Quien la haya visto, difícilmente podría olvidarla. De vuelo pesado y aleteo pausado, llamativos colores que van del gris oscuro, al verde, pasando por blancos, rojos y castaños y un tamaño que en las hembras alcanza los 11 cm de punta a punta de las alas –lo que la convierten en la mariposa más grande de Chile–, la mariposa del Chagual es sin duda una de las más bellas que habitan en el país.

©Patricio Novoa
©Patricio Novoa

Pero si hace unos años para esta fecha era común encontrar ejemplares revoloteando entre cerros y quebradas costeras de la zona centro y sur de Chile, este espectáculo está siendo cada vez menos común. Lamentablemente esta especie endémica de Chile ya se encuentra catalogada como Casi Amenazada, y ha visto sus poblaciones disminuir de manera constante en los últimos años. ¿La principal razón? Las plantas que esta especie utiliza para alimentarse, refugiarse y colocar sus huevos, se han visto diezmadas por la acción humana.

Daño colateral

©Alejandro Soffia
©Alejandro Soffia

La mariposa del Chagual (Castnia eudesmia)  –que en realidad se trataría de una polilla de hábitos diurnos–, es la única mariposa de la familia de las Castnias en Chile, se puede encontrar entre las regiones de Coquimbo y del Biobío y recibe su nombre por la simbiosis que existe entre ella y el chagual o puya; ésta depende de la Puya bertoniana y Puya alpestris para sobrevivir. Mientras los adultos se alimentan exclusivamente del néctar de sus llamativas flores –ayudando en su polinización–, la larva taladra el tallo de la planta y consume los tejidos en forma de pulpa blanca y jugosa.

Esta larva puede llegar a medir 10 cm y es capaz de destruir el tallo completo del chagual hasta alcanzar su madurez, un proceso que puede durar de 1 a 2 años. Finalmente arma con restos de aserrín y hojas la crisálida que la albergará hasta que finalice su metamorfosis. 

La pupa puede llegar a medir 20 cm ©Romina Bevilacqua
La pupa puede llegar a medir 20 cm ©Romina Bevilacqua

Lamentablemente esta dependencia hoy le está jugando una mala pasada a la mariposa más grande de Chile. Ya clasificados como Vulnerables, los chaguales han disminuido considerablemente en los últimos años debido principalmente a amenazas como el desarrollo de proyectos inmobiliarios y construcción de oleoductos, gasoductos, tendidos de alta tensión o carreteras; la plantación de frutales como paltos y vides en las laderas de cerros o bien su explotación con fines gastronómicos. Como consecuencia, al desaparecer su principal sustento y guarida, también las mariposas han comenzado a desaparecer.

©Patricio Novoa
©Patricio Novoa

Son casos como éstos los que deberían abrirnos los ojos y enseñarnos a valorar nuestras especies nativas y ecosistemas. Nunca se sabe cómo la desaparición de una especie, podría condenar a otra. Así que hoy el llamado es a conocer la biodiversidad que nos rodea, a valorarla, protegerla y por qué no, en lo posible, incorporar flora nativa en nuestros jardines.

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