-
Ciencia y Biodiversidad
Daniel Piedrahita, el guardián de las orquídeas de Colombia: «Yo me enamoré de ellas para siempre»
21 de enero, 2025 -
Medio Ambiente
La sandía: orígenes y curiosidades de la fruta popular del verano
20 de enero, 2025 -
Ciencia y Biodiversidad, Medio Ambiente
Reino Fungi en el bosque valdiviano: Un tesoro natural al alcance de todos
19 de enero, 2025
«Quipu de Encuentro Llolleo»: La unión del mar y las lagunas de Cecilia Vicuña
Recientemente, un gran número de personas se reunieron en el Humedal Ojos de Mar para participar en una actividad llamada «Quipu de Encuentro». Este evento, inspirado en la antigua forma de contabilidad incaica, fue organizado por la reconocida artista Cecilia Vicuña y contó con la colaboración de diversas organizaciones, las cuales, se reunieron para resaltar la importancia del humedal Ojos de Mar, un ecosistema amenazado por la expansión portuaria, a través del arte y la participación ciudadana. Entérate de todos los detalles a continuación.
El pasado Sábado 14 de Diciembre de 2024, más de un centenar de personas se congregaron en el Humedal Ojos de Mar para participar en el «Quipu de Encuentro Llolleo», liderado por la Premio Nacional de Arte y destacada defensora de los derechos humanos y el medio ambiente, Cecilia Vicuña.
Este Quipu, palabra quechua que significa nudo, realizado en colaboración con Fundación Ojos de Mar, Fundación Arte Precario, la curadora Carolina Castro Jorquera, y el apoyo de Patagonia Chile, tuvo como escenario la desembocadura del Río Maipo, en la comuna de San Antonio, un ecosistema invaluable que conecta la playa de Llolleo, las lagunas del humedal y el océano. Este espacio, reconocido como sitio IBA (Área Importante para la Conservación de Biodiversidad), enfrenta crecientes amenazas debido a la expansión portuaria en la zona, que acabaría con el acceso al mar de más de 130 mil habitantes y con un sitio prioritario para la conservación de la red Hemisférica de Aves Playeras.
La artista y poeta Cecilia Vicuña ha realizado Quipu vivos, o Quipus de Encuentros y Asambleas en los cuales las personas articulan el tejido cumpliendo la función de los nudos, en museos de importancia mundial, tales como la Tate Modern Gallery de Londres, el museo Guggenheim de New York, y en Organizmo en Colombia, Museo MALBA en Buenos Aires.
Estas obras de arte participativas funcionan como performances poéticas con carácter ritual en las que las personas se conectan y se encuentran con un propósito en común que va emergiendo a través de la acción en sí misma. Hace unos años, la artista comenzó a llamarlos Quipu de encuentro: rituales y asambleas, porque, dada la emergencia climática, era urgente unir a las comunidades, artistas, científicos y defensores de los territorios en un acto común. En el mundo andino, las comunidades ancestrales utilizaban los quipus como una forma tangible de escritura y registro a través de un complejo sistema de nudos cuyos significados sólo han sido parcialmente descifrados por investigadores. Tras el periodo de conquista, los Quipus fueron destruidos, pero la visión de la interconectividad como una resistencia poética perdura bajo tierra.
(“Los Quipus son utensilios textiles anudados para llevar registros utilizados históricamente en la región andina de Sudamérica, que consisten en hilos o cuerdas de colores, hilados y trenzados. Las cuerdas de quipu contenían valores numéricos y de otro tipo codificados por nudos en un sistema posicional de base diez aún no descifrado. Los registros de quipus incluían obligaciones tributarias, datos del censo, información del calendario, organización militar, así como música, poemas y narraciones históricas. (Wikipedia y proyecto Khipu Database, Universidad de Harvard))
Para Cecilia Vicuña el Quipu es un poema espacial, una forma de recordar que involucra al cuerpo y al cosmos a la vez, una metáfora táctil y espacial de la unión de todos. Su obra se ha centrado, entre otras cosas, en crear iteraciones metafóricas del Quipu, integrando materiales reciclados y naturales para invitar a reflexionar sobre la conexión perdida entre humanidad, naturaleza y memoria. Su obra plantea el Quipu como un puente entre el pasado, el presente y el futuro, una herramienta que no solo recuerda, sino que llama a la acción y a la reconstrucción de vínculos rotos.
En el “Quipu de Encuentro Llolleo” los participantes tejieron una cuerda de lana cruda de oveja donada por la cooperativa Tecnovis-Pumanque y confeccionada por voluntarios, de más de 300 metros reunidos en un nido construido junto a Roberto Machuca, Presidente del Sindicato de Pescadores de la boca del Maipo al modo tradicional de las comunidades de pescadores artesanales del chinchorro, que habitan desde tiempos ancestrales estas playas, con los residuos orgánicos de la corriente del río. Desde allí la cuerda fue desplegándose en una acción colectiva que conectó físicamente las lagunas del humedal con el mar. Este gesto representó la esperanza de regenerar los ecosistemas vulnerados y la necesidad de protegerlos frente a la industrialización extractivista, simbolizando la resistencia y la reconexión de los territorios fragmentados.
Por su parte Cecilia Vicuña, en su intervención, destacó la importancia de conectar arte y comunidad: «El Quipu es una metáfora viva de la unión de la tierra, el agua y nuestros cuerpos.” Así nos recuerda nuestra interdependencia con la naturaleza. Hoy, al unir estas cuerdas, también tejemos una red de cuidado, resistencia y amor hacia nuestra tierra, hacia las aguas que nos dan vida, hacia las aves que aquí anidan y encuentran refugio.
Carolina Castro Jorquera, quién ha colaborado con Cecilia Vicuña por más de una década, comentó sobre los “Quipu de Encuentro” que “son una forma de arte que opera como una forma de conciencia, a través de la participación se abre la posibilidad de reconectarnos con seres humanos y otros que humanos, como las plantas, los animales, el agua, las montañas, el viento, de quienes nos nutrimos ancestralmente, y con quienes se vuelve urgente establecer diálogos de solidaridad y respeto mutuo”. Recalca la importancia de este arte como una forma de entrega y compromiso que nos permite percibir que nuestras acciones pueden transformar la crítica realidad de nuestros territorios.
Ana Laura Galarza, directora de Arte de la Fundación Ojos de Mar, explica que fue una experiencia transformadora, que sólo fue posible gracias al profundo compromiso de cada persona que se involucró: quienes donaron la lana, la trasladaron, la lavaron y tejieron. Agregó: “Hacer un Quipu de encuentro de principio a fin, es constatar que es un verdadero arte de transformación social porque nos permite reunirnos, compartir y reflexionar mientras preparábamos el gran día junto a Cecilia. Cuando conectas con tanta gente y el territorio, sientes esto y te das cuenta que todo lo que soñamos es posible, y que las personas tenemos mucho poder para actuar y defender nuestros eco-territorios”.
El «Quipu de Encuentro Llolleo» concluyó con una asamblea donde los participantes pudieron dar sus testimonios respecto a sus vivencias en este territorio y a la experiencia misma del Quipu, incluyendo palabras de Roberto Machuca quien señaló: “Nosotros nos quedamos aquí heredando las prácticas de nuestros ancestros, la pesca artesanal Chinchorro, en la desembocadura del Maipo”.
Este Quipu dejó una profunda huella en los asistentes, quienes reflexionaron sobre la fragilidad de los ecosistemas y la responsabilidad humana frente a su conservación. Familias, jóvenes y adultos mayores se unieron en este encuentro, que culminó con la promesa de continuar trabajando en futuras acciones regenerativas en un potente mensaje de resistencia frente a la amenaza de la expansión portuaria, subrayando la urgencia de proteger el Humedal Ojos de Mar y el ecosistema costero para las generaciones futuras.
Actualmente el humedal y su playa, se encuentran amenazados por el “Proyecto Puerto Exterior” (PE), que involucra una inversión estatal de más de US$ 3.500 millones. El proyecto en mención involucra en su diseño la fragmentación del ecosistema de la Desembocadura Río Maipo, el dragado del fondo marino en un área de influencia e impacto ambiental de entre 5 y 10 km 2, el uso industrial y edificación de la totalidad del borde costero de la comuna de San Antonio, eliminando por completo sus playas y produciendo impactos significativos e irreversibles de carácter medioambiental, patrimonial, cultural y social para el territorio, se espera la reactivación de este proyecto en las próximas semanas.
Liliana Plaza, desde la Fundación Ojos de Mar, reafirmó la urgencia de movilizar a la ciudadanía en defensa del humedal: «La playa y el acceso al mar están en peligro de desaparecer si no tomamos acción. Este encuentro es un llamado a reconectar con nuestro territorio y accionar colectivamente por su protección. La participación masiva nos demuestra que sí es posible generar sentido de pertenencia, desde el arte y con la comunidad”
La Fundación Ojos de Mar agradeció el apoyo de la comunidad y de Cecilia Vicuña, cuyo legado artístico y ambiental sigue inspirando a quienes buscan construir un mundo más justo con todos los seres que lo habitamos.