Liberación y adaptación monos araña Créditos: Michael Tweddle
Liberación y adaptación monos araña Créditos: Michael Tweddle

A 781 kilómetros al este de Lima, Perú, se encuentra la Provincia de Tambopata, una de las tres provincias que componen el departamento Madre de Dios. Esta corresponde a territorio de la Amazonía Peruana, en donde hay una gran variedad de fauna y flora. Jaguares (Panthera onca), monos aulladores (Aloutta), guacamayos (Ara) o el águila arpía (Harpia harpyja), son algunos de los animales presentes en el lugar.

Al igual que en gran parte de la selva amazónica, en esta región hay un gran número de animales en peligro de extinción, ya sea por causas naturales, caza o contaminación en el entorno, etc. Otros, directamente han desaparecido, como lo son los monos araña (Ateles chamek), conocidos por los oriundos como “Maquisapas”. Hace alrededor de 40 años estos animales habitaban el sector bajo Madre de Dios en la provincia.

Mono araña adulto Créditos: Michael Tweddle
Mono araña adulto Créditos: Michael Tweddle

Rescate de monos araña en Taricaya

En 2001, Fernando Rosemberg y un colega crearon la Reserva Ecológica Taricaya, con el sueño de preservar las especies en peligro de extinción de la selva amazónica peruana. En 2008 decidieron tener su propio centro de rescate, con el permiso correspondiente del Gobierno del Perú. Dentro de esos 7 años en los que tomaba forma su proyecto, se hizo un monitoreo de fauna dentro de la concesión ecoturística de Taricaya, correspondiente a 470 hectáreas. En este estudio, se descubrió la inexistencia de Maquisapas (monos araña), quienes antes habitaban el territorio. Así, la Reserva Ecológica Taricaya tomó como uno de sus principales objetivos el reintroducir esta especie en la zona del Bajo Madre de Dios, liberando al primer grupo en el 2010.

Mono araña adulto Créditos: Michael Tweddle
Mono araña adulto Créditos: Michael Tweddle

Fernando explica por qué esta especie desapareció de la zona: “Generalmente en la Amazonía Peruana, los monos grandes como el mono araña son apreciados por su carne. Entonces, cuando la gente sale a hacer actividades de recolección de castaña, madera u otros productos de la selva, portan sus armas. Ven a lo lejos una sombra negra, que puede ser el maquisapa y deciden dispararle, ya que no tienen tanta carne refrigerada. En algunos casos las crías sobreviven y las personas se las llevan ya sea por costumbre u otras razones”.

En el caso de los monos que son extraídos de su hábitat, cuando maduran empiezan a tener un comportamiento más alterado. Por ello, las personas que los portan deciden deshacerse de ellos, ya sea de modo voluntario o bajo confiscación del Servicio Forestal de Flora y Fauna (SERFOR), quienes los entregan a centros de rescate autorizados.

Entre el proceso de rescate de monos y su liberación final hay una serie de filtros que van reduciendo los casos de éxitos. Primeramente, las crías se someten a diferentes estudios para verificar si poseen enfermedades de antropozoonosis, es decir, enfermedades transferidas desde el humano al animal. Si este las posee, las cuales mayormente son herpes, hepatitis o TBC, se decide sacrificarlo, puesto que si entra a la selva portando una de estas enfermedades, puede poner en peligro a gran parte de la biodiversidad local. “Desde el 2010 hasta la fecha hemos recibido aproximadamente 120 monos araña, de los cuales desgraciadamente 50% tuvieron que ser sacrificados por el tema de las enfermedades virales”, señaló Fernando.

Mono araña en cautiverio con Fernando Créditos: Michael Tweddle
Mono araña en cautiverio con Fernando Créditos: Michael Tweddle

Adaptación a la madre selva

El mono araña es un animal de hábitos diurnos y arborícola que habita principalmente en la selva amazónica de Bolivia, Brasil, y Perú. Tiene extremidades largas y una cola fuerte que le permite un mayor movimiento entre las ramas y árboles de la selva. Rara vez se les ve en cuatro patas. Viven en bandas de entre 20 y 30 monos, sin embargo, no es común verlos juntos a todos. Suelen moverse en subgrupos de hasta 3 o 5 ejemplares.

La principal alimentación de estos primates son las frutas que extraen de los árboles, miel, bayas y hojas. También pueden comer pájaros, ranas e insectos.

Sin embargo, todas esas adaptaciones y costumbres se pierden cuando un mono es arrebatado se su hábitat a temprana edad. Fernando explica que principalmente recibe crías o jóvenes que necesitan pasar por un largo proceso de adaptación.

Madre e hijo monos araña Créditos: Michael Tweddle
Madre e hijo monos araña Créditos: Michael Tweddle

Inicialmente, los primates son colocados en cautiverio dentro de jaulas de 6m de ancho, 10m de largo y 4m de altura, en donde son agrupados con otros primates que llegan en condiciones similares. Normalmente llegan muy flacos, con poco pelaje, descuidados y en algunos casos con perdigones en el cuerpo. Debido a lo anterior se realizan constantes monitoreos a su estado, analizando posibles infecciones o lesiones.

El proceso acostumbra a durar unos 3 años, en donde aprenden a vivir en grupos de no más de 8 monos por banda. Durante el proceso, por instinto los monos juegan entre ellos, siendo un paso fundamental para su supervivencia, ya que mejora las habilidades de movimiento en el entorno y los “une” como grupo.

Trepando los árboles amazónicos

El proceso de liberación resulta ser uno de los más complejos, pero a la vez mágicos. Consiste en viajes grupales en donde transportan a los monos en una jaula pequeña hacia un lugar ya estudiado, en el cual se concretaría la liberación final.

Después de hacer una larga caminata por la selva, se abren las jaulas y se les presenta a los maquisapas lo que será su nueva casa.

Raúl Bello, Biólogo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Estación Biológica Kawsay, ha participado activamente a lo largo del estudio de los monos araña como de los procesos de adaptación y liberación. Explica que “en general este es un proceso individual para cada mono, por eso hay que estar atento a cada individuo para darles el soporte que requieran”.

“En este proceso ellos deben estar aprendiendo a cómo desplazarse por el bosque, a encontrar comida, lugares para dormir y todo lo que necesiten. De esta manera, poco a poco, van regresando a una vida libre, deben ir aprendiéndolo, porque al inicio no saben estas cosas”, agrega.

En este punto, los expertos acampan junto a los monos dentro de la selva para acompañar el proceso, estudiar sus comportamientos y ayudarlos de ser necesario. “Inicialmente los acompañamos de manera diaria durante el primer mes y de a poco nos vamos yendo del lugar”, dice Bello. El equipo del biólogo, compuesto por veterinarios y voluntarios, propisian de comida a los animales de ser necesario, evitando que el grupo se separe. De a poco la van retirando, esperando que el mono puedo buscar su propio alimento.

Alimentación monos araña Créditos: Michael Tweddle
Alimentación monos araña Créditos: Michael Tweddle

Lamentablemente, aquí ocurre otro filtro en donde se decide si el mono será o no liberado de manera definitiva. Si el espécimen no logra tener una adaptación adecuada, no logra integrarse al grupo o no demuestra las habilidades necesarias para sobrevivir, es devuelto a cautiverio, esperando que en un futuro su situación mejore.

En la selva, pero nunca solos

Michael Tweddle, fotógrafo profesional peruano y conservacionista, ha acompañado este proceso desde 2017, en donde ha podido capturar con su lente como los monos llegan, se adaptan y son liberados. Realiza incursiones grupales bajo su proyecto familiar EpicTerra Expeditions, en donde invita a las personas a conocer este tipo de iniciativas y fomenta el cuidado de especies tan valiosas. “Desde el punto de vista de fotógrafo, utilizo este material para difundirlo y crear conciencia desde el periodismo de conservación. Llevo a personas para que vean la realidad de estos casos y sean ellos mismos quienes difundan estos tipos de proyectos. No basta con poner la foto bonita, hay que ayudar a los proyectos de conservación”, nos dice respecto a su labor y objetivo.

Michael Tweddle con mono araña
Michael Tweddle con mono araña

El proyecto ya es considerado para muchos como un éxito total. Hasta la fecha se han liberado 10 grupos de monos: algunos solo de machos, otros solo de hembras y otros de carácter mixto. Incluso, de los primeros grupos liberados (2011, 2013 y 2014) ya existen crías de las crías nacidas en la selva, es decir, maquisapas adaptados 100% a la vida en el Amazonas, sin ningún tipo de acercamiento a los humanos.

Por su parte, Raúl Bello continúa el monitoreo de algunos de estos monos, los cuales portan collares tecnológicos que facilitan su seguimiento y monitoreo. Para él, el trabajo aún no termina, si bien está orgulloso y agradecido de todo lo logrado, enfatiza: “Si es que no se hace un manejo poblacional con lo que se está soltando, estos grupos podrían desaparecer para el 2040. Todavía no hay un número adecuado de individuos para mantener una población, ya que además de estos no hay otros grupos de monos araña por este lugar”.

Cría mono araña Créditos: Michael Tweddle
Cría mono araña Créditos: Michael Tweddle
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