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![¡No los confundas con los nativos! Rata, laucha y guarén, los tres roedores exóticos invasores de las ciudades](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-norvegicus-mikelane45.jpg)
¡No los confundas con los nativos! Rata, laucha y guarén, los tres roedores exóticos invasores de las ciudades
Los roedores urbanos en Chile, como ratas y ratones, son considerados una plaga constante en las ciudades, adaptándose a diversos entornos, desde desiertos hasta bosques. Entre las especies más comunes se encuentran la rata negra, la rata noruega y el ratón doméstico, las que desempeñan una serie de roles ecológicos en aquellos sitios donde son nativas, como ser recicladoras de nutrientes y dispersoras de semillas. Sin embargo, en Chile su impacto negativo como especies exóticas invasoras es bastante severo, ya que su presencia genera problemas de salud pública, transmisión de enfermedades, daños materiales y desplazamientos de fauna nativa. En esta nota te contamos más sobre ellos.
A principios de este año se hizo viral en las redes sociales un video en el que se aprecia un gran nido de ratas a un costado del Río Mapocho, en el límite entre las comunas de Santiago y Recoleta. Este registro despertó la preocupación de los internautas, quienes apuntaron a la falta de higiene como la causante de este brote. Sin embargo, las ratas y ratones son en realidad los animales más omnipresentes en las áreas urbanas, ya que han logrado adaptarse a las distintas realidades, con un éxito que pocas especies han logrado.
En Chile hay alrededor de 80 especies de roedores registradas, tanto nativas como introducidas y exóticas invasoras, siendo estas últimas las que habitan mayormente en las urbes. Por lo mismo, su comportamiento y características han sido estudiadas durante años, especialmente por su impacto directo en la salud pública y el entorno urbano.
De cualquier forma, la proliferación de ratas y ratones, junto con otros pequeños roedores, no es solo un fenómeno local, sino global. Estos animales, generalmente asociados con ambientes insalubres, han colonizado las ciudades de todo el mundo con tal efectividad que su presencia ha generado preocupaciones sanitarias, económicas y ambientales en diversas oportunidades a lo largo de la historia.
![Mus musculus. Créditos: David Illig.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/mus.musculus-david-illig-1024x683.jpg)
«En general, ellas transmiten muchas infecciones humanas o son parásitos de ellas. En el caso de la peste negra, eran las pulgas de ellas las que se transmitían la enfermedad entre ejemplar y ejemplar, terminando por transformarse en plaga. Defecaban y orinaban en el agua, la que no era purificada ni mucho menos, por lo que de esa forma se transmitía a los humanos», señala Agustín Iriarte, experto en mamíferos chilenos.
«Son muchísimas las plagas que transmiten, por eso es tan vital controlarlas. Todas estas empresas que hay de control de plaga, es fundamental tenerlas, porque realmente el impacto, el número de enfermedades que transmiten es muchísimo», agrega.
La relación entre los roedores y el ser humano en Chile no es reciente. Desde tiempos coloniales, los roedores han acompañado al hombre en su desarrollo, adaptándose a las nuevas estructuras creadas en el proceso. No obstante, a medida que la población crece y las áreas urbanas se expanden, los roedores siguen encontrando nuevos nichos en edificios, alcantarillados, mercados y viviendas.
![Ratón Colilargo (Oligoryzomys longicaudatus). Créditos: Francisco Riquelme Tapia.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/francisco-riquelme-tapia-colilargo-1024x913.jpeg)
«La planificación territorial de las ciudades influye de manera significativa en la expansión de estas especies exóticas invasoras, principalmente con la disposición de residuos. Estas especies exóticas invasoras pueden colonizar territorios. Son especies que pueden desplazar roedores nativos», profundiza Diego Peñaloza, médico veterinario y presidente de la Fundación Safari Conservation.
«A medida que las ciudades vayan aumentando su tamaño, y que no vaya ejecutándose una planificación adecuada, seguramente estas especies van a seguir aumentando y también llevándose a su paso a las especies nativas que habiten en esos lugares, tanto de flora, fauna, y hongos, ya que, a pesar de que no hay estudios, se describe que estos roedores consumen ciertos hongos», agrega.
![Rattus Norvegicus. Créditos: Kristine Radkovska.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-norvegicus-kristine-radkovska-1024x576.jpg)
Adaptación, proliferación y problemas asociados
Las ratas son, sin lugar a dudas, los roedores más conocidos y estudiados en ambientes urbanos. En Chile, son cuatro las especies que predominan en las ciudades: la rata negra (Rattus rattus), la rata noruega o guarén (Rattus norvegicus), el ratón doméstico (Mus musculus), y el ratón colilargo (Oligoryzomys longicaudatus), siendo este último el único nativo del territorio. Estas tienen adaptaciones que les permiten sobrevivir y multiplicarse en entornos urbanos, pero sus características y hábitos las distinguen.
«Las más diversificadas son tres especies, el Mus musculus, que es la laucha chiquitita; Rattus rattus, la rata negra; y el Rattus norvegicus, que es la rata que llaman “noruega”, pero es el guarén, que es un nombre mapuche, porque llegaron con los barcos españoles en 1560, por ahí. Están desde esa época, llevan más de 400-500 años en Chile», explica Iriarte.
![Mus musculus. Créditos: Haley.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/mus-musculus-haley-1024x683.jpeg)
La rata negra: Una especie de tejados y almacenes
La rata negra es quizás la especie más emblemática en los centros urbanos, siendo ingresada en el país gracias a los conquistadores españoles en el siglo XVII. Este roedor, catalogado como exótico e invasor, se distingue por su cuerpo alargado y su capacidad para escalar, lo que le permite vivir en áreas elevadas como techos, áticos y sistemas de ventilación. Su preferencia por estos lugares hace que se la encuentre especialmente en almacenes, viviendas y edificios de más de un piso, donde suele refugiarse en espacios de difícil acceso para otros animales.
«La rata negra es muy agresiva. Tiene una cola larga, puede llegar a los 20 centímetros en lo que es el cuerpo, la cola puede medir otros 15-20 centímetros, es una cola larga. Es más negra, agresiva, y también vive con nosotros», señala Iriarte.
![Rattus rattus. Créditos: Philippe Clement.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-rattus-philippe-clement-2-1024x576.jpg)
Este roedor es notablemente más ágil que las otras especies de ratas, lo que le otorga la habilidad de trepar y moverse con destreza por cables, tuberías y estructuras verticales. Su pelaje es de color negro o gris oscuro, con una cola larga y escamosa, que a menudo sobrepasa la longitud de su cuerpo. Si bien la rata negra es más común en las zonas costeras del país, su presencia se extiende a otras áreas urbanas.
En cuanto a su comportamiento, la rata negra es principalmente nocturna y tiene una dieta variada que incluye granos, frutas, carnes y, cuando no tiene acceso a alimentos frescos, puede alimentarse de basura. Esta capacidad para nutrirse de una amplia gama de productos le permite prosperar en todos los ambientes. Además, tiene una tasa de reproducción asombrosamente alta, lo que contribuye a su rápida proliferación.
«Si tienen suficiente alimento, ellos pueden tener mínimo dos, tres camadas al año. Son muy prolíficos. Y cada camada puede tener 10 a 12 crías. Entonces, en algunos países, es común, como en la historia El Flautista De Hamelin, ver esto con las ratas negras. Por ejemplo, el año pasado, que fue lluvioso, la primavera fue bastante rica, en pasto, árboles, en frutos, etcétera, y ellas aumentaron sus números», comenta Iriarte.
![Rattus rattus. Créditos: Shrike2.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-rattus-shrike2-1024x819.jpeg)
Los daños causados por la rata negra son numerosos: desde la contaminación de alimentos hasta la destrucción de cables eléctricos, con el riesgo adicional de incendios. Además, al igual que otras especies de roedores, es un vector de enfermedades, como la leptospirosis y el hantavirus, que son transmitidas a través de su orina, heces o saliva. Estas son potencialmente mortales, ya que afectan órganos vitales como los riñones, pulmones e hígado.
«El daño que han hecho las ratas domésticas en la civilización humana es terrible. Es lejos el ser biológico que más ha hecho daño a la humanidad. ¿Por qué? Partiendo por la peste negra o la peste bubónica, la que mató entre un tercio y un cuarto de la población mundial de Europa. Eso llegó, al parecer, desde Asia, se contagiaron y esto empezó a matar a muchas personas, y como había muy mala salubridad, los alimentos no estaban controlados, no estaban guardados, etcétera, eso produjo una muerte masiva de seres humanos. Entonces, lejos el agente que más ha matado seres humanos en el mundo, son estas tres especies», afirma Iriarte.
![Rattus rattus. Créditos: Craigjhowe.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-rattus-craigjhowe.jpg)
La rata noruega o guarén: el habitante subterráneo
Por otro lado, la rata noruega o guarén también es exótica e invasora, ya que se introdujo de forma accidental en América del Norte por colonos que llegaron en barcos desde Europa, propagándose por todo el territorio con el paso de tiempo. En cuanto a sus características, a diferencia de la rata negra, que prefiere los espacios elevados, la rata noruega se siente más cómoda en ambientes subterráneos, como alcantarillas, sótanos y acequias. Su cuerpo robusto y su pelaje gris o marrón la hacen fácilmente reconocible, y a menudo es más grande que su pariente la rata negra.
«El guarén es mucho más grande, puede llegar a grandes tamaños, pesando cerca de 500-600 gramos. Está muy asociada con el agua. Entonces, en general, vive cerca de canales de regadíos, de ríos, y humedales. No es de, por ejemplo, ambientes muy secos. Por lo mismo, es la que tiene más limitaciones para sobrevivir. Necesita agua», ahonda Iriarte.
![Rattus Norvegicus. Créditos: Nakornchaiyajina.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-norvegicus-nakornchaiyajina-1024x576.jpg)
![Rattus Norvegicus. Créditos: Andrew Waugh.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-norvegicus-andrew-waugh-1024x576.jpg)
La rata noruega es un animal muy adaptable, capaz de desplazarse grandes distancias en busca de comida. Se alimenta principalmente de restos de alimentos y puede causar problemas en áreas como vertederos, mercados, y sistemas de tratamiento de aguas. Sus hábitos nocturnos y su capacidad para ocultarse durante el día le otorgan una ventaja en su lucha por sobrevivir en el entorno urbano.
«Como viven con nosotros son bastante inmunes al cambio climático. Por ejemplo, Chile tuvo un período, hace poco tiempo, de unos 13 años de sequía. En ese momento, las especies nativas, las que viven en ambientes silvestres, bajaron ocho o diez veces su tamaño poblacional. En cambio, las ratas no, porque las ratas viven muy asociadas al hombre. Nosotros les proporcionamos alimento de forma permanente, así como áreas, parques y jardines y, por lo tanto, de todo el bienestar humano ellos se favorecen», afirma Iriarte.
![Rattus Norvegicus. Créditos: Mauribo.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-norvegicus-mauribo-1024x576.jpg)
«Hace poco, fui a una plantación de naranjos, donde la gente usaba unos perros, los que se subían a los árboles y arrojaban guarenes al suelo. Estaba lleno de guarenes. Entonces, ellos se adaptan muy bien. En este caso, su hábitat de vida era vivir entre el follaje de los naranjos», agrega.
Una de las principales características de la rata noruega es su habilidad para roer materiales duros como el plástico, el metal y la madera, lo que les permite acceder a edificios y tuberías. Además, esta especie tiene una alta tasa reproductiva, similar a la de la rata negra, y es capaz de producir varias camadas de crías por año, lo que contribuye a su expansión continua.
Asimismo, al igual que la rata negra, el guarén también puede transmitir, a través de sus fluidos y heces, una serie de enfermedades a los humanos, tales como: leptospirosis, hantavirus, enfermedad de Weil, fiebre tifoidea, entre otras más.
![Rattus Norvegicus. Créditos: Vassiliy Vishnevskiy.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-norvegicus-vassiliy-vishnevskiy-1024x576.jpg)
El ratón doméstico: un pequeño invasor
El ratón doméstico o laucha, aunque de menor tamaño que las ratas, también habría llegado con los conquistadores españoles en el siglo XVII, siendo así considerada de igual manera como una especie exótica e invasora. Es capaz de moverse con facilidad por espacios reducidos y de adaptarse a una gran variedad de hábitats dentro de las ciudades, como casas, almacenes y fábricas.
«La laucha es muy pequeña, está en todas las casas, es muy común. Además, lleva adaptándose al ser humano desde hace 2000-3000 años. Entonces, llevan muchísimo tiempo, ya son parte de nuestra vida. Es chiquitita, come grano, en general es muy semillera, aunque puede comer cualquier cosa, y es gris», señala Iriarte.
![Mus musculus. Créditos: César Favacho.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/mus.musculus-cesar-favacho-1024x844.jpg)
Este roedor es principalmente herbívoro, aunque no desprecia los restos de comida animal. Su pequeña estructura corporal le permite acceder a lugares que las ratas más grandes no pueden, y su alta tasa reproductiva hace que se convierta rápidamente en una plaga si no se controla adecuadamente.
Aunque los ratones suelen ser menos problemáticos en términos de destrucción física, son igualmente vectores de enfermedades, como la salmonelosis (afecta el aparato intestinal) y la leptospirosis. Además, su capacidad para contaminar alimentos es una preocupación constante en hogares y negocios.
«Es bastante conocido, en este caso, que esta especie exótica invasora puede transmitir enfermedades que son letales, como el hanta. Sin embargo, hay otro tipo de enfermedades también, como la leptospirosis (más asociada al guarén), que se transmite por leptospira, que es producto de la orina, por ejemplo. Entonces, esas son las principales enfermedades de las que podríamos hablar, que además tienen implicancias en salud pública, porque afectan a las personas y podrían también, como en el caso de la leptospira, afectar animales», explica Peñaloza.
![Mus musculus. Créditos: Steve Collins.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/mus-musculus-steve-collins.jpg)
El ratón colilargo: un habitante del sur
Por último, el ratón colilargo es el roedor urbano menos común, pero igualmente importante. Se trata de una especie que se encuentra principalmente en las zonas más húmedas del sur de Chile, siendo nativo del territorio, al igual que el degú, la chinchilla, el coipo, la vizcacha, el lanchón orejudo de Darwin y el cururo. Este pequeño ratón, por su parte, es conocido por su cola excepcionalmente larga, que puede ser incluso más larga que su cuerpo. A menudo se le asocia con la transmisión de enfermedades como el hantavirus, debido a su tendencia a habitar áreas rurales y forestales.
Aunque su presencia en zonas urbanas no es tan extendida como la de las otras especies, su capacidad para adaptarse a distintos hábitats y su potencial como reservorio de enfermedades hacen que sea importante prestar atención a su proliferación en algunas regiones. Además, al ser nativo, cumple un rol en el ecosistema que habita.
![Ratón Colilargo (Oligoryzomys longicaudatus). Créditos: Leonardo Tempesta.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/leonardo-tempesta-colilargo-1024x721.jpeg)
Los roles ecológicos que cumplen
Aunque la mayoría de las veces los roedores urbanos son vistos como una molestia debido a sus efectos negativos sobre la salud humana y los daños materiales que causan, estos animales también juegan un rol dentro de los ecosistemas que habitan, siempre y cuando sean nativos del territorio.
Uno de los roles ecológicos más importantes de los roedores, especialmente de las ratas y ratones, es su participación en el proceso de descomposición y reciclaje de nutrientes. Estos animales, al ser omnívoros, se alimentan de una amplia variedad de materias orgánicas, incluidas plantas muertas, restos de animales y desperdicios humanos. Al consumir estos materiales, los roedores contribuyen al desecho de materia orgánica, facilitando su transformación en nutrientes que pueden ser absorbidos nuevamente por el suelo. Aunque este proceso es más visible en áreas rurales o silvestres.
![Rattus Norvegicus. Créditos: Mikelane45.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-norvegicus-mikelane45-1024x576.jpg)
Otro aspecto importante de los roedores es que actúan como fuente de alimento para una variedad de depredadores, tanto en áreas urbanas como en zonas rurales. Serpientes, aves rapaces, zorros, gatos salvajes y otros carnívoros dependen de los roedores como una fuente constante de alimento. De hecho, algunas especies de rapaces, como los halcones y las lechuzas, se alimentan casi exclusivamente de roedores.
Los roedores también pueden ser considerados como indicadores biológicos de la salud de los ecosistemas urbanos. Debido a su alta capacidad para adaptarse rápidamente a cambios en su entorno, su presencia o ausencia puede reflejar la calidad ambiental de una ciudad. Si bien su proliferación masiva puede ser señal de problemas como el exceso de basura o la falta de control sobre los hábitats urbanos, también puede ser indicativo de cambios en las condiciones del entorno, como la disponibilidad de recursos o la contaminación.
![Rattus Norvegicus. Créditos: Mikelane45.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-norvegicus-mikelane45-2-1024x576.jpg)
En las zonas rurales, algunas especies de roedores, especialmente las de mayor tamaño, juegan un papel fundamental en la aeración del suelo y la dispersión de semillas. Aunque en las áreas urbanas este papel es menos evidente, algunos roedores urbanos también pueden contribuir al proceso de aireación del suelo, al excavar túneles en terrenos blandos, jardines y áreas de césped. Este tipo de actividad subterránea puede favorecer la penetración de agua y nutrientes, contribuyendo indirectamente a la salud de la vegetación.
En cuanto a la dispersión de semillas, algunas especies de roedores, como los ratones y las ratas, transportan y almacenan semillas en sus nidos o madrigueras. A través de este comportamiento, facilitan la dispersión de ciertas plantas, contribuyendo a la biodiversidad en el entorno urbano. Este proceso de dispersión, aunque menos evidente que en los ecosistemas naturales, ayuda a que algunas especies vegetales se establezcan en nuevas áreas.
![Rattus Norvegicus. Créditos: Mikelane45.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-norvegicus-mikelane45-2-1-1024x576.jpg)
Sin embargo, en el caso de Chile, al estar catalogadas estas especies como exóticas e invasoras (sin contar al ratón colilargo que es nativo), estos posibles impactos positivos no se ven reflejados de ninguna manera, siendo mucho mayores los daños que producen.
«Cumplen una función en el ecosistema donde evolucionaron. Entonces, en el caso de la especie exótica invasora, como estos ejemplares, el rol ecológico pasa a segundo plano, porque las afectaciones son mucho mayores de lo que pudiesen generar hacia el ecosistema, por lo menos, en lo descrito hasta ahora. Por eso la categoría de especie exótica invasora, ya que va más allá de solo una especie introducida que no genera daños, sino que es una especie introducida, pero que a la vez está generando daños en el ecosistema», señala Peñaloza.
![Rattus rattus. Créditos: Philippe Clement.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/rattus-rattus-philippe-clement-3-1024x576.jpg)
«Hay especies que son capaces de controlarlas, por ejemplo, las aves nocturnas son muy buenas para eso, pero debido a su agresividad, en general prefieren roedores nativos. Los búhos, las lechuzas, les resulta mucho más fácil comerse una nativa, que no da pelea, en cambio, una rata negra es demasiado agresiva. Por ello es que les llamamos especies exóticas invasoras. A veces hay especies que son exóticas, pero no invasoras, como la codorniz, que está en Chile hace unos 60-70 años, pero no generan daños, no es una especie que perjudique a otras o que compita con ellas. Estas no, son dañinas para la actividad humana en general y para la biodiversidad nativa», ahonda Iriarte por su parte.
Por lo mismo, es crucial mantener sus poblaciones bajo control, existiendo diversas formas de hacerlo. Algunos métodos son más agresivos y violentos, como el uso de venenos, trampas y anticoagulantes, mientras que otros son menos directos y pasivos, principalmente enfocados en un mejor manejo de los residuos.
![Ratón Colilargo (Oligoryzomys longicaudatus). Créditos: Siafu.](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/siafu-colilargo-1024x684.jpeg)
«En general son sumamente agresivos, por lo que desplazan a los otros. Ellos no solo comen cosas nuestras, sino que, si una rata negra o un guarén puede capturar a un anfibio, roedor silvestre o a un ave silvestre, lo hace. Son terribles, impactan sobre nuestra biodiversidad, nuestras cosechas, todo. Ahora, si tú me preguntaras, por ejemplo, si es posible controlarlas y erradicarlas, yo te digo que no, definitivamente no. Tú puedes controlar las poblaciones, puedes bajarlas, pero ellas se adaptan a todo, por lo que es necesario crear nuevas variedades, nuevos sistemas de control biológico», profundiza Iriarte.
«Las estrategias más efectivas serían principalmente disminuir la disponibilidad de alimento y de hábitat para estos animales dentro de la casa. Los residuos que estén en contenedores con tapa, idealmente separar, para así no mezclar lo orgánico con lo inorgánico, debido a que se acercan muchísimo más a lo orgánico, y que, al haber basura toda junta, puede aumentar mucho el volumen. También eliminar grietas que pueden haber en las casas, donde pueden estar ingresando y, en el fondo, si es que hay especies nativas que puedan depredarlas, como aves rapaces, reptiles o carnívoros nativos, favorecer también de que estos animales se mantengan cerca de la casa», agrega Peñaloza por su parte.