Península de Hualpén: el único santuario de la naturaleza en Biobío está bajo amenaza
En pleno Santuario de la Naturaleza Península de Hualpén se pretende instalar un proyecto inmobiliario de más de 300 hectáreas que, se estima, sumaría 5.000 nuevos habitantes a la comuna. Así como este, existen diversos proyectos que ven en esta zona –en su mayoría de propiedad privada– que alberga una importante biodiversidad, una oportunidad de negocios. En este contexto, diversas organizaciones del Gran Concepción se han unido para formar la campaña #SalvemosElSantuario que busca visibilizar esta problemática e involucrar a la comunidad en el proceso de discusión que hoy se está dando para el nuevo Plan Regulador de Hualpén e intentar de esta manera, proteger al santuario desde lo más básico: influyendo en las normas que definen los usos del suelo.
Ubicado a sólo 25 minutos de la Plaza Independencia de Concepción, se encuentra un lugar que alberga una rica biodiversidad. Se trata del Santuario de la Naturaleza Península de Hualpén, un área protegida creada en 1979 y conformada por 2.662 hectáreas. En él se encuentra protegido el bosque caducifolio de Concepción, el último relicto del llamado bosque costero del Biobío, que posee la particular característica de ser una zona de transición ecológica entre los bosques esclerófilos de la zona central y el bosque valdiviano siempreverde propio del sur de Chile. A esto se suma que esta formación vegetacional sólo tiene un 0,47% de su superficie (6.131 hectáreas) protegida en el país.
Es en esos bosques donde se pueden encontrar especies como el pitao, el queule o el olivillo y mamíferos como el monito del monte y cuatro tipos de murciélagos (Lasiurus borealis, L. cinereus, L. Borealis y Tadanida brasiliensis). Pero eso no es todo. La zona, además, alberga una de las 14 zonas representativas de los ecosistemas marítimos chilenos, permitiendo la presencia de cetáceos, chungungos, loberías y pingüineras, y cuenta con tres IBA (Important Bird Areas) prioritarios para la conservación de las aves –con alrededor de 150 especies registradas, entre ellas aves amenazadas como el cisne de coscoroba y el cuervo del pantano –, otorgándole una relevancia de carácter mundial.
Lamentablemente, hoy esta área protegida de gran fragilidad se encuentra bajo amenaza. Actualmente la Península de Hualpén –el único santuario de la naturaleza de la Región del Biobío– no cuenta con un modelo de gobernanza ni un organismo que lo administre, además, se trata de un área cuyo 80% aproximadamente pertenece a privados con diversos intereses económicos en la zona –con proyectos que van desde el desarrollo energético, al turístico–. Uno ellos es la familia Navarrete Rolando, dueños de la empresa Agrícola Agrinam quienes buscan implementar un proyecto inmobiliario llamado Mirador El Alto que considera un total de 326,6 hectáreas de intervención y se instalaría dentro de las inmediaciones del santuario.
Un cambio en el Plan Regulador
Antes de 2006 el santuario de la naturaleza sólo admitía intervenciones con fines educativos, turismo de bajo impacto, la recreación en la naturaleza y la conservación del patrimonio ecológico y cultural regional. Sin embargo, en 2006 se realizó una modificación del Plan Regulador Metropolitano de Concepción que incluyó áreas de extensión urbana que permiten el desarrollo urbano e inmobiliario al interior del santuario.
Esta modificación fue la que sentó las bases que permitirían que en 2018 se presentara el proyecto inmobiliario Mirador El Alto que considera una intervención de 167 hectáreas en el Fundo Ramuntcho, para convertirlo en un espacio residencial que, se estima, albergaría a 5.000 personas y se desarrollaría en 11 etapas en un plazo de 16 años. Actualmente el proyecto Mirador El Alto se encuentra en etapa de calificación.
Ya son diversos los expertos y vecinos que se han manifestado en su contra, sobre todo por el impacto que un proyecto de tal envergadura podría generar en la flora y fauna del santuario. Dentro de las principales amenazas se destacan situaciones como la fragmentación del hábitat, el aumento de la presencia de mascotas y un mayor flujo de personas que podría afectar sobre todo a la fauna en el sector. Guillermo Herrera, doctor en Biología de la Universidad del Sur de California, dijo en conversaciones con radio Biobío que instalar un proyecto como este significaría perder gran parte de la riqueza natural de la Región del Biobío. “Instalar proyectos inmobiliarios en este sector es básicamente una aberración. En este caso es serio, porque es en un Santuario de la Naturaleza. Quedan pocos lugares como este”, sentenció y agregó: “Hay cosas que simplemente no se pueden hacer”.
A esto, Juan Cancino, doctor en Zoología Marina de la Universidad de Gales, añadió: “Aparte de traer mayor población humana, viene con las mascotas –perros y gatos-, que son de lo más dañino que tenemos, porque si se escapan pueden arruinar la flora y fauna”.
Por su parte Luciano Pérez, Director Nacional de CODEFF, dijo a Ladera Sur: “Lo que nosotros cuestionamos es la magnitud de los proyectos, porque dependiendo de la cantidad de personas, el tamaño de las viviendas, caminos, etc. se producen distintos impactos y cada uno debería ser atendido con una mirada mucho más fina y no tan fragmentada. Aquí lo que el proyecto está haciendo de alguna forma es pretender un engaño al sistema, porque se presenta un proyecto sólo de urbanización y loteo, pero en el fondo es un proyecto fragmentado. Porque luego de la urbanización y loteo viene la construcción, que nuevamente tendría que entrar por evaluación – de impacto ambiental–. Entonces esa forma de presentar el desarrollo en el santuario nos parece inapropiado”. Sobre esto, el experto además hizo un llamado a los privados y las empresas a que “sean capaces de diseñar proyectos mucho más amigables con la conservación de la naturaleza del santuario, que es un área protegida y que nosotros no estamos dispuestos a abandonar”.
Un llamado a la comunidad
Actualmente se encuentra en discusión el primer Plano Regulador Comunal de Hualpén que será votado por sus 8 Concejales Municipales que conforman el Consejo Municipal. El plazo para ingresar observaciones ciudadanas vence este domingo 2 junio de 2019. Es en este contexto que surge la campaña #SalvemosElSantuario que busca incentivar a la comunidad a formar parte de este proceso y evitar así un mayor deterioro del Santuario de la Naturaleza Península de Hualpén. Ya que, tal como detallan, el nuevo Plano Regulador Comunal de Hualpén no sólo considera una ampliación del parque industrial de la comuna, sino que además “podría autorizar más de 1000 viviendas en el corazón del santuario de la naturaleza causando daños irreparables en sus paisajes y ecosistemas”.
Liderado por diversas organizaciones del Gran Concepción, la campaña es una respuesta “a la mediocre y poco representativa planificación territorial propuesta por los planes reguladores de Hualpén y Metropolitano, los que abren las puertas a proyectos inmobiliarios y a la futura urbanización del territorio, amenazando la protección del único Santuario de la Naturaleza de la Región del Bío-Bío”, como señalan en un comunicado.
“El llamado es a que la ciudadanía aporte información tanto del valor biológico como del valor cultural. Los instrumentos en general están diseñados para temas de urbanización, expansión, y no tienen estrictamente una mirada tan ecosistémica. Es ahí donde cobra importancia la información que los ciudadanos puedan aportarle a ese proceso, para relevar lo que para nosotros es tan valioso, como la biodiversidad”, nos comenta el Director de CODEFF –una de las organizaciones detrás de la campaña–, quien explica que son precisamente los aspectos de valor ecosistémico –o ecológico–, patrimonial y de uso histórico del lugar, los que hoy no se contemplan con la suficiente importancia en los instrumentos urbanísticos de usos de suelos, y que puede entregar la ciudadanía.
El llamado a la comunidad a participar de esta discusión y sumar observaciones al proyecto busca evitar situaciones como la ocurrida en 2006 cuando se modificó el Plan Regulador Metropolitano. “De haber tenido mayor participación ciudadana, quizás las universidades, ONG y los propios vecinos habrían aportado otra mirada en la cual efectivamente se hubieran podido, por ejemplo, considerar las zonas de influencia que tiene cada actividad. Una construcción de una vivienda o un sitio, no está ajena a lo que pasa alrededor. Hay impactos asociados al período de construcción, a la urbanización y creación de caminos. Son muchos los impactos asociados a la actividad humana y estos no pueden ir por caminos que desconozcan lo que pasa en el frente”, asegura Pérez. “Ese tipo de conflictos de alguna forma nosotros sentimos que no han sido debidamente previstos cada vez que se han tomado decisiones de la aptitud del suelo”.
Finalmente, el Director de CODEFF destaca el valor que tiene éste, el único pulmón verde de la comuna: “Tiene un potencial increíble, una alta biodiversidad, muchas especies en peligro de extinción, hay asociaciones únicas de especies que se dan ahí al interior de la península y que tienen que ver con que en algún minuto esta península estuvo aislada, y además está la influencia de la desembocadura del río Biobío y su riqueza marina. Entonces todavía hay mucho que aportar, que considerar y esto debiese ser incorporado. Y si no han sido los servicios lo que de alguna forma han podido levantar esto, entonces tendrá que ser la ciudadanía y las ONG las que lo hagan, para asegurar que se resguarde lo que no se está resguardando”.
Para conocer más detalles de la campaña #SalvemosElSantuario y/o sumar tus observaciones al proyecto, puedes ingresar en este enlace.