Los Maquis: el proyecto hidroeléctrico ejecutado sin evaluación ambiental en Aysén
Desde enero de 2020, la empresa Edelaysén está ejecutando, sin evaluación ambiental, el proyecto “Rehabilitación Mini Central Hidroeléctrica Los Maquis 2 x 500 kW”, ubicado en las cercanías de Puerto Guadal, a 115 kilómetros de Chile Chico. La empresa retomó sus trabajos en la Región de Aysén en febrero del presente año, lo cual ha generado preocupación tanto en los habitantes de la zona, como en los defensores ambientales. La riqueza de la cascada Los Maquis desemboca en su valor natural y en el sustento de quienes habitan sus cercanías. Conversamos sobre la problemática con el periodista Patricio Segura, activista por la causa «Los Maquis libre».
Ubicada 5 kilómetros de Puerto Guadal, la cascada Los Maquis se encuentra al interior de la Zona de Interés Turístico (ZOIT) Chelenko, uno de los puntos álgidos del turismo en la Región de Aysén por sus múltiples pozones y saltos, incluyendo uno de 25 metros de altura. Promocionado por la propia Municipalidad de Chile Chico e incluso por la Ruta de los Parques de la Patagonia, el lugar se destaca por su prístina belleza y un entorno biodiverso. Sus ecosistemas asociados son de alto reconocimiento, inspirando incluso el nombre del proyecto que coloca al lugar bajo amenaza.
En el presente, Edelaysén, perteneciente al Grupo Saesa (transnacional canadiense) puso a cargo OBE Chile para comenzar los trabajos de construcción, los cuales se iniciaron a principios del presente año. Con el fin de rehabilitar una central hidroeléctrica de paso, las voces de alerta apuntan a que se está poniendo en riesgo el futuro del lugar y el cauce del río, con la promesa del “retorno” del agua tras su intervención.
En el lugar existió una antigua y pequeña generadora (370kW) que abasteció a la Mina Escondida, compañía que dejó de operar a mediados de los 80. El proyecto actual busca hacer uso de esta misma, basando su ejecución con los estándares ambientales de hace 40 años atrás. Esto se suma, tras contar con cláusulas caducadas a la realización de un trabajo que retomó sus vías -pese a haber acordado aplazar su construcción por el estado de emergencia debido a la contingencia COVID-19- al hecho clave de no contar con una evaluación de impacto ambiental.
Desde enero de 2020, Edelaysén ejecuta, sin evaluación ambiental, el proyecto “Rehabilitación Mini Central Hidroeléctrica Los Maquis 2 x 500 kW” (1MW), que se presenta como el mejoramiento de una instalación ya existente. Esta propuesta ha sido aceptada por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) para el cual “es posible concluir que las modificaciones al proyecto propuestas no constituyen cambios de consideración”.
El negocio del agua
Las obras a cargo de OBE Chile constituyen una de las partes del engranaje que lleva a cabo el proyecto; mandatado por Edelaysén, perteneciente al Grupo Saesa, una trasnacional canadiense propiedad de Ontario Teachers Pension Plan Board y Alberta Investment Management Corp. Los derechos de agua originales son de 1985 y 2003, que por años estuvieron en manos de Enrique Valdivieso Valdés, dueño de los terrenos donde operaba la antigua central con el agua del río Los Maquis. En 2017 traspasó estos derechos a Inversiones El Chabunco (que constituyó junto a su primo Eugenio Valdés), sociedad que entregó en 2018 el usufructo de los derechos de agua a Edelaysén para la construcción de la central.
El inicio de esta gestión se remonta al año 2001, cuando Enrique Valdivieso Valdés adquirió mediante licitación pública a la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), un total de 8,74 hectáreas en el lugar (a su vez, los 500 litros por segundo del río). Luego, el año 2003, Valdivieso firmó un documento asegurando que al momento de adquirir los derechos de agua no se comprometerían áreas silvestres protegidas, y que fuera de dichas áreas no se causarían daños al medio ambiente ni al patrimonio cultural o al progreso de la zona ni de sus pobladores.
Ahora, estas licitaciones repercuten en el oído de quienes luchan día a día por retornar los cauces naturales de estas fuentes de agua. En la práctica, la compañía comenzó a construir sin contar con los derechos de agua que harían posible la operación de la central. Las faenas obviaron que la Ley de Bases del Medio Ambiente dice expresamente en su Artículo 10 (letra p) que debe ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) todo proyecto en “áreas colocadas bajo protección oficial”.
El Art. 10 de la Ley 19.300 establece un listado de 19 tipos de proyectos que la ley presume pueden generar impactos ambientales en su área de influencia. Ahí, la letra C establece que deben ingresar al SEIA “centrales generadoras de energía mayores a 3MW” y luego, en la letra P, dispone que deben ingresar al SEIA las Áreas Protegidas o “cualquiera otras áreas puestas bajo protección oficial”. La central Los Maquis se construye dentro de la Zona de Interés Turístico (ZOIT) Chelenko, por lo cual debió evaluarse con declaración o estudio de impacto ambiental.
El 3 de agosto de 2020 el Departamento de Agua Potable Rural de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) de Aysén informó mediante una minuta solicitada por vía ley de transparencia, que los derechos de agua de Inversiones El Chabunco efectivamente han obstruido el acceso al agua a los pobladores. El organismo reconoció que existe una “demanda de pobladores que se encuentran en la periferia de la localidad y que no se encuentran conectados al sistema de agua potable rural (APR) de la localidad”.
Luego que la DOH realizara la consulta a la Dirección General de Aguas (DGA), se le informó mediante la minuta vía ley de transparencia que “no existe disponibilidad para constituir derechos de aprovechamiento de agua sobre el Río Los Maquis, lo que limitaría la opción de evaluar la construcción de un sistema gravitacional que pueda abastecer a las familias del sector alto de Puerto Guadal y al propio sistema APR. Lo anterior implica que sólo será posible evaluar los costos de reevaluación del recurso desde el lago General Carrera, lo que podría volver inviable el proyecto”.
Patricio Segura, periodista y activista de la causa «Los Maquis Libre» relata: “La primera discusión es que ellos dicen que en el fondo la Zona de Interés Turístico Chelenko no está considerada como un área bajo protección oficial, siendo que hay múltiples dictámenes del SEA y de los tribunales que han establecido que las ZOIT sí pueden ser consideradas áreas bajo protección oficial para los efectos de la ley de base del Medio Ambiente 19.400” (…) “Lo cual nosotros revertimos declarando que en el fondo, el decreto de creación y el plan de acción establecen que uno de los objetivos tiene que ver con el desarrollo sustentable y éste se establece fundamentalmente -más allá de que tenga la pata económica y social- por temas ambientales y ecológicos”.
El Código de Aguas de Chile establece un propietario con derechos de uso, donde éste puede arrendar, comprar y vender los derechos como cualquier otra propiedad.
Estado natural
Vecinos que habitan en el sector cercano a la cascada han denunciado que, producto de las faenas, existen cortes de ruta en los horarios “que la empresa estima pertinente”, y a su vez, dicen que se han talado árboles de manera indiscriminada, según denuncian en «Los Maquis libre», organización ciudadana que reúne a vecinos y activistas por la causa. Aunque el problema que preocupa por sobre todo, es el efecto que ha tenido el caudal de las cascadas, del río, donde han caído rocas y escombros, poniendo en peligro la conservación de la biodiversidad nativa y el sustento del agua para la población.
La intervención y desvío de los ríos dificulta la libre circulación de especies, causando la fragmentación del hábitat, e, incluso, la interrupción de la conectividad reduce los sitios de desove (peces y anfibios que depositan sus huevos allí), afectando su reproducción y hábitat. La disminución en la concentración de oxígeno disuelto causa la mortandad de peces y otras especies acuáticas.
“El problema fundamental en torno a este tipo de intervenciones es el de meterle una variable técnico-económica a un estado natural”, dice Segura. Si bien existe la promesa de un tratamiento «respetuoso» al lugar, actualmente las pruebas y contradicciones transparentan un fallo que debiese ser reconocido en su tratamiento legal, considerando que se encuentra oficialmente en vías de completar su reconstrucción, la comunidad no baja los brazos hasta que esta cese sus trabajos y por lo mínimo, cumpla con las normas ambientales.
Vale destacar que el día 20 de abril, fue rechazada por la Corte de Apelaciones de Coyhaique el recurso que de protección presentado en contra Edelaysén, el Servicio Regional de Evaluación Ambiental y la Superintendencia del Medio Ambiente, por la ejecución del proyecto de rehabilitación de la central hidroeléctrica Los Maquis, recurso que buscaba acreditar arbitrariedad e ilegalidad en la rehabilitación del proyecto ejecutado.