Los últimos días probablemente llegó a tus manos el video de una osa y su cachorro, donde se ve a ambos escalando una empinada ladera nevada con bastante dificultad. En las imágenes, grabadas en Rusia, se ve cómo el pequeño se desliza cerro abajo en varias ocasiones –poniendo nervioso a cualquiera que lo vea– hasta que finalmente, logra alcanzar la cima y reunirse con su madre.

Para muchos usuario en redes sociales, este video era un ejemplo de perseverancia del pequeño oso, una lección de vida con un mensaje claro: a pesar de los obstáculos en tu camino, debes seguir adelante. Sin embargo detrás de estas imágenes, que pronto se volvieron virales, había otro tema importante a tomar en cuenta…

¿Notaste ese momento en el que el pequeño está a punto de llegar a la cima y termina cayendo cuando el drone que los está filmando se acerca demasiado? Nosotros no fuimos los únicos. Rápidamente en redes sociales comenzó a formarse un nuevo debate: ¿Se trata de un caso de hostigamiento a la vida salvaje que puso en peligro la vida de estos animales?

En Ladera Sur conversamos con René Araneda, destacado documentalista chileno quien hace unos años viajó a Sudáfrica para especializarse en etología (conducta animal), y nos comentó: “Desde el punto de vista de la conducta animal, claramente esa no es una conducta normal de un oso. Una mamá llevando un cachorro por una ladera que no era la mejor opción. No sabemos qué ocurrió antes del video, pero se ve que está estresada y no precisamente porque el cachorro esté subiendo por esa ladera”.

Ya son varios los expertos en vida salvaje que se han pronunciado al respecto denunciando el uso indebido de esta tecnología en el video. La ecologista norteamericana, Jacquelyn Gill, fue una de las primeras en comentar su desaprobación en Twitter, donde escribió: “Acosar a la vida silvestre por una fotografía, una selfie o un video nunca estará bien. Respeta a los animales dándoles espacio y no compartas publicaciones donde los animales estén claramente estresados o en peligro sólo porque alguien quería que se volviera viral”.

René Araneda concuerda con esta postura. “Hay una parte del video que es muy clara, cuando el drone se acerca a una distancia horriblemente irrespetuosa y ese es el peor momento. El cachorro se desconcentra y la mamá también está desesperada”, dice y agrega en tiempos en los que cada vez hay más fotógrafos de naturaleza y personas con acceso a tecnologías como drones, es fundamental informarse sobre la correcta forma de documentar a la vida salvaje. “Lo principal es saber de la conducta animal, entender la ética, que es no molestar, no interrumpir y por su puesto tener sentido común. Y si uno no conoce o entiende sobre la conducta animal lo preferible es no hacerlo –fotografiar o grabar al animal– si no sabes”.

A esto agrega que muchos con el afán de tener una buena fotografía sobrepasan límites y rompen normas, como la que prohíbe el uso de drones en parques nacionales de Chile, y graban por ejemplo aves anidando o vicuñas corriendo ante la presencia de esta figura extraña sobrevolándolas y hace un llamado a no compartir este tipo de imágenes donde se ve que se está hostigando a la fauna.

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