Un oso polar desnutrido, que apenas se puede mantener de pie, buscando comida para sobrevivir. Estas son las imágenes que National Geographic (NatGeo) publicó en un video el año pasado que pronto se volvió viral y abrió un debate sobre las condiciones en las que se encuentra esta especie por los efectos del cambio climático. La triste escena se grabó en la isla de Baffin, en el Archipiélago Ártico Canadiense y podría estar repitiéndose en muchas partes de la zona ártica, al norte del mundo.

Un reciente estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) concluyó que esta especie gasta 1,6 veces más energía en sus actividades diarias de lo que se había previsto anteriormente. Es decir, en comer y desplazarse. Debido al deshielo en la parte estacional del Polo Norte –zonas en las que el hielo se derrite por completo en verano y  en otoño–, a los osos les cuesta más cazar su principal alimento, las focas pequeñas, y se desplazan mucho más para poder conseguir comida.

Las focas pequeñas son nadadoras muy eficaces y pueden sobrevivir mucho tiempo bajo el agua, lo que hace difícil que los osos polares cacen en aguas abiertas. Entonces lo que hacen es usar su fuerza para capturar a las presas sobre o través del hielo.

El estudio reveló que un oso puede caminar por horas antes de encontrar su presa y luego más en esperar que salga a la superficie. Si es que esto pasa, es probable que falle en cazarla porque tienen que ser muy rápidos y eficaces. de hecho, se estima que menos de un 2% de los intentos de caza de osos polares resultan exitosos.

Eso significa esperar más tiempo para encontrar otro alimento. Menos comida, significa también recorrer mayores distancias. Todo esto se traduce en que gastan más energía de la que consumen.

Fue así como en un períodos de 12 días de los nueve osos estudiados, cinco fallaron en su caza. De ellos,  cuatro perdieron 10% de su masa corporal. Sin embargo, otros cuatro que sí cazaron ganaron el mismo porcentaje. Según las conclusiones, esta importante variación en su masa corporal en un período tan corto de tiempo sería una demostración de cómo dependen los osos polares de una dieta alta en grasas, la que obtienen de las focas pequeñas.

Este año, el Polo Norte ha tenido las temperaturas más altas en la historia. Hay menos cantidad de hielo y éste se desplaza. El estudio del USGS demostró que esto tiene efectos en la alimentación de los osos polares porque significa que hay menos criaturas, su supervivencia es más baja y su condición corporal se ve afectada. De hecho, la población de osos polares en Alaska y Canadá disminuyó en un 40%.

Del oso polar de National Geographic no se supo más. En la página del medio, uno de los autores dijo que probablemente murió. ¿Es un posible futuro para todos los osos polares? Steven Amstrup, director científico de Polar Bears International, explicó a NatGeo que no hay biólogos que afirmen que todos los osos polares estén en peligro ahora, pero que sí hay algunos que lo están, y que esos son la prueba de lo que está por venir.

1 Comentario

1 Comentario

  1. Karla Muñoz

    Me ayuda mucho

Responder...