnos, como los insignes murciélagos. Sin embargo, nada hacía sospechar lo que revelarían más tarde los estudios acústicos, los cuales delataron la presencia de una criatura que no se había reportado antes en tierras chilenas.

Nos referimos al primer registro oficial en Chile del elusivo murciélago de cola libre de Peale (Nyctinomops aurispinosus), hallazgo que fue publicado en la revista científica Mammalia y que demuestra la utilidad de la bioacústica, es decir, la investigación del sonido.

De esa manera, los anales quirópteros deberán reescribirse, pues ya no existen 14, sino 15 especies de murciélagos en Chile.

“El murciélago de cola libre de Peale es una especie de la que se tiene muy poca información. Su distribución es irregular desde el norte de México hasta el sureste de Brasil, incluido el suroeste de Honduras, Colombia, Venezuela, norte y sureste de Perú, y el suroeste de Bolivia, donde se le encuentra asociado a ambientes áridos y semiáridos, incluidos bosques espinosos, matorrales, bosques caducifolios y zonas urbanas”, explica Annia Rodríguez-San Pedro, primera autora del estudio, quien se desempeña como académica de la Universidad Santo Tomás y directora de BIOECOS E.I.R.L.

Murciélago de cola libre de Peale (Nyctinomops aurispinosus), referencial ©Jaime A. Pacheco
Murciélago de cola libre de Peale (referencial) ©Jaime A. Pacheco

Todo comenzó cuando el equipo de investigadores fue a escudriñar el extremo norte de Chile, donde se conocían hasta entonces 7 especies de murciélagos. Para ello el estudio acústico es clave, ya que estos mamíferos usan la ecolocalización, es decir, ondas sonoras para determinar la ubicación de los objetos en el espacio.

El coordinador nacional del Programa para la Conservación de Murciélagos de Chile, Juan Luis Allendes, relata que “con nuestros propios recursos, Annia y yo efectuamos el viaje a Arica para estudiar los murciélagos de los valles de Azapa, Camarones y Lluta. Procedimos a muestrear en distintos puntos de estos tres valles con redes de niebla y con detectores de ultrasonido, con la ayuda de nuestro colega Clemente Beltrán. Luego de varias noches de muestreo logramos capturar con redes de niebla a [especies como] Platalina genovensium, Myotis atacamensis e Histiotus montanus”.

Valle de Camarones, hábitat del murciélago de cola libre de Peale ©Annia Rodríguez-San Pedro
Valle de Camarones, hábitat de este murciélago ©Annia Rodríguez-San Pedro

En paralelo, los detectores acústicos registraron a otros quirópteros, como los murciélagos de cola libre (Tadarida brasiliensis), los coludos de Kalinowski (Mormopterus kalinowsky) y los mastines grandes con cresta​ (Promops davisoni), “pero nos asaltaba la duda, ya que encontramos unas llamadas de ecolocalización que tenían la forma [que correspondía a] un murciélago de la familia Molossidae, que eran muy bajas. Por ejemplo, la frecuencia pico y final estaban en los 18,6 y 16,7 kHz, respectivamente, por lo que acudimos a nuestro colega de Perú, José Joaquín Ugarte y le mostramos las llamadas, pensando que estas correspondían a un murciélago del género Nyctinomops. Al verlas, él nos confirmó que la especie era Nyctinomops aurispinosus, un nuevo género y especie de murciélago para Chile. ¡Estábamos felices! Por lo que procedimos a realizar análisis estadísticos y escribir el manuscrito”, detalla Allendes, quien también es jefe de Proyectos en BIOECOS.

Antes de este hallazgo, se creía que la localidad más cercana de esta especie correspondía a Tacna, en Perú, a unos 150 km. No obstante, en Arica los investigadores obtuvieron 82 registros acústicos del murciélago de cola libre de Peale, constatando que había pasado inadvertido. Hasta ahora.

Rodríguez destaca que “el método bioacústico nos permitió detectarla en el norte del país.  Esto gracias al patrón distintivo de sus llamadas de ecolocación, que la hacen fácilmente distinguible de las otras especies que habitan el extremo norte de Chile”.

La también Doctora en Ciencias con mención Ecología y Biología Evolutiva agrega que “históricamente, los registros de esta especie han sido bastante escasos a lo largo de su distribución en Centro y Sudamérica, y existe poca información sobre su ecología e historia natural. Nuestros registros acústicos sugieren una amplia distribución de la especie en la Región de Arica y Parinacota, sin embargo, se necesita más esfuerzo de monitoreo para comprender mejor su distribución en el país”.

Valle de Camarones ©Annia Rodríguez-San Pedro
Valle de Camarones ©Annia Rodríguez-San Pedro

Conociendo al “nuevo” integrante de la fauna chilena

Este estudio confirma la hipótesis de investigadores peruanos, que ya habían sugerido previamente la alta probabilidad de que estos murciélagos vivieran en Chile, principalmente por la similitud de hábitats entre ambas zonas.

En ese sentido, la directora de BIOECOS especifica que “nuestros registros en Chile comprenden varios hábitats del extremo norte del país, incluyendo áreas urbanas, plantaciones agrícolas (de olivo, mango y guayaba), praderas y matorrales con predominio de Pluchea chingoyo (chilca), Schinus areia (pimiento) y Atriplex atacamensis (cachiyuyo), y humedales. Otras especies de murciélagos registradas durante los estudios acústicos compartiendo hábitat de forrajeo con N. aurispinosus fueron T. brasiliensis, M. kalinowskii, Promops davisoni, Myotis atacamensis e Histiotus montanus”.

Molino_Valle de Lluta ©Annia Rodríguez-San Pedro
Molino, Valle de Lluta ©Annia Rodríguez-San Pedro

Consultado sobre si estos reportes corroborarían la residencia permanente de este murciélago en Chile (en vez de tratarse de individuos errantes), Allendes responde que “este descubrimiento valida la existencia de poblaciones estables debido a que se muestrearon diversas noches en los tres valles próximos a la ciudad de Arica y, además, se obtuvieron numerosos registros de ecolocalización en los tres valles”.

Independiente de todo lo anterior, es importante destacar que los registros de esta especie son escasos. De hecho, se cuenta con poca información sobre su ecología e historia natural.

“Al igual que la mayoría de las especies de murciélagos presentes en nuestro país, se alimenta de insectos que caza al vuelo. Sin embargo, es una especie bastante elusiva, con un vuelo a gran altura (mayor a 15 metros) por encima del nivel del suelo, lo que hace muy difícil su captura con redes de niebla. Además, los sitios de descanso conocidos para esta especie son los techos de los edificios de gran altura y las grietas de rocas en las paredes de acantilados de difícil acceso”, precisa la científica.

Ilustración de murciélago de cola libre de Peale -Mammalogy and Ornithology. Mammalogy. Plate 1 Wikimedia Commons
Ilustración de murciélago de cola libre de Peale. Mammalogy and Ornithology. Mammalogy. Plate 1 / Wikimedia Commons

Los desafíos del mundo Chiroptera

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el murciélago de cola libre de Peale está clasificado en “preocupación menor”, en parte debido a su amplia distribución. Pese a ello, su situación puede variar en cada país de residencia. Rodríguez puntualiza que “no se conocen amenazas directas para N. aurispinosus, lo que refleja en parte la falta de conocimiento sobre la biología y ecología de la especie”.

Por ejemplo, “en Venezuela se encuentra clasificado como ‘vulnerable’, según el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, y en Bolivia bajo la categoría ‘datos insuficientes’. En el resto de los países de su distribución no se tienen datos sobre el estado de conservación”, añade.

Valle de Lluta ©Annia Rodríguez-San Pedro
Valle de Lluta ©Annia Rodríguez-San Pedro

Por otro lado, el norte de Chile podría experimentar cambios dramáticos en las próximas décadas. La quiropteróloga advierte: “Se espera que la población humana de Chile crezca casi un 15% para 2050 y, además, que el paisaje se transforme principalmente en áreas agrícolas y urbanizadas. Refugiarse y alimentarse en paisajes urbanos y agrícolas podría exponer a N. aurispinosus a amenazas potenciales como la destrucción y perturbación de sus sitios de descanso (refugios), la disminución de la abundancia de presas de insectos y la exposición a pesticidas. Por otra parte, al ser una especie que utiliza edificaciones para refugiarse, el conflicto con los humanos podría representar una amenaza importante para las poblaciones de N. aurispinosus”.

Por lo pronto, las y los investigadores buscan llenar los vacíos de información para avanzar en la conservación de estos alados mamíferos. Eso ha inspirado el surgimiento de iniciativas como el Programa para la Conservación de Murciélagos de Chile, que realiza esfuerzos de monitoreo, para así conocer a cabalidad la diversidad de quirópteros que moran en este territorio.

Valle de Lluta ©Annia Rodríguez-San Pedro
Valle de Lluta ©Annia Rodríguez-San Pedro

Después de todo, la presencia de esta especie recién salió a la luz pública en 2022, recordándonos que en la ciencia no todo está dicho, y que todavía quedan sorpresas quirópteras por descubrir.

“El extremo norte del país ha sido muy poco explorado en cuanto a la fauna de murciélagos (…) Nuestro hallazgo se suma a otros registros recientes de murciélagos en la región y enfatiza la deficiencia de información sobre este grupo de mamíferos a nivel nacional, así como la necesidad de estudios adicionales en este lugar del país”, sentencia la investigadora.

 

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