Pasado, presente y futuro de la arquitectura de Farellones
Farellones es uno de los pocos pueblos de montaña de Chile. Ubicado en la Cordillera de Los Andes a más de 2.400 msnm, en la comuna de Lo Barnechea, sus primeras edificaciones datan de 1935. A pesar de que el número de residentes ha permanecido mas o menos estable, los deportes de invierno han fomentado el crecimiento y desarrollo inmobiliario en el sector. Entérate de la historia de la arquitectura de este pueblo aquí!
Pasado
«Los primeros esquiadores aventureros que se atrevieron a llegar a Farellones subían en camión hasta Corral Quemado, para luego continuar a pié otros 17 km hasta donde actualmente está instalado el pueblo. El tramo era un trayecto de más de cinco horas. Debido a lo estrecho del camino, los camiones tenían que ir retrocediendo y avanzando poco a poco, para no quedar colgando en la montaña. Los que sí quedaban expuestos al precipicio eran los primeros valientes que desafiaban el frío, los mareos y el polvo levantado durante la travesía, arrimados y afirmados en los acoplados de los camiones a lo que fuera, para hacer el único ascenso y descenso del día», se lee en el libro publicado por la Corporación de Adelanto de Farellones (CAF) el año pasado, “Farellones, historia de un pueblo de montaña”. Pero, ¿cómo comenzó esta odisea?
Todo comenzó en 1931, cuando un grupo de chilenos se reunió en una sala de clases en el centro de Santiago a aprender sobre el esquí. La Dirección de Turismo del gobierno, presidido en ese entonces por Carlos Ibáñez del Campo, con la intención de incentivar las visitas a Chile convocó al primer curso teórico de esquí. Dictado por el profesor alemán Oeltze von Lobenthal, se exhibieron películas y fotografías, y se realizaron demostraciones del deporte para entusiasmar a los asistentes, quienes ansiosos por poder experimentar lo que en ese encuentro les relataron, decidieron encargarse de organizar las primeras exploraciones para encontrar la geografía adecuada para esquiar.
Ese mismo año, el grupo de entusiastas e incipientes esquiadores decidieron asociarse y fundar el «Ski Club de Chile». Uno de sus miembros era Roberto Barrington, piloto que mientras sobrevolaba la cordillera de Los Andes divisó las cumbres de lo que hoy en día son La Parva y El Colorado.
Las primeras excursiones a las tierras que había divisado desde el aire Barrington comenzaron en 1933. Los miembros del «Ski Club de Chile» se reunían en Plaza Italia y se trasladaban en camión o a pié hasta Corral Quemado. Ahí podían seguir el ascenso caminando o arrendando mulas a una familia que era propietaria de los terrenos por los que debían pasar. El viaje más acomodado (tomando el camión y una mula) tomaba por lo menos cinco horas y recién en ese momento comenzaba la aventura esperada: el descenso en esquís de madera por la nieve.
Dos años después de las primeras expediciones, cuando la nieve ya se hubo derretido, los socios del «Ski Club de Chile» subieron para construir en lo que hoy es Farellones una pequeña casa levantada con piedras de la zona (posteriormente fue la escuela básica del pueblo), con capacidad para 30 personas.
En 1935 Agustín Edwards Budge comenzó a planificar la construcción de su refugio por lo que decide persuadir a su amigo Arturo Alessandri Palma, en ese momento Presidente de la República, para comenzar la construcción de un camino para automóviles desde Corral Quemado.
En 1936 el «Ski Club de Chile» construyó con el arquitecto Santiago Roi un segundo refugio, que tenía una capacidad para más personas. Pero hasta ese momento el desarrollo del sector era muy bajo. Recién un año después, en 1937, Hans von Kiesling, un ingeniero alemán dueño de 22 mil hectáreas en la zona, realizó el primer loteo de la villa de Farellones.
A comienzos de la década de los 40 los deportistas de alta montaña de la Universidad de Chile convencieron a Benjamín Claro Velasco, presidente del club deportivo, para que donara un terreno de seis mil metros cuadrados en Farellones para que se levantara un refugio. Odette Corbeau, alumna de la escuela de arquitectura de la universidad ganó un concurso para proyectar el refugio que posteriormente se construyó con modificaciones incorporadas por los arquitectos Miriam Waisberg y Sergio Badilla. Ubicada en la ladera de una curva del camino que ya estaba habilitado, tenía la capacidad para alojar a 150 personas por lo que se ganó el título del refugio más grande de Sudamérica. A él llegaban tanto chilenos como extranjeros: alemanes, españoles y suizos, entre otros.
A fines de los años 40 Farellones tenía vida en invierno y verano, ya que muchas de las personas que habían construido su refugio subían también a la cordillera a veranear. Pero a pesar de que la población era cada vez mayor, seguía siendo toda una aventura llegar a Farellones: el camino era de tierra, los descarrilamientos eran frecuentes, nevaba mucho y el frío hacía que se congelaran los motores. Para mantener la comida sin que se echara a perder, las familias hacían un iglú de nieve en el lado sur de las casas, donde guardaban los productos perecibles. Cuando se quedaban aislados, salían avionetas desde Santiago que lanzaban víveres hacia el pueblo.
Presente
Farellones cuenta actualmente con alrededor de 220 casas, y como durante todo la temporada de invierno es común que precipiten alrededor de cuatro metros de nieve, las actividades relacionadas a ésta son un punto importante de atracción. Posee canchas de esquí y a través de sus andariveles se puede acceder al centro de esquí El Colorado, que posee una mayor oferta de pistas. La Parva y Valle Nevado, los otros centros de esquí aledaños, además de El Colorado, se encuentran conectados con Farellones por una carretera. Pero los vecinos de este pueblo de montaña se han esmerado en enfatizar que Farellones es más que un centro de invierno y por ello dos temas lo tienen actualmente en la mira.
Por una parte, y dentro del período de consulta ciudadana, la Municipalidad de Lo Barnechea aprobó recientemente las modificaciones propuestas por los vecinos de Farellones al primer plan regulador de cordillera que normará el desarrollo urbano en este sector, que incluye también a los centros de esquí La Parva, El Colorado y Valle Nevado. Las observaciones a la normativa propuestas por la Corporación de Adelanto de Farellones (CAF) buscan que Farellones se preserve para las generaciones futuras como una localidad patrimonial de la cultura, donde esté en equilibrio el asentamiento con la naturaleza de montaña. Entre sus sugerencias están el considerar a Farellones como un pueblo de montaña y no como la “cabeza y centro” del equipamiento de todos los centros de esquí colindantes; hacer énfasis en la insuficiencia de la urbanización a fin de que los proyectos futuros se vean exigidos en materializar y mejorar su relación con el espacio público, y acotar las alturas máximas a fin de cuidar y preservar las vistas al contexto geográfico paisajístico, entre otros. El plan fue enviado a la Seremi de Vivienda para su aprobación.
Adicionalmente, y debido al reconocimiento del valor cultural y natural en Farellones, la Municipalidad de Lo Barnechea hizo un llamado a concurso con el fin de recibir propuestas innovadoras de diseño urbano que reformulen los espacios colectivos existentes en Farellones y propongan nuevos lugares de uso público tanto en su proceso de conformación como en su resultado final. El concurso “Diseño de espacios públicos para Farellones, un pueblo de montaña” fue un proyecto financiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes) en la convocatoria 2016.
Futuro
En Farellones se conjugan varios factores que deben considerarse al momento de pensar en su arquitectura y planificación urbana. El arquitecto chileno, director de la oficina DRAA y ex colaborador de Ladera Sur, Nicolás del Río, que ha construido refugios en el pueblo de Farellones y se ha especializado en la construcción en zonas montañosas y extremas, nos orienta en este ámbito.
Según tu opinión, ¿Qué caracteriza la arquitectura de Farellones?
Para mí Farellones se caracteriza por ser un magnífico laboratorio abierto de arquitectura de montaña, donde desde hace 80 años se han sucedido una serie de tendencias y experimentos, desde importaciones de estilos europeos como chalets, hasta prefabricados como las «cajas de fósforo», pasando por varios híbridos que resultaban de la búsqueda de estilos con materialidades locales. Lamentablemente, hay una época en que el pueblo estuvo más abandonado al perder importancia con el surgimiento de los nuevos centros a mayor altura, lo que produjo una serie de proyectos de mala calidad.
Constructivamente uno descubre que la arquitectura se trabaja mucho desde las capas materiales, sobretodo el uso de materiales sólidos (piedra) en el primer piso y livianos (madera) en el segundo.
¿Qué desafíos de la cordillera de Los Andes deben considerarse a la hora de proyectar en Farellones?
La cordillera a la altura de Farellones afecta principalmente con una menor temperatura promedio, menor humedad y un aumento de precipitaciones en verano en comparación al valle. Esto genera una serie de respuestas arquitectónicas que se podrían llamar “tradicionales” como lo es la chiflonera, ese espacio que media entre el interior y el exterior para no perder el calor en el invierno. Hay varias otras que en lo personal me ha interesado investigar, que es la manera de crear una arquitectura propia de un lugar, aunque como es lógico, por la falta de referentes y preexistencias en esta zona, es que se haya comenzado con una colonización de estilos que se fueron adaptando a la realidad local.
¿Qué tecnologías deberían aplicarse en la construcción de los refugios de Farellones pensando en minimizar los impactos en el medio ambiente y en el beneficio de las personas?
Más que tecnologías, por sobre todo un diseño compacto lo que conlleva una serie de beneficios en el aprovechamiento de energía y materiales, lo que resulta en un buen refugio. La postura que el proyecto tenga sobre la pendiente también es radical, como no exagerar el corte en el terreno, lo que produce desgaste y erosión. En cuanto a materialidad y tecnología, por la cercanía con Santiago, es bien amplia la posibilidad de sistemas que se pueden usar, aunque me inclino por materiales nobles que consideren el envejecimiento y desgaste por el sol y el frío como variables para considerar un envejecimiento de calidad. Es lamentable constatar que a menudo se prefiere la practicidad de materiales sintéticos que parecen ser otra cosa como madera, que solo se deterioran, no envejecen.
Al conocer otros pueblos de montaña en el mundo, ¿Crees que la arquitectura y planificación territorial de Farellones potencian el desarrollo de actividades al aire libre?
La planificación territorial es relevante en cuanto fija una tipología y una densidad, en ese sentido creo que Farellones reúne esa característica de vivienda aislada de baja densidad entre medio de jardines y árboles, que lo ha caracterizado como de los únicos pueblos de montaña del país. Las actividades al aire libre sin embargo son preexistencias que el pueblo permite aprovechar, habiendo de por medio factores culturales que lo encasillan solo al uso invernal, cuando el resto del año es igual o más potente. En mi percepción eso esta cambiando y así espero que siga en el futuro.
Farellones está pronto a crecer debido al cambio en su plan regulador, ¿qué elementos a tu parecer no deberían de perderse y cuáles deberían ser considerados en su planificación a futuro?
Justamente los que fueron bien reconocidos por los pioneros: la baja densidad, el privilegiar los jardines por sobre los autos, lo que se beneficia de las bajadas de esquiadores que son corredores públicos entre los sitios para permitir la llegada a todas partes ya sea con nieve o sin, aprovechando la gravedad. Esto es muy particular en este trazado, no hay imposiciones de grilla sino que una adaptación a la cota para ir venciendo pausadamente la pendiente. Espero que estas características se valoren y respeten, me parece que es una vecindad organizada y consciente de su patrimonio.
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Referencias
Farellones, historia de un pueblo de montaña (2015). Corporación de Adelanto de Farellones (CAF). 118 pp.
Informe de análisis y observaciones a propuesta de modificación de plan regulador sectores de cordillera, Farellones, Comuna de Lo Barnechea. Corporación de Adelanto de Farellones (CAF). 19 pp