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![Las madres lobas de isla Guafo: Una puerta al fascinante mundo de la crianza y desarrollo de los lobos marinos](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/madre-cria-7-guillermo-mariman.jpg)
Las madres lobas de isla Guafo: Una puerta al fascinante mundo de la crianza y desarrollo de los lobos marinos
Recientemente investigadores chilenos de la organización Guafo Science descubrieron cómo el comportamiento de alimentación de las madres de lobo fino austral (Artocephalus australis) afecta sobre el desarrollo de sus cachorros, teniendo efectos diferenciados para las crías según su sexo. El estudio fue publicado en la prestigiosa revista Ecological and Evolutionary Physiology, la cual fue seleccionada para la portada de su último número del 2024. Todos los detalles en la nota de Diego J. Perez-Venegas a continuación.
Guafo Science es un equipo de investigadores independientes chilenos que se enfoca en el estudio de la población reproductiva más importante del lobo fino austral (Artocephalus australis) en la Patagonia Chilena. Esta colonia se encuentra en Isla Guafo, una remota isla al sur de Chiloé, de más de 16.000km2 de superficie, casi inexplorada y sin asentamientos humanos. La isla fue adquirida durante la época de dictadura y luego abandonada por sus herederos tras no saber cómo explotarla.
![Profesionales con ejemplar Artocephalus australis. Créditos: Diego Pérez](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/profesionalesdiego-perez-1024x631.jpg)
Actualmente, solo pescadores de Chiloé y la Armada de Chile habitan sus costas temporalmente. Este verdadero paraíso alberga una biodiversidad excepcional y es una de las pocas áreas en el mundo donde el ambiente no ha sido colonizado o arrasado por el ser humano. En sus costas se pueden encontrar ballenas jorobadas, chungungos, lobos marinos, orcas, carancas y patos quetru. Mientras que en tierra destacan el ratón topo, abejorro chileno, orquídeas y arrayanes.
Es en este lugar donde comienza esta historia. En el 2007, los investigadores de la Universidad Austral de Chile, Dr. Roberto Schlatter y Dr. Héctor Pavés, reportaron la increíble lobera de lobo fino austral, razón por la cual en 2013 pude llegar a conocer este misterioso lugar. Allí conocí al Dr. Mauricio Seguel, con quien coincidimos en algo muy importante para nuestras futuras colaboraciones y amistad. Este paraíso natural se convirtió en nuestra pasión y obsesión. Soñamos con conservarlo, estudiarlo y vivir en él. Ya, en los siguientes años, conocimos a la Dra. Josefina Gutiérrez y al biólogo marino Felipe Montalva, con quienes creamos una amistad y un pequeño grupo multidisciplinario de científicos (Biólogos marinos y veterinarios) con una misión: descubrir y dar a conocer las maravillas de Isla Guafo.
![Campamento antigüo Aduana](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/campamento-antiguo-aduana-geno-de-rango-1024x681.jpg)
![Campamento nuevo. Créditos: Diego Pérez](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/campamento-nuevodiego-perez-1024x682.jpg)
¿Qué tiene que ver esto con las hembras? La investigación se fue enfocando lentamente en el comportamiento materno de las hembras de lobo fino austral y cómo influye en la ecología poblacional de su colonia. Mauricio comenzó estudiando los efectos de un parásito gastrointestinal de estos lobos (anquilostoma o Uncinaria sp.), ya que se dio cuenta que las mayores mortalidades de los cachorros o popes (del inglés pups) — como nos gusta llamarlos en sus primero 3 meses de vida — es debido a esta infección parasitaria, regulando el crecimiento poblacional y seleccionando qué genes pasarán a ser adultos para reproducirse.
Ya en 2018, publicamos un artículo en donde logramos correlacionar la temperatura superficial del mar (SST, por sus siglas en inglés) con la competencia inmune de los popes y su probabilidad de sobrevivir a esta infección. Aquí viene la razón de por que soñé con ser científico de pequeño, la interpretación. Resulta que la SST es un indicador indirecto de la productividad primaria del mar, es decir, de cuantas microalgas hay de alimento para los herbívoros (de manera muy simple), por lo que nos permite saber si es un periodo de muchos o pocos peces.
Estos son la dieta principal de los lobos marinos (de la familia de los pinnípedos). Por lo que años con mayor temperatura, equivalen a menor productividad y menos presas para los pinnípedos. Así nos dimos cuenta de que justo en esos años de menor cantidad de presas, la respuesta inmune de los popes era menor, detectando menores concentraciones de anticuerpos especializados en la infección parasitaria de Ucinaria sp. A su vez, Felipe publica un artículo en donde demuestra que los cachorros que pasan más tiempo con sus madres, tienden a crecer más rápido y a tener una mejor respuesta inmune.
![cachorros en bosque junto a su madre. Créditos: Claudia Ulloa](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/cachorros-en-bosque-2-madre-cria-2-claudia-ulloa-1024x683.jpg)
Ahora, ¿cómo asociamos estas dos ideas? ¿acaso se nos ocurrió por arte de magia? Claro que no. Resulta que las madres de lobos marinos son las únicas que cargan con el gran peso del cuidado de las crías, ya que los machos, después de reproducirse, se marchan y no tienen cuidado parental. Por esta razón las madres deben compensar entre dos comportamientos vitales para ellas y su vínculo con sus crías, aventurarse en mar abierto en búsqueda de alimento (forrajeo) o quedarse en tierra para amamantar y cuidar a su pope (cuidado materno). A esto los científicos llaman “trade-off”. Por lo que años con mayores SST, resultan en menores presas, viajes de forrajeo más largos para encontrar alimento, menos tiempo de cuidado materno, que conllevan a crecimientos más lentos en los popes, por lo que tienen menor energía para mantener su sistema inmunológico (el cual es sumamente costoso en animales).
Todo esto suena fácil y obvio cuando lo escribo aquí, sin embargo son más de 10 años de investigación ardua entre científicos y estudiantes. Diversas personas han pasado por el equipo, practicantes, tesistas, colegas y colaboradores, destacando algo muy interesante: las mujeres suelen ser las personas más aguerridas entre todos los grupos. Probablemente por una mayor tolerancia a la frustración y plasticidad que los hombres. Realmente, no lo sé, pero sin darnos cuenta terminamos trabajando y colaborando junto a muchísimas investigadoras. tales como la Dra. Josefina Gutiérrez, Dra. Maritza Sepúlveda, Dra. Irene Peña, Dra.(c) Claudia Ulloa, Dra. Blanca Molina y la bióloga marina Aranza Gómez, entre muchas otras. Es esta revelación la que nos lleva al foco de la historia. Al igual que en lobos marinos, resulta que en la ciencia las hembras/mujeres tienen un rol significativo, siendo más abiertas a la colaboración y pensar fuera de la caja. Así mismo como las madres de lobos marinos deben resolver el dilema de cómo sobrevivir y alimentar a su cría sin morir en el intento.
![Madre junto a su cría. Créditos: Claudia Ulloa](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/madre-cria-3-claudia-ulloa-1024x683.jpg)
Esto nos llevó a direccionar nuestro proyecto a entender como y porque las hembras de lobo marino tienen a elegir una estrategia de alimentación sobre otra, ¿hay alguna mejor que otra? ¿Qué es lo más eficiente ecológicamente? ¿Qué pasaría si las condiciones del ambiente cambiarán por causa del ser humano? Esto nos permitió descubrir que las madres, quienes comparten una misma estrategia de forrajeo durante la primera mitad de la preñez, tienen a cambiar a dos tipos de estrategias distintas antes de dar a luz.
Los primeros meses tienden a comer presas en aguas más profundas, presas más grandes, probablemente por su alto nivel energético, destacando la merluza austral (Merluccius gayi). No obstante, al estar cerca de dar a luz, se separan en dos grupos claramente distintos, unas que mantienen la misma dieta y otras que buscan presas, aparentemente, más pequeñas y de mayor profundidad. Esto nos habla de que los recursos no son suficientes para todas o que, dependiendo de sus capacidades individuales (experiencia o tamaño) prefieren priorizar un rasgo de la maternidad sobre otro. Es decir, algunas seleccionan una dieta más nutritiva, pero lejana, a costa de pasar menos tiempo con sus crías, en cambio otras seleccionan una dieta menos nutritiva, pero más accesible, priorizando el tiempo que pasan con su pope en tierra. Maximizando la cantidad de leche y expresión de oxitocina. ¿No les recuerda a sus propias madres? Por eso a este proyecto lo titulé “madres trabajadoras”.
El 2024 llevé estas ideas al congreso de Ciencias del Mar en Puerto Montt, las cuales fueron bien recibidas por la comunidad, aportando nuevos cuestionamientos que nos ayudaron en nuestra investigación. Fue aquí donde una mujer me iluminó con un simple, pero no menos importante, enfoque. Los congresos suelen impartir talleres varios aportados por la comunidad científica, los que suelen estar siempre repletos.
Uno de los días del evento me encuentro con una colega de la Universidad de Valparaíso con quien trabajo y me cuenta que estaba esperando entrar al taller de perspectiva de género en la ciencia. Me pareció curioso el taller, pero supuestamente los cupos estaban llenos, pero me convenció de pasar a preguntar si en una de esas sobraba alguna silla. Afortunadamente, sobraron varias sillas, así que ingresé. Para mi sorpresa, sólo había mujeres en la sala. No es para jactarme de haber sido el único hombre, si no de resaltar el poco interés de mis congéneres, siendo un taller gratuito con muchos cupos disponibles.
![Diego J. Perez-Venegas. Créditos: Claudia Ulloa](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/yo-claudia-ulloa-1024x683.jpg)
Aquí la investigadora presentadora nos hizo darnos cuenta de que la perspectiva de género no es solo incluir mujeres en el equipo de trabajo, para que aporten con su visión distinta, si no pensar en nuestras investigaciones con una perspectiva de género. Terminado el taller corrí a la sección de cafés y galletas (sección de “coffe break”) a encontrarme con Felipe. Allí le conté emocionado que, a pesar de que separamos las clases de edad de los lobos marinos en macho adulto, hembra adulta, juvenil y cachorros, siempre consideramos a los popes como un todo homogéneo, nunca evaluamos en nuestras investigaciones un enfoque en donde comparemos ambos sexos (aquí no podemos hablar de género, ya que no tengo como preguntarle eso a los popes). Concluimos que sería buena idea, aunque probablemente no resulte en nada, sería una buena forma de publicar nuestros resultados de aquí en adelante.
Comenzaron las reuniones y análisis de los datos. Maravillosamente el nuevo enfoque fue un éxito, encontramos patrones interesantes en nuestros datos, resultados que ya fueron aceptados en la revista Ecological and Evolutionary Physiology y elogiados para ser la portada de su último número del año pasado. No se imaginan la felicidad que nos dio saber esta noticia. ¿Qué encontramos? Observamos que en los últimos años los desembarques pesqueros de las principales presas del lobo fino austral han ido disminuyendo. Esto es un indicador indirecto de la disponibilidad y abundancia de peces, ya que a menos pesquería podemos asumir que hay menos peces disponibles.
Esta disminución se vio reflejada en un cambio de dieta (evaluado a través de señales isotópicas en sus bigotes), pasando de peces de más abierto a peces de profundidad. Así mismo en esos años las madres comenzaron a aumentar el tiempo promedio que pasaban con sus crías, por ende menos tiempo forrajeando. Eso nos sugiere que la menor disponibilidad de merluzas (austral y de cola) obligó a las madres a elegir una dieta que les permitirá compensar con mayor tiempo de cuidado materno. También observamos que las madres no discriminan el sexo de sus crías.
![cachorros en bosque. Créditos: Claudia Ulloa](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/cachorros-en-bosque-1claudia-ulloa-1024x683.jpg)
Los lobos marinos solo tienen de 1 cría a la vez e, independiente de su sexo, se sacrifican enormemente por amamantarlas y cuidarlas de todos los peligros (el clima, las mareas, oleaje o los depredadores). Sin embargo, los cachorros, dependiendo de su sexo, si muestran diferencias fisiológicas interesantes. Los machos tienden a crecer más rápido que las hembras, dato que no es nuevo en la ciencia de pinnípedos, pero ¿por qué las hembras crecen menos? En este estudio observamos que la respuesta inmune de las hembras es más eficiente que la de las crías macho. Lo que nos sugiere que toda la energía que las madres les entregan a través de la leche es utilizado en dos rutas distintas dependiendo del sexo de la cría, siendo utilizado principalmente para crecimiento en macho y fundamentalmente para sistema inmunológico en hembras. Esto tiene una importancia ecológica tremenda en esta especie, ya que los machos adultos deben ser los más grandes y fuertes para pelear y ganar los territorios más grandes y óptimos para que las hembras adultas puedan criar.
Las hembras de pinnípedos eligen el territorio, no al macho, por lo que entre más grande el territorio disputado, mayor la probabilidad de reproducirse y dejar sus genes a la siguiente generación. Luego del periodo de apareamiento, los machos se retiran de la lobera para dejarles todo el resto del trabajo a las hembras. Por lo que los machos deben crecer fuertes y rápido para poder comenzar sus batallas por territorios. No obstante, una vez cumplido su objetivo ya no son relevantes a nivel poblacional, ya dejaron descendencia. En cambio, las hembras pueden parir una cría cada año y depende exclusivamente de ellas que esta sobreviva y llegue a adulta. Que fisiológicamente las hembras utilicen la energía entregada por sus madres para su sistema inmune, podría beneficiar una supervivencia a largo plazo, ya que las hembras tienen un rol significativamente mayor para la población que los machos, al igual que en muchas especies (ecológicamente hablando).
![Madre junto a su cría. Créditos: Guillermo Marimán](https://laderasur.com/wp-content/uploads/2025/02/madre-cria-8guillermo-mariman-1024x884.jpg)
Es importante remarcar que esto no solo se queda en un hallazgo curioso para isla Guafo, esta investigación nos permite saber cómo el impacto humano (sobreexplotación e, incluso, contaminación) puede afectar no solo a la trama trófica, si no a los individuos de las futuras generaciones de depredadores clave en los ecosistemas. El pez que comes hoy podría haber sido más glóbulos rojos en una futura madre de lobo marino.
Estos resultados nos han abierto la mente a seguir explorando la perspectiva de género en la ciencia, siendo un llamado a que más colegas abiertamente trabajen considerando a las mujeres como individuos fundamentales en la ciencia y la sociedad. No quiero decir que entiendo más que otros, especialmente porque han sido Claudia y Josefina quienes me han enseñado más que nadie sobre esta nueva perspectiva. Les debo este artículo a las mujeres del equipo. Así mismo es importante agradecer a las madres, cuidadoras, hermanas mayores, tías, abuelas y cualquiera que haya tomado el rol de madre para cada uno de los investigadores de Guafo Science. Sin su trade-off eficiente, no hubiéramos tenido el input de energía para crecer, sobrevivir y publicar esta investigación.