El canquén colorado es uno de los cinco gansos nativos de Chile, y le debe su nombre a los particulares tonos canela que tienen en el cuello y el pecho, además de sus patas anaranjadas. En los libros de naturalistas antiguos de Tierra del Fuego, su presencia se registraba en miles de ejemplares, sin embargo, esa parece ser una postal del pasado. En el primer censo del canquén colorado que se realizó en Magallanes en el año 1999, se encontraron 25 parejas reproductivas de esta ave en la comuna de San Gregorio. Aquel lugar era tradicionalmente reconocido por la gran abundancia que tenía de ejemplares de este pájaro. Ocupando la misma metodología y fechas, se volvió a realizar un censo en el año 2018, pero los resultados no fueron igual de alentadores. En la misma comuna de San Gregorio sólo se encontraron tres parejas de canquenes colorados. Es decir, en menos de veinte años la población local se redujo en más de ocho veces.

©Sebastián Saiter/ Agrupación Ecológica Patagónica
©Sebastián Saiter/ Agrupación Ecológica Patagónica

“El gran problema de los colorados es la reproducción: que logren hacerlo lo suficiente como para que recuperen su población. A veces, ocurre que uno ve una pareja con siete pollos un día y se entusiasma, pero en el plazo de diez días a esa pareja les van a quedar menos pollos. Eso es un indicador de que las cosas no van bien”, comentó a Ladera Sur el ornitólogo Ricardo Matus, quien es uno de los líderes del Proyecto de Conservación del Canquén Colorado en Magallanes.

No hay un único factor que explique la disminución de la población de canquenes colorados, ya que varía en cada lugar en el que anidan o se alimentan. Sin embargo, Matus indica que la problemática es principalmente de origen antrópico, es decir, causada por el ser humano. Eso sí, su disminución se debe en gran parte a la introducción de carnívoros en Tierra del Fuego – su hábitat natural – tales como el visón americano (exótico) y el zorro gris, este último propio de Chile, pero no de este lugar, y que había sido introducido en esta zona con el fin de combatir la plaga de conejos europeos. Ambas especies son cazadoras de esta ave. Otro factor que perjudica la supervivencia del canquén colorado es la modificación de su hábitat, producto de la ganadería extensiva propia de la región. También está el caso de la explotación minera, ya que algunas de estas operaciones ocurren precisamente en lugares que son ocupados por esta especie.

Canquén Colorado ©Sebastián Saiter/ Agrupación Ecológica Patagónica
Canquén Colorado ©Sebastián Saiter/ Agrupación Ecológica Patagónica

Para el año 2003 ya se había advertido su progresiva desaparición. Es por esto que el Ministerio de Bienes Nacionales generó una propuesta de recuperación, conservación y gestión del canquén colorado, dentro de un plan llamado Recoge. Una de las medidas que se llevaron a cabo en ese entonces fue el cercado de la desembocadura del río San Juan, en la ciudad de Punta Arenas, ya que aquél era y sigue siendo uno de los sitios de anidación más importantes para este ave a nivel nacional. 

Pero eso estuvo muy lejos de ser una solución definitiva para proteger al canquén colorado.  Según Matus, al día de hoy mucha gente se salta el cerco, o bien, lo vandaliza, dejando importantes aberturas que se ocupan para entrar al recinto que debería estar protegido. “En el monumento natural el conflicto que viven estas aves es que tienen que convivir con personas que utilizan el sitio como un lugar de esparcimiento. Los fines de semana grupos de gente llegan a la desembocadura del río San Juan y sus alrededores para hacer camping, prender fogatas y de paso, dejar basura. Además de la práctica común de abandonar perros en el lugar”, agrega Matus, quien advierte que esos mismos canes terminan cazando canquenes colorados.

“El monumento natural sigue un poco en el papel. Está el terreno, está el cerco que trata de limitar el acceso al lugar, pero, en rigor, debería estar bajo la administración de la Corporación Nacional Forestal (CONAF). El cerco por sí solo, sin gente que vigile, no ofrece ninguna medida de protección”, recalcó el ornitólogo.

El caso del humedal Tres Puentes

Los canquenes colorados son aves migratorias que pasan gran parte del verano en la Región de Magallanes – al sur de Chile -, y en invierno salen del país, para llegar a mediados de mayo hasta el sur de la provincia de Buenos Aires, buscando un lugar más cálido. Cuando empieza a aumentar la temperatura a mediados de agosto, emprenden un viaje de regreso a Magallanes, su área de cría. Durante este último desplazamiento el canquén colorado pasa por el humedal Tres Puentes, al norte de Punta Arenas, para alimentarse. Este lugar fue declarado en 2008 como Sitio Prioritario para la conservación por el Comité Operativo Regional de Biodiversidad, y es una de las pocas reservas naturales que existen dentro de Punta Arenas. Su ecosistema es también visitado por 95 especies de aves en un área no mayor a 67 hectáreas.

Canquén Colorado ©Sebastián Saiter/ Agrupación Ecológica Patagónica
Canquén Colorado ©Sebastián Saiter/ Agrupación Ecológica Patagónica

 Entre los años 2014 al 2017, aprovechando que este sitio cumple con las características ambientales que requiere el canquén colorado para reproducirse, se llevó a cabo un proyecto del Ministerio de Medio Ambiente que consistió en introducir de forma experimental ejemplares de canquén colorado a partir de huevos criados en incubadora – proceso denominado translocación -. Sin embargo, aún no está claro el éxito de la iniciativa.

“La reproducción del canquén colorado es un proceso que lleva tiempo, pero igualmente reforzó la importancia de este humedal, que ya antes sólo era un sitio de parada. Pero como todos los humedales en Chile, particularmente los aledaños a las grandes ciudades, son lugares que son observados con ambición por parte de proyectos inmobiliarios, por lo que corren el riesgo de ser un sitio de relleno y convertidos en otra cosa. Es muy difícil saber lo que pasará con él, pero al estar al borde de la ciudad de Punta Arenas, lo pone en una situación bastante problemática”, señaló Matus. 

De hecho, debido a la presencia de viviendas cerca del humedal Tres Puentes, los perros domésticos también se han convertido en una amenaza para el canquén colorado, pero a diferencia de los que son abandonados en la desembocadura del río San Juan, en este caso son los dueños los que permiten a los caninos circular libremente en el humedal, “causando un daño importante, ya que estos animales conocen cuándo es la temporada de cría del colorado y cazan sus pollos”, recalcó Matus.

Al canquén colorado no le queda mucho tiempo

Según Matus, es complicado tratar de proyectar qué es lo que pasará con la población. Una esperanza es que podrían moverse a otro lugar y partir de cero, como lo hacen otras aves, que son muy persistentes respecto a la supervivencia. Pero Matus asegura que su visión es que la población ya no es muy viable con los números de éxito reproductivo que presenta. “Si pensamos que hace 20 años atrás veíamos una buena cantidad de pájaros en varios sectores de la región, y ahora los hemos perdido, en 30 años más podríamos estar viendo las últimas parejas”, comentó Matus. 

Canquén Colorado ©Sebastián Saiter/ Agrupación Ecológica Patagónica
Canquén Colorado ©Sebastián Saiter/ Agrupación Ecológica Patagónica

Según el ornitólogo, para hacer una acción de conservación que tenga un impacto importante deberían tomarse medidas contundentes y programas de muy largo plazo, cuestión que en Chile en general es bastante complicado. Considera que las medidas indicadas en el plan Recoge podrían servir, pero comenta que: “una cosa es que esté escrito en el papel, y otra es que se haga, porque uno nunca sabe muy bien por cuantos años puede contar con el apoyo, entusiasmo y fondos estatales. Es importante que tomemos medidas ya que el canquén colorado pertenece al patrimonio natural de Chile. Nuestro país ha firmado un acuerdo para evitar que estas cosas sucedan. Su presencia y su desaparición es nuestra responsabilidad”, concluyó.

 

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